21 abr 2021

Los misterios del Umbí


El siguiente texto es el resumen del Estudio de biodiversidad de la cuchilla Juan Cojo El palmar (2019), uno de los últimos reductos de bosque nativo en las montañas del norte del Valle de Aburrá. Fue encargado por la subsecretaría de medio ambiente (de la bióloga Diana Moreno), llevado a cabo por el Herbario de la Universidad de Antioquia.  La Gran Biodiversidad que tenemos allí debe ser de conocimiento común para poder velar por su protección. Por M. H. Muñoz


Una riqueza innombrada 

Niebla en la cima del Umbí. 


La mañana estaba soleada y tenía unos 5 o 6 años. Salí a recorrer los caminos con mi amigo Chelipe, un primo segundo algo mayor que yo, con quien andaba asociado por esos días en las exploraciones. Uno de los múltiples pájaros en una rama lo alertó. Tomó una piedra del suelo y probó puntería, era difícil atinarle a algo desde esa distancia (unos 30 metros), más sin embargo, atinó. El pájaro cayó al suelo, herido de muerte. Chelipe se arrepintió mucho pues no esperaba atinarle y dimos sepultura al ave. 


Alguien debe enseñarnos a colaborar pacíficamente con el bosque. Supongo que esto es producto de siglos de ignorar nuestro lugar en la naturaleza. 


El estudio del que hablaremos fue realizado como insumo para ingresar este bosque al sistema local de áreas protegidas (SILAP) que a su vez se articula al Sistema Departamental y Nacional de Áreas Protegidas (SIDAP y SINAP) para coordinar su declaración y planes de manejo. 17 municipios de Antioquia ya están dentro del SIDAP. 


Se trata de un estudio preliminar, por la premura con que se realizó el trabajo de campo en apenas unas semanas de finales de 2018. 


Describe la parte alta de Juan Cojo y El palmar desde los puntos de vista social (sin mucho encuentro en este ítem), geoambiental, arqueológico, paleoambiental y biológico (flora, fauna -anfibios, aves, mamíferos, mariposas- y macrohongos). 


Después de este informe se espera que las entidades y ciudadanos interesados en la protección del patrimonio ecológico hagan un trabajo sostenido para declarar la montaña en alguna de las categorías que exige el decreto 2372 de 2010 y la ordenanza 016 de 2015 de la Gobernación de Antioquia, donde invita a los municipios a crear programas de conservación de los ecosistemas estratégicos. 



Patrimonio geológico: ceniza volcánica y piedras 

Tomamos el colectivo de La pola/Mangarriba en la plaza de mercado de Girardota con Henry García, quien viene recorriendo estos montes con la Mesa Ambiental. Con Henri la mesa ha caminado las problemáticas ambientales del territorio girardotano, y es prácticamente el único espacio ciudadano para hablar de estos asuntos. 


Nos disponemos a subir a los 2.550 metros de altura sobre el nivel del mar, que tiene la montaña para divisar desde allí. Apenas 50 metros menos que el Alto de la Soledad, al occidente del municipio. 


El colectivo nos deja junto a los tanques del acueducto, que toman el agua de la montaña. Desde allí mismo se coge un camino hundido en la tierra que llega hasta Guarne desde épocas prehispánicas, pasando por el Alto de la Virgen. 


Se encuentran derrumbes, producto de la erosión y la lluvia. Al lado derecho del camino un gran potrero interrumpe el bosque natural. 


Un ternero se cayó desde la semana pasada al camino, desde una altura de 10 metros, se había partido el cuello y las piernas contra la zanja estrecha. El cadáver se lo disputaban los gallinazos. Los dueños no lo habían querido enterrar. 


Foto del Umbí, por Henry García. 


Caminando por las veredas Juan Cojo y La Calera, El Palmar, los expertos hallaron 1020 metros de caminos que aparecen y desaparecen entre el bosque, con algunos canales, muros y plataformas de piedra. 


Vallado al borde del camino hacia el Umbí, por el Alto de las cruces. 


En Juan Cojo hallaron un muro de piedra de 590 metros por 1 metro de alto, y como ese otros vieron siete muros más. 


Uno de los más misteriosos se conoce en la vereda como el campo de "carros de piedra", que en el informe de biodiversidad se dice que tal vez "pueda corresponder a una estructura cuya forma no es discernible el día de hoy" (p.82).


A pesar de que estas obras hablan de una comunidad anterior a La colonia bastante fuerte, sorprende lo poquísimo que sabemos de ellos. Por toda la cuchilla que divide Copacabana-Guarne-Girardota hay más de estos vallados, como una larga muralla de 1.50 de altura que va hasta el picacho.


