Foro Social Urbano Alternativo y Popular
Por Bibiana Ramírez (fotos y texto)
Mañana se
inicia el Foro Social Urbano Alternativo y Popular (FSUAP) donde “reivindicamos
el derecho a la ciudad, contra el proyecto excluyente de urbanización
neoliberal que protagonizan los emporios financieros e inmobiliarios con la
anuencia de las instituciones estatales. Es por ello que múltiples
organizaciones de base popular nos hemos convocado para visibilizar la ciudad
real, la diversa, la que se ha construido resistiendo y disputándole al capital
cada barrio y cada predio del territorio urbano”, dice el manifiesto del Foro SUAP.
Serán tres días de estudio,
propuestas y socialización de la crisis que viven hoy las ciudades. Se
realizará en la Universidad de Antioquia contando con delegaciones de distintas
ciudades del país. Habrá un panel sobre Crisis Urbana, Contextos y alternativas
urbano-populares en América Latina, Democracia y paz en la ciudad, se hará un
trabajo por mesas con las problemáticas que se vive en cada región y el martes
8 de abril habrá una movilización por la ciudad.
Al mismo
tiempo, hoy se inicia el Foro Urbano Mundial, un evento de gran magnitud en la
ciudad de Medellín el cual no vincula a la gente del común, al pobre, por el
contrario es un evento para los empresarios, los adinerados, los que no tienen
dificultades para conseguir el alimento diario, que no están sobreviviendo y no
tienen preocupaciones de tipo económico. Un evento de talla
internacional donde, bajo la premisa 'ciudades para la vida', se discutirán
políticas sociales frente a la equidad urbana.
Y ahora, lo
que siempre hace la administración municipal en estos eventos, es sacar de la
calle a los mismos habitantes de la calle y vigilar todo el tiempo la ciudad.
Desde el 20 de marzo fueron recogidos todos y llevados a dos centros receptores
que sobrepasaron la capacidad para 500 personas. Llevados en jaulas.
Medellín
fue distinguida como una de las tres mejores ciudades con calidad de vida en Colombia.
También se ganó el premio a la ciudad más sostenible del
planeta. Esto es paradójico, parece que el premio se lo hubieran inventado,
porque otra cosa son los altos niveles de pobreza y violencia que vive la
ciudad. Otra cara es la que tiene en sus periferias que es donde está el mayor
número de habitantes.
El desalojo como modelo de desarrollo
En casi todas las ciudades de Colombia el desalojo forzado es una
modalidad implementada por los gobiernos para entregar la nación a proyectos
extranjeros, que excluyen a la comunidad y atentan contra la integridad de los
que lo sufren. Aquí mostraremos tres casos, dos en Medellín y uno en Bogotá
donde la fuerza pública no ha respetado los derechos humanos.
Bogotá
En el barrio Rincón de Suba, Nohora, junto con su familia, tuvieron que
buscar la manera de defenderse frente al Esmad que atacó sin consideración
porque estaban contratados para sacarlos de la casa. Todo empezó cuando en 1996
sacó un préstamo debido a la situación económica que estaba viviendo por esos
días, además que es madre cabeza de familia. “Saqué el préstamo con un viejo
usurero. Él me cobraba intereses de usura, me cobraba el 5% y si me demoraba el
6%, le estuve pagando así durante varios años y tengo pruebas de eso”. Se
atrasó en unas cuotas del préstamo.
El 4 de febrero del 2009 le dicen que su casa queda embargada y el 6 le
dicen que tiene cáncer de cerviz. No se pudo defender del embargo, el caso pasó
a juzgado y la casa fue rematada y comprada por otra persona. En medio de todo
eso, el hijo mayor hizo un préstamo para recuperar la casa con la abogada que
llevó el proceso, el dinero también se perdió. “Ya coloqué una demanda contra
todos ellos porque me aplicaron usura y me siguen aplicando”.
A principio de este año “el rematante viene por su casa con toda la
fuerza pública, con la policía, con el Esmad, con bienestar familiar, que según
él mismo, y lo tengo grabado, porque a
uno le dicen ‘señora, ¿usted tiene pruebas de lo que va a decir?’ El señor me dice es que ‘tengo que pagar 7 u
8 millones de pesos al Esmad para que vaya y la saquen a usted’”, comenta
Nohora.
Fueron avisados un día anterior que iban a desalojar la casa. Ellos,
como sabían que era algo ilegal porque sí habían pagado la deuda, se prepararon
para no permitirlo. Llegó una tanqueta que entró hasta el barrio, por unas
calles estrechas, con Esmad y unos vestidos de civil que con una mano tiraban
piedras y con la otra sostenían radios. “La policía arremetió contra la casa
con cantidad de gases, piedras desde afuera, y me mostraron granadas, nos iban
a matar. De hecho, la casa la compró un testaferro que tiene una abogada que me
hizo amenazas, dijo que iba a matar a mi hijo”. Allí se encontraban niños y
ancianos. Rompieron vidrios y dañaron algunas partes de la casa.
