Foto de Ojopicho. Si se fijan en lo que lleva Carlitos en el
costal se darán cuenta. Carlitos, al reciclar, está cumpliendo una
misión de gran vitalidad para el planeta. Aunque su salario sea de hambre. Carlitos, el de la ropa y la cara sucia, cumple
sin embargo la misión más limpia. Sé de personas que jamás meterían su mano en
un basurero ni saldrían a la acera de la casa con una gotita de sopa en la camisa y sin embargo jamás
han reciclado una botella ni entienden el valor del simple gesto. Carlitos es más limpio. Larga vida, hermano, larga vida. |
1 comments:
Jugué con Carlitos cuando éramos unos niños. Jugábamos remate (él era de los buenos), seguimiento, escondidijo. Se entraba temprano a hacer tareas, iba siempre bien en matemáticas... Un día cualquiera le dio por hacer un viaje a bogotá. Allá conoció las drogas fuertes, las drogas basura, el hachís, el bazuco. Cuando regresó (pasado mucho tiempo, quizá dos años) no era el mismo. Sin embargo, no vivía, como ahora, sumergido en el delirio. Me saludaba, y hasta nos poníamos a conversar. Poco a poco fue cediendo a esa comodidad de loco en la que ahora habita. Todavía los muchachos de por la casa le regalan (cada vez menos, porque la cambia por bazuquito) ropa, dinero. Pero sigue siendo el carlitos de siempre: Su espíritu permanece inocente, al parecer...
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