Los cuestionados jefes políticos de Diego Agudelo

Der-Izq: Robinson Hernandez, Diego Agudelo, Guillermo Ochoa, Humberto Feriz, Jhon Jairo Roldán, Carlos Andrés Trujillo, Jaime Cano, Rodolfo Sánchez. La vieja clase política detrás de la campaña por la alcaldía de Girardota.

Como hace 50 años con el Frente Nacional, los liberales y conservadores se unen para repartirse un botín burocrático: Girardota. Ellos saben que es un municipio con buenos recursos, en crecimiento, con cientos de cargos a disposición que no quieren perder, entre ellos los del hospital. Además de otros contratos millonarios que serviría para aceitar sus maquinarias electorales en las próximas elecciones legislativas y presidenciales.

Por Carlos Orlas / Candidato al Concejo de Más Conciencia

De Itagüí es Carlos Andrés Trujillo, padrino de Diego Agudelo. Según Noticias Uno, Trujillo tiene cerca de 20 investigaciones en curso, algunas por corrupción, presunta participación en un homicidio, contratación y hasta acoso laboral. Sin embargo, con tal de ganar, no importan los antecedentes del cacique que apoya a otro cacique en ciernes en nuestra pequeña comarca. Girardota, en todo caso, no deja de ser un laboratorio de política gamonal en el gran marco de la Colombia politiquera. De Bello es John Jairo Roldan, partido Liberal, haciendo frente vía Robinson Hernández con el partido conservador girardotano. Qué bueno es ejercer la memoria que como la dignidad es insobornable, para recordar que en una de las múltiples declaraciones del ex paramilitar Carlos Arturo Areiza, en el caso de Oscar Suárez Mira en la Corte Suprema, dijo: “La masiva votación de Óscar Suárez, Parody, de Olga Suárez, John Jairo Roldán (…) se debe a la injerencia de las bandas delincuenciales ya desmovilizadas en Bello”.

También Jaime Cano (ver foto, con Agudelo) representante a la cámara por el partido Conservador, aliado de los Suarez Mira y cercano a Trujillo, según las2orillas.co "habría hecho trámites para alterar las auditorías de una Unidad de Reacción Inmediata -URI- en Segovia", es decir, resulta cuestionado por la justicia.

Pero a los políticos locales esos antecedentes no los conmueven, porque lo que importa es el chorro financiero y el caudal electoral que arrastran. Casan en una mesa como tahúres, y tienen cómo ganar. Nadie lo niega. Pero lo harán con las manos sucias, por tanto su gobierno será un empréstito de esos caciques y pare de hablar.

Razón tenía Pablo Escobar en la entrevista que le concede al periodista Juan José Hoyos, al expresar sin pelos en la lengua que en Colombia los políticos fueron los que buscaron a la mafia, y la corrompieron. Y pareciera una hipérbole pero es real: entre mafiosos hay un código de honor establecido por su fidelidad a un patrón. En política ese código se rompe y se establece el principio del acomodo. Y no es una apología a la mafia, que fue desastrosa en la configuración de la mentalidad del dinero fácil en nuestra cultura. Pero la de los políticos es una mentalidad peor por lo ramplona, porque se camufla, se disfraza, miente, abraza al que después va a humillar, quiero decir: al pueblo. Y termina Pablo esa entrevista diciendo, con razón, que los políticos son peor que la mafia, más perversos.

Todo esto para decir que ojalá la gente leyera prensa independiente para que no le metan cuentos raros. Por ejemplo, el de que Pedro Hoyos va a traer el comunismo (como si no fuera un empresario que se beneficia de la libre empresa), o el de que hay que votar por Diego Agudelo para que no gane Ortiz, o el de que la unión de liberales y conservadores es por el bien del pueblo y no de ellos (los políticos locales con sus caciques), que se terminarán enriqueciendo con el erario público.

Finalmente, y enalteciendo el pensamiento liberal sin acomodos, que en sus postulados establece el principio de la información, la crítica y la construcción de una opinión pública libre de sujeciones, invito a pensar antes de votar, a no dejarse constreñir por dádivas, favores o promesas. Y a sospechar: de los exagerados con la publicidad, de los que se muestran como buenos –lobos vestidos de ovejas-. Y pensando en los que saludan demasiado así no te conozcan, y volean la mano como reinas de belleza o como si fueran amigos de todo el pueblo, a leer a Rousseau, uno de los padres del liberalismo político, cuando dice: “No conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo”.