21 mar 2022

¿Es Petro ecologista?

Por MH Muñoz

Después de leer y escuchar a Petro durante algunos años, debo responder que sí. Queda el problema de si es solo un ambientalista (antropocentrista) o un ecologista radical (ecocentrista). Lamento concluir que es lo primero. 

Humanizar el capitalismo, como ha sugerido Petro, para no ahuyentar su electorado pro-capitalista, no deja de parecer una estupidez contradictoria, además de una salida "ambientalista" en el sentido peyorativo que tiene para los radicales. Tal vez su falta de radicalidad se deba a su situación en el espectro político, autodenominándose "socialdemócrata". 

Según el diccionario filosófico (Rosental-Iudin): el socialdemócrata se opone al marxismo-leninismo, rechazando la lucha de clases, la revolución socialista, la dictadura del proletariado. Nada menos. Plantea una lucha desde las reformas, pero llevadas a cavo en "el marco de la sociedad burguesa por gobiernos burgueses". Eso ya me la pone floja, como dicen por ahí. "Por su sentido objetivo, el 'socialismo democrático' tiende a perpetuar los soportes básicos de la sociedad burguesa". 

No se trata de ser dogmáticos, sino sistemáticos. Y  cismáticos. 

Mark Fisher, el rockstar de la crítica inglés, en su ensayo sobre el "Realismo capitalista" (2014), señalaba con amargura: 

"La catástrofe ambiental aparece en la cultura capitalista solo como una forma de simulacro; sus implicaciones reales son demasiado traumáticas para que el sistema pueda asimilarlas... La relación entre el capitalismo y el ecodesastre no es de coincidencia ni de accidente: la necesidad de un «mercado en expansión constante» y su «fetiche con el crecimiento» implican que el capitalismo está enfrentado con cualquier noción de sustentabilidad ambiental". 

Volviendo a Petro, es claro que la descarburización de la economía parece bastante como objetivo teniendo en cuenta las premuras climáticas. Así mismos el resto de sus planes progre que se vienen discutiendo en diversos foros ecologistas desde hace seis décadas, desde los libros de Rachel Louise Carson, Primavera silenciosa (1262), o Los límites del desarrollo (1976) del Club de Roma, continúan la reflexión apocalíptica de la situación ecológica global y demarcan el camino hasta el llamado "colapsismo" contemporáneo. 

Lo curioso es que Petro hace uso de este discurso radical cuando habla de tránsito energético, haciendo énfasis en el poco tiempo que nos queda para dar el viro, menos de una década. Y su gobierno lo daría de manera drástica pero "democrática", es decir, en acuerdo con los capitalistas globales. He ahí otra contradicción que creo insalvable, tal vez imposible, teniendo en cuenta lo instalado que está aquí el capitalismo salvaje.  

Sospecho, además, que esos puntos de la ecología radical petrista (de "adaptación profunda", para usar otro término al uso) las tendrán que realizar incluso los gobiernos de derecha arrinconados por el desastre. Las derechas se vuelven muy progres cuando las circunstancias las ponen contra la pared, cuando el fuego y el humo llegan al palacio. Progres y fascistas, lo que devendría en una aberración de la ecología denominada "ecofascismo". 

El problema es que la situación ecológica, como afirma Fisher, se deben esencialmente al capitalismo, que Petro pretende humanizar. Pero a Petro le resultará difícil resolver las tensiones sociales producto de esta "formación social" particular, que él describe bien: estractivismo, en manos de una mafia que tiene en jaque el aparato legal, judicial, policial, militar y civil. Temo que resolver esta cuestión requeriría una revolución y no apenas un proceso de "democratizacion" y demás blandenguerías. 

Tal vez es pronto para decirlo, pero yo votaré por el candidato que desbarate las relaciones/modo de producción capitalistas en Colombia e instaure una suerte de "dictadura del proletariado", como tránsito hacia el ecosocialismo. Y temo que eso es demasiado para Petro. 

Votaría por alguien que pueda decir, como Ulianov, cuando asuma el poder: "Ahora sí construyamos las bases del ecosocialismo".

El maletar principal que encuentro en la "democracia" (que a la derecha colombiana tanto gusta) es que permite que seamos gobernados por monstruos o por imbéciles. Algo simplemente inaceptable en el ecosocialismo. 

Es claro también desde la ecología radical que hay que profundizar la democracia real, sólo entendida en Colombia como la democracia parlamentaria. Mi Petro ideal tendría que destruir, también, la fraudelanta democracia representativa, es decir, el Estado burgués y sus instituciones de pacotilla.

Sin embargo es transparente la lectura que hace Petro de nuestra realidad. En una entrevista muy  completa dijo: "Lo que hoy estamos delineando es si Colombia se puede construir como una nación democrática o no. Si la respuesta es no, la sociedad colombiana va a entrar en una mayor degradación social, política, incluso en espirales de violencia muy profundas." (El País, https://rb.gy/57mtpr).  

El problema que le veo a su paquete de reformas es que  entremos solo en una era de greenwashing. Capitalismo verde. Urge en Colombia la ecología radical (https://ecopolitica.org/ecologismo-radical-y-decrecimiento/).