En el futuro un estudio liquenométrico de estas obras en piedras podría revelarnos su datación. 


Al interior de la tierra

Batolito Antioqueño, roca de 7.800 km2. 


El camino se hunde en la tierra, a veces hasta unos diez metros de paredes de tierra cubierta de musgo y helechos, solo se oye el canto de los cientos de pájaros que lo habitan. Al lado izquierdo se ve la roca del llamado macizo del Umbí, que es su zona más alta, a 2450 metros de altura. 


Es una anfibolita perteneciente al Batolito antioqueño. Una clase roca antigua, de unos 4.300 millones de años. 


Vemos montañas "escarpadas" con pendientes a veces mayores de 45 grados. Bosques sobre las rocas. Ésta pendiente y el bosque favorece la vida alrededor de sus quebradas reconocidas, fuentes de los acueductos veredales de Juan Cojo-Cuchillas, Mangarriba, El barro, Jamundí. 


Se habla de varios ojos de sal, conocidos y explotados por la población prehispánica y después por los conquistadores, la quebrada El Salado se llama así por uno de ellos. 


Los depósitos de flujo (movimientos de tierra visibles), el macizo rocoso, los bloques en superficie (grandes piedras, algunas hasta de 300 m3), fueron clasificados por el estudio. 


En un humedal de tierra, por El palmar, se tomaron muestras de ceniza volcánica, con datación menor a 500 años. Esta ceniza "es el mayor hallazgo valorado según la metodología estándar… pueden hablar sobre el clima del pasado, datar eventos, ilustrar la evolución geológica". (p. 69)


Otra información interesante sobre el clima local se presentó en el análisis paleológico. Tomando una turba cerca al nacimiento de la quebrada El salado en la vereda El Palmar, se encontraron pruebas de una intensa sequía provocada por el fenómeno del niño en los años 92-94, reportada en la prensa (El Colombiano, 1992), que en aquel entonces dejó sin agua a todas las veredas de la vertiente oriental. 


Los investigadores indican la "fragilidad de dicho ecosistema", y piden que se declaren todos los humedales como áreas de reserva y protección especial, "urgentes de conservar" (p.99), para controlar obras civiles, actividad agrícola y agropecuaria, como la porcicultura, que ha afectado por igual muchas cuencas hidrográficas de Girardota


El reino desconocido de las plantas

De niños, sabíamos poquísimo o nada sobre las plantas. A los árboles les decíamos "palos", a las plantas, "matas". Cuando había muchas, "matorral". Al bosque le decíamos "monte". 


En casa de la abuela en Juan Cojo, al pie del Umbí, el abuelo sembraba alrededor de la casa plátano, Yuca, Maíz, cebolla, repollo, tiene árboles de aguacate, naranja, mandarina, míspero, limón. La abuela, en cambio, sembraba bifloras, margaritas, rosas, besos, flores que llevan años con ella adornando el corredor.


Al frente de los abuelos está "el picacho", nunca le decían "el Umbí". Y arriba, el Alto de la Vírgen. Tengo recuerdos de madrugadas trepando por un camino empinado, hasta el lugar de peregrinación, donde la gente llegaba a rezar, dejando enormes cantidades de basura allí arriba. 


No era para ver el bosque o la riqueza natural. Aunque no nos pasaba desapercibida, nos resultaba indiferente. Salvo por los potreros, mangadas con vacas en las que jugábamos. 


Matas y palos

Flor de la Malaxis crispifolia, orquídea en la lista de plantas amenazadas locales. Foto de la red. 


Aprendimos con el tiempo que "matas" y "palos" tienen nombre propio, y que es vulgar llamar a todo con un apodo. Tal vez sea demasiado tarde para recuperar plantas hoy desaparecidas por el impacto de las actividades humanas. 


En el año 2010 se publicó el estudio Diversidad biológica en el municipio de Girardota Antioquia, donde se afirmaba que "la vegetación nativa de Girardota ha sido transformada dramáticamente por el cambio de uso de la tierra para dedicarla a sectores agrícola-ganadero, industrial, de vivienda y de recreación" (p. 18)


En aquel entonces el sitio que presentó mayor diversidad fue el Alto de la soledad, en la vereda La Holanda, que ya fue comprado por el municipio, seguido por las veredas La Calera y El Palmar. 


Concentrados en estas últimas veredas, con Juan Cojo, el reciente estudio registraron 565 individuos, 64 familias, 101 géneros, 144 especies de plantas, 14 de ellas referenciadas bajo alguna categoría de amenaza. 5 de ellas son orquídeas.



Se clasifica como bosque húmedo premontano, con abundantes angiospermas (con semillas, flores y frutos) y helechos, junto con Rubiaceae, Piperacceae, asteraceae, araceae, con más de 8 especies por familia, flora común a la franja premontana de los Andes. 


