20 mar 2020

Coronavirus entre brumas



Por M. Hoyos
La pandemia del covid-19 se ha traslapado sobre la crisis del aire de la temporada en el valle de Aburrá, agregándole zozobra a la desazón. Hace días que se viene mostrando esta imagen alarmante de todas las estaciones en rojo, justamente la que pueden encontrar hoy mismo, y a la que estamos ya tristemente acostumbrados. Nuestras pulmones y gargantas se resienten, las unidades deportivas se vacían, pero los capitales se siguen acumulando. Es una tragedia muy rentable para algunos, ¿quiénes?, pero tiene proporciones tan inabarcables que ninguna institución ha podido hacerle frente. El modelo de desarrollo hace aguas, pero nadie quiere discutir el modelo de desarrollo, salvo que se cumpla la predicción de Zizeck y el capitalismo esté herido de muerte por el coronavirus. ¿Qué viene? No será el desarrollo sostenible, un oxímoron. Lean “El mito del desarrollo sostenible”, no sigan repitiendo esta barbaridad, signo de nuestros tiempos, es la política del apocalipsis.

Lo curioso de este año es que el manoseado pico y placa ha dejado de satisfacer a la “institucionalidad”, generando una creciente reacción contra la industria, sobre la cual parece no haber controles. Digo “parece”, porque alguna data que se levanta localmente y otra desde la dupla institucional Corantioquia/AMVA muestran lo contrario: se salta los controles por la vía del cumplimiento y el trámite. Igual que el parque automotor. Estamos pues frente a un problema de gestalt, el resultado no es igual a la suma de las partes, hay algo más. ¿Pero qué es eso más?

Esta semana, cuando nos preguntábamos por qué si hay pico y placa en el resto del valle y la industria es un espurio 20% o 40% de las emisiones las medidas no se han mostrado saludables, llega el ingeniero del Siata a explicar que se debe a incendios presentados fuera del Valle de Aburrá, incendios que, curiosamente, la prensa no registra sino hasta el mes pasado. Tal vez el coronavirus impidió que se registrasen en la prensa. Otra cosa es que viajando por la cuenca del río Porce hacia Cisneros se encuentra uno con las obras de las autopistas 4G rumbo al Magdalena (nombre del proyecto: Magdalena 1 y 2), cuyo impacto ambiental no ha sido vinculado a este problema, por las nubes de polvo que se levantan.

Recientemente el alcalde, Diego Agudelo, ha dado un vuelco en el discurso. Lo hizo mientras presentaba su convenio con la U. de A. para monitorear las emisiones locales directamente desde cada fuente, como se pudo ver en la rueda de prensa (nota El Colombiano, “ayúdenos que nos estamos muriendo en el valle de Aburrá”, ver nota Caracol, “tocar el sector empresarial”). Lo hizo igualmente el ex alcalde Vladimir Jaramillo hablando de cerrar unas cinco empresas, cosa que no ocurrió. Uno y otro hicieron lo mismo, blandos con las empresas en campaña, duros en la alcaldía. Pero sólo de palabra. Eso sí, se gastó alguna platica en investigación (caracterización del PM2.5, conclusiones parciales en el Concejo, otro informe que duerme en la subsecretaría de medio ambiente), ¿sirvió? Vale la pena recordar esa frase latina res non verba, hechos no palabras.

Tampoco una acción judicial de la ciudadanía ha podido nada. Según fallo en contra del tribunal administrativo por la acción popular de Girardota, nos estamos olvidando de lo fundamental, que esto afecta la salud de las personas y ni siquiera tenemos claro cómo, no “hay pruebas sólidas”, para el juez, pues para nosotros hay estadísticas que demuestran la propensión de los girardotanos del casco urbano a sufrir por enfermedades asociadas a la mala calidad de aire respecto a pobladores de las veredas y de otros municipios como Guarne. Pero estas pruebas no fueron importantes para el Tribunal administrativo de Antioquia, esperemos a ver qué dice el Concejo de Estado, donde se apeló. Por otra parte, los datos clínicos no se recogen por ningún sistema unificado, como se hace con la data de calidad de aire, por lo que desde 2016 no se presentan informes ASIS (análisis de la situacíon de la salud), que eran interesantes.

Pero la OMS es alarmante, más de lo que se puede ser con los datos que ha arrojado el Coronoavirus, hay “7 millones de muertes cada año debidas a la contaminación atmosférica”, ¿pero dónde están esos muertos? ¿Por qué esa pandemia no nos lleva al pánico?

Estamos como cuando comenzamos a hacer este trabajo en chimenea informativa, pero sabemos más. Solo que no queremos saber más. Vamos a morirnos muy sabios.




3 comments:

Anónimo dijo...

QUE BUENO QUE CADA AÑO SE PAREN TODAS LAS ACTIVIDADES INDUSTRIALES Y DE TRANSPORTE POR UN MES, PARA DARLE UN RESPIRO AL ECOSISTEMA MUNDIAL, YA VEMOS COMO LOS MARES, LAS ESPECIES Y ANIMALES SE ESTAN VIENDO FAVORECIDOS CUANDO NOSOTROS LOS HUMANOS NOS ENCERREMOS

Anónimo dijo...

que quede claro esta contingencia del covid 19 no va a servir de cortina de umo ni de blindaje, para que el señor alcalde Diego Agudelo cumpla su promesa y el deber de informarle a la comunidad el estado economico del municipio, el cual recibio de la anterior administracion, y tenga en cuenta que este informe lo esperamos muchos ciudadanos, acaso es muy grave la situacion ?

Anónimo dijo...

DIego ya pacto con Vlado, para que no se sapiaran, usted se queda callado y yo los dejo trabajar, entonces no va a ver ningún informe de Ego contra mi Vlado