La familia, junto con la comunidad que apoyaba se defendió hasta que la
policía se tuvo que retirar y no lograron sacar a la familia. Grabaron videos
de todo y ahora les sirve para demandar a la policía por sus abusos y es una
manera activa de proteger los derechos humanos. La casa está cerca a un humedal
y estos están en miras de desaparecer para convertirse en centros comerciales
cuando los humedales son la vida del territorio. Es una importante reserva de
flora y fauna de Bogotá. Alrededor de 30 desalojos diarios suceden en la
Capital.
En la casa de Nohora se hicieron murales en contra del desalojo y el
propósito es que sea un centro cultural, decidido por toda la familia. La casa la defendió la gente del territorio.
Este caso estará en Foro social.
Medellín
En Medellín el desalojo también es una modalidad diaria. Todo gira al
nuevo modelo de ciudad que se quiere imponer. Un caso particular es en
Manrique, comuna 3, donde ha llegado gran cantidad de población desplazada.
La Cruz es un barrio en la periferia de Manrique, parte alta, donde en
un pequeño sector se asentaron personas que no tenían dónde hacer una casa, ni
empleo ni dinero. Los habitantes de La Cruz son familias desplazadas por el
conflicto que vienen del mismo departamento y de diferentes lugares del país.
En el 2012 la alcaldía de Medellín realizó varios desalojos en el mismo lugar, porque
la comunidad se resistía a salir del único espacio que había sido posible
habitar dadas las condiciones en que llegaron. El
26 de abril desalojaron a 70 familias, donde resultaron varios heridos ya
que llegó la policía en la noche a tumbar las casas de madera y plástico que
allí se construyeron.
Luego
de este destierro 20 familias regresaron, construyeron de nuevo sus hogares
porque no tenían otro lugar para llegar ni la alcaldía les solucionaba nada. El día jueves 31 de
mayo, en las primeras horas de la mañana, nuevamente la Secretaría de Gobierno
de Medellín, Espacio Público, la Policía Metropolitana, el ESMAD y hombres de
civil, iniciaron un segundo operativo de desalojo, no dejaban entrar los medios
de comunicación, argumentando que era por “seguridad” y que la población se
torna más “agresiva” cuando estos llegan.
Luego de
esto se dio la orden de iniciar el desalojo y el Esmad arrojó granadas de
aturdimiento, gases lacrimógenos y bombas de humo, sin importar que estuvieran
niños, ancianos y mujeres embarazadas presentes. Inmediatamente los
funcionarios de Espacio Público comenzaron a destruir los ranchos con algunos
pobladores se encontraban al interior de los mismos intentando proteger sus
enseres. Estas personas fueron golpeadas por el Esmad y algunos medios de
comunicación de la comunidad muestran, en video, estos ataques.
La excusa
del desalojo es porque es un terreno inestable e inseguro, pero la
administración y los privados sí pueden invertir para que sea habitable, porque
al lado de este lugar construyeron unos edificios y en una zona aún más
inestable. El plan que lleva a todos estos desalojos es el proyecto Cinturón Verde
que va a encerrar la ciudad para los ricos y para privatizar y cementar cada
milímetro de espacio.
Luego, en
el centro de Medellín, en un barrio conocido como La Toma, fueron desalojadas
cientos de familias para construir el famoso parque Bicentenario. A muchos de
los habitantes les compraron sus predios a bajo precio, donde no les daba para
comprar otra casa ni en la periferia. Muchas de estas casas las recibieron de
herencias de sus familiares, otros fueron ocupas. Los que no quisieron vender,
fueron sorprendidos con retroexcavadoras que llegaron a tumbar casas con
familias dentro. Este barrio , en su mayoría la población era anciana,
discapacitada, y sin embargo eso no se respetó. Hay bastantes habitantes de
este sector que le tocó vivir en la calle porque no vieron otra salida. Hoy
está construida la casa de la memoria en este espacio, pero la memoria del
lugar ha sido borrada agresivamente. Es más bien la ciudad más contradictoria
del planeta.
La
administración local habla de unos logros y unos cambios que dio la ciudad para
que sea apetecida por los extranjeros e inversionistas, que se le cambie la
“marca” de ciudad del narcotráfico a ciudad innovadora. Pero ¿eso muestra la
realidad que vive Medellín en los barrios, en las calles?
En Medellín
no hay igualdad, al contrario esta brecha se expande más, porque Medellín no es
de empresarios, sino de gente que llega desplazada, de campesinos que les tocó
llegar a una ciudad llena de cemento, indiferencia, pocas oportunidades. Hay
violación constante de derechos humanos, desempleo, cientos de familias desconectadas,
que no tienen acceso a servicio públicos domiciliarios porque son muy costosos.
Esta es la ciudad que nos quieren vender.
El desalojo
será uno de los temas que estará presente en el Foro SUAP. Aquí puede encontrar
la programación.
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