Hay Morus insignis, Citarexylum subflavescens (Quimula) que pueden alcanzar los 30 metros de altura. 

Concluye el estudio que "es necesario hacer un muestreo más intensivo con el fin de mejorar las estimaciones de diversidad y riqueza de especies, así como de las epífitas, que crecen sobre otros vegetales". Se considera el sitio como de "alta variedad" y se resalta nuevamente que resulta imperante "proteger de manera formal y efectiva". 


Reptiles bajo amenaza

Camino hacia la escuela Olaya Herrera de Juan Cojo, nos poníamos a coger guayabas. Una mañana puse la mano en un alambrado y toqué la colita de una serpiente verde, de las que llamamos cazadoras. Brinqué del susto y corrí a lavarme la mano, pensando que podía envenenarme con solo tocarla. 


Ese terror hace que los campesinos no vean serpiente sin matarla, así no sea peligrosa.  Ellas han aprendido, por tanto, a mantenerse escondidas de los hombres. Rara vez se ven vivas porque la gente suele matarlas de un golpe en la cabeza, aunque no sea venenosa, como si fuera un crimen andar a rastras. 


En el estudio hallaron 16 anfibios, 11 especies de reptiles, que indican la salud de los ecosistemas. Pero hay una nota preocupante, otra vez: "por lo general (los parches de cobertura en microcuencas) presentaban residuos orgánicos producto de la porcicultura". 


Tendrán que lidiar con esta recomendación afín a la porcicultura: "para establecer el área de reserva regional en ambas veredas es necesario considerar los efectos de estos residuos (de la porcicultura) en las comunidades de anfibios y reptiles". 


El poeta y los pájaros

Pájaro Momotus momota, Juan Cojo. 


Camilo Betancur es escritor y vive en Mangarriba parte alta, al pie del Umbí, en una de las últimas casas. 


Cada tanto, como acostumbran los campesinos, Camilo pone un banano en una tablita junto a un Laurel, del que descienden a alimentarse varias especies de pájaros, toda la mañana. 


Como el espectáculo es colorido, decidimos hacer un video para promocionar uno de sus libros, que habla de pájaros y este fue el resultado.


En el inventario de diversidad Biológica del municipio de Girardota de 2010, hallaron 110 especies de aves, en su mayoría de la familia de las tángaras (Thraupidae). Quienes viven en esta montaña pueden disfrutar todas las mañanas de un concierto de pájaros. 


En Colombia se han registrado 1909 especies, 1101 de ellas en Antioquia. Otra vez, la actividad humana ha diezmado sus espacios. En nuestro departamento 56 especies se encuentran bajo amenaza según la IUCN (2018). 


En el reciente estudio, para El palmar, La calera y Juan Cojo, se avistaron 87 especies de aves, de 31 familias, y de 12 órdenes. La mayoría de la familia  Passeriformes, que abarcan más de la mitad de las especies de aves del mundo. Así mismo hallaron 17 especies de aves migratorias. Se sospecha que la diversidad es mayor a la registrada. 


De ellas, fueron avistadas tres bajo amenaza, la Hypopyrrhus pyrohypogaster, Aburria aburri, Ortalis columbiana. La Aburria aburri, conocida en la zona como la guacharaca, es una de las más ruidosas de nuestros montes. 


No matemos más las chuchas 

Didelphis marsupialis atropellado en la vía, foto de internet. 


Recuerdo la primera vez que encontramos una Didelphis marsupialis mientras explorábamos la quebrada El Tábano en Juan Cojo. Los muchachos más grandes fueron los que empezaron, guiados por no sé qué instinto demoníaco. La pobre zarigüeya terminó flotando en su propia sangre, apedreada. Es común que la gente haga esto en las veredas de Girardota. 


Esta y otras especies de mamíferos hoy están en peligro debido a la actividad humana (según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Es un mamífero de los 1.100 especies colombianas y de las 226 registradas en Antioquia. 


De las 100 especies registradas en el valle de aburrá, en Girardota se han reportado 23, en el primer estudio de diversidad biológica (2010). 


En El palmar y Juan cojo se hallaron en estudio de 2019 apenas 12 especies de mamíferos, de 9 familias y 5 órdenes distintos. 


Son indispensables en los ecosistemas, se encargan de labores de polinización, controlar plagas, dispersar semillas, reciclar nutrientes.  


Para el caso de la Didelphis marsupialis y el ratón de campo (Akodon affinis) se hallan allí en abundancia debido a que "son altamente tolerantes a las intervenciones en el paisaje". 


