Chimeneas rodantes

Por Eliana Ramírez
El Día sin carro y sin moto bimensual, se supone, es la medida para mitigar el impacto de  las  fuentes móviles. Sin embargo, otra nube de humo negro viene a aguar la fiesta: se trata de los 73 vehículos con motor Diesel que prestan el servicio público de transporte rural de Expreso Girardota. Estos vehículos son modelos 70 y 80, y funcionan con motores Diesel que fueron adaptados. Además, muchos de ellos son de 2da mano, es decir, reutilizados.

La razón para hacer tal adaptación es que el Diesel es un combustible más barato que la gasolina. Al ser motores con desgastes, la combustión no es óptima, lo que quiere decir que queman mucho combustible. Para acabar de ajustar, están exentos del Día sin carro y sin moto. 

Un colectivo de estos puede llegar a consumir lo que 5 taxis de Expreso Girardota. Es decir que mientras los ciudadanos dejan sus carros en casa, estos 73 chiveros podrían llegar a contaminar lo mismo que, en promedio, 350 carros de los que se quedaron guardados. Pues el motor Diesel consume ACPM que es una de las fuentes que más material particulado de 2.5 micras produce, frente a la gasolina o al gas natural cuya emisión es mínima o nula. 

Las personas que desarrollan actividades deportivas al aire libre en zonas rurales de Girardota, que somos muchas, estamos más expuestos, dado que la tasa de intercambio de oxigeno es más elevada (y profunda) que una persona en estado de reposo, sin querer decir que no afecte también al resto de la población humana y no humana (Plantas, aguas y animales). 

Por el tipo de servicio que prestan a las comunidades rurales, estos automóviles no son cobijados por la medida del Pico y Placa, lo que implica que con la frecuencia de viajes que realizan diariamente, la cantidad de PM2.5 que arrojan al ambiente es considerable y  letal para los ciclistas y caminantes que nos movemos por las zonas rurales del pueblo. 


Una señal que indica que un vehículo con motor Diesel necesita mantenimiento es cuando el humo que expulsa por su tubo de escape es de color negro,  gris oscuro y el olor es penetrante, como a llanta quemada. Muchos de los chiveros de Expreso Girardota con que nos cruzamos en las vías cuando hacemos deporte o caminamos, arrojan por sus tubos constantes señales de humo negro, tal vez como una forma de advertencia de que algo no anda bien.  Además del filtro, ¿será tal vez la técnico-mecánica la que está mal?¿será que lo malo es el compromiso gubernamental e institucional con la  vida de los habitantes de Girardota? 
 
Según la Ley 105 de 1993 “(…) La vida útil máxima de los vehículos terrestres de servicio público colectivo de pasajeros y/o mixto será de veinte (20) años”. Se excluyen de esta norma el parque automotor de servicio público colectivo de pasajeros y/o mixto (camperos, chivas) del sector rural, siempre y cuando reúnan los requisitos técnicos de seguridad exigidos por las normas y con la certificación establecidas por ellas. Si bien es cierto que este tipo de vehículos están exentos de  la  chatarrización, la mayoría de las vías de Girardota son vías terciarias, lo que significa que podrían estar circulando por ellas vehículos con motores menos contaminantes, como los autobuses. 

Hablar de contaminación ambiental no es ninguna moda, ningún “caballito de batalla” para un propósito de toma del poder, al contrario, es una preocupación con sustento en la realidad que vivimos y sentimos en el aire, que altera nuestra naturaleza porque enferma a la tierra, a nuestros cuerpos y nos deja sin la posibilidad de futuro, de trascendencia. Exigimos acciones contundentes. No es posible que sigan usando nuestros recursos para asesinarnos.