Algunas especies de mamíferos ya son difíciles de ver (como es el caso de la guagua de montaña o Cuniculus taczanowskii), o el perrito de monte Cerdocyon thous, que personalmente nunca he visto, siendo un asiduo caminante de estos bosques.  Junto con la Dasyprocta punctata.


Cuniculus taczanowskii, ¿ha visto alguno en las montañas de Girardota?


La porcicultura es una de las problemáticas que puede haber influido en la baja diversidad reportada de mamíferos, puesto "que es realizada muy cercana a los remanentes de vegetación evaluados, dado que esto genera contaminación de los cuerpos de agua y los residuos producidos en esos criaderos provocan un daño irreparable a los ecosistemas" (p236). 

 

Apariciones prodigiosas


Contaba Luis Federico Blandón que un día los rayos de luz atravesaron los árboles iluminando el lugar y apareció una mariposa blanca y azul, de casi 15 cm (Henao 2015). 


Lo asoció a la Virgen y era la segunda vez que se le aparecía por allí. Después de otras apariciones, allí se fundó el Alto de la Virgen, en la frontera entre Guarne y Girardota, al que todavía llegan peregrinos. 


La mariposa de la 2da aparición pudo ser una Morpho sulkowskyi, que los biólogos hallaron a finales del 2018 en los mismos bosques.  


Los estudiosos del Herbario de la Universidad de Antioquia hallaron en la zona 23 géneros de mariposas, 37 morfoespecies. 


P. manis, Migena irmina, Panyapedaliodes dryaea, Euptychoides griphe, son "comunes en áreas abiertas y hábitats perturbados", fueron vistas en bordes de bosque y senderos. 


A mayor altura, mayor número de individuos, sin predominancia de alguna. La familia más abundante fue la Nymphalideae, la más dominante fue la Satyrinae.


En Girardota hay gente apasionada por las mariposas, he visto cómo se puede ayudar en su reproducción, proteger de parásitos, el peligro en que están por la pérdida de sus plantas hospederas, que se toman por "rastrojo", concepto que engloba nuestra ignorancia total de la naturaleza. . 



12. Enteógenos y fungis 

María Sabina, famosa por su conocimiento de los hongos. Ilustración de internet.


Es común que algunas tribus indígenas usen hongos en sus rituales, los llamaban "carne de los dioses" y sirven para abrir las puertas de la percepción. 


No se sabe quién inició la tradición de comer hongos en Girardota, hallados en las mangas de los alrededores en invierno. Una especie en particular, Psilocybes subcubensis, es conocida por los buscadores de visiones como Maria Sabina.  


Se sabe que los hongos llevan en la tierra unos 400 millones de años. Del 90 al 70% de plantas vasculares están asociadas con al menos un Hongo endomicorrizico en los bosques de Juan Cojo-El Palmar. Una relación entre hongo y raíz del árbol y planta. 


Son a la vez el reino más desconocido de todos, pues apenas conocemos el 3% de la diversidad fúngica, hay de 2.2 a 3.8 millones de especies. Se hicieron 154 registros, pertenecientes a 40 familias, 70 géneros, 100 especies (lista en p.264 del estudio)


Cumplen un papel ecológico fundamental como descomponedores, recicladores, simbiontes. Se ha llegado incluso a sugerir que son el sistema nervioso del bosque. 

"Varias especies aquí mencionadas presentan un potencial biotecnológico, medicinal o alimenticio" (p276), como el caso del Schyzophyllum commune, usado para hacer antibióticos y antitumorales, o los de uso gastronómico (Auricularia delicata, Pleurotus, Rumaria, Ramaciopsis, Tremella mesenterica).


Hasta la fecha no han sido considerados en ningún estudio de prospección, impacto o manejo ambiental, por lo que Girardota sería pionero en este tipo de propósito para la declaratoria de conservación de áreas naturales. Incluso se hallaron aquí nuevas especies para la ciencia.


Y sin embargo, recientemente una carretera que llega prácticamente hasta el Umbí cegó el camino y quién sabe cuántas clases de plantas y animales.


Lo que falta

El estudio de biodiversidad enseña una abundante presencia de vida en las montañas de Juan Cojo y El Palmar, pero como ellos mismos lo admiten, es un acercamiento. 

 

Falta, por ejemplo, estudiar más el vasto mundo de los insectos (algunos sí se contemplan en el estudio de biodiversidad local de 2010), tales como las abejas nativas, el mundo de las trigonas y las meliponas, cuya población supera las de las demás especies. 

 

O incursionar en el mundo de los líquenes, extraordinarios organismos que son a la vez alga y hongo, que por sus costumbres reproductivas mediante esporas enseñan mucho sobre la atmósfera local a manera de bioindicadores