Girardota escondida + una reseña

A propósito del proyecto Girardota escondida está este video y una serie de reseñas sobre el tema que hemos venido publicando aquí. Hay pocos libros de historia girardotana. Tierra prolífica,Tierra sagrada (2006) es quizá el más importante.   

Tierra prolífica, Tierra sagrada 

De Antonio José Meneses García,

Mario de Jesús Sierra Ochoa,

Ruth del Socorro Meneses Saldarriaga

Reseña Por Felipe Ospina

Desde el prólogo se dirige la atención del lector hacia la necesidad que tienen las comunidades de auto reconocer su historia, de sacar del anonimato la vida cotidiana. Se hace notar la falta de proyectos dirigidos a estudiar los “aspectos “elementales” de la realidad individual y colectiva de la sociedad” girardotana, y se invita a los investigadores a apropiarse de los temas locales y regionales. 

Le sigue al prólogo la primera parte del libro, titulada "Tierra prolífica", donde se desarrolla la historia civil del Municipio de Girardota. En la segunda, "Tierra sagrada", se aborda la historia religiosa. Ambas partes son tratadas en orden cronológico, desde lo más alejado en el tiempo hasta lo más próximo. Esta reseña tratará solo del tema prehispánico y una parte del colonial.

El tema indígena aparece reseñado desde el inicio. Las fuentes usadas van desde las crónicas de la conquista, el archivo histórico de Antioquia, estudios antropológicos, pasando por artículos de prensa, hasta novelas donde se re imagina de oídas la vida de los primeros colonos.

La descripción del indígena se toma prestada de voces no indígenas, lo que es natural, ya que no sabemos casi nada sobre la versión de lo que se ha llamado en otros contextos la visión de los vencidos. El hecho de que la población indígena haya disminuido hasta un 1.2% en 4 siglos de colonia señala la brutalidad con que fue arrasada su cultura, sus tradiciones, su versión del mundo.

Las únicas formas culturales auténticas de aquellas gentes aparecen de vez en cuanto en vestigios hallados en entierros, petroglifos al borde de quebradas o en escombros de construcciones hechas en piedra. Pero la interpretación de estos datos es todavía escasa.

Se menciona en el libro, según dato extraído de la serie Así es Antioquia publicada por El Colombiano, que Girardota estuvo habitada por indígenas Nutabes y Yamacíes. Pero nada nos dicen sobre qué características tenían éstos, dónde se asentaban específicamente, a qué familia lingüística pertenecían, cuáles eran sus ritos, cómo se curaban de las enfermedades. Podríamos poner a los Nutabes y a los Yamecíes cualquier otro nombre, para el caso daría lo mismo, y el misterio sobre la existencia de indígenas en este municipio seguiría intacto.       

                                                                                    

Algunas cosas se saben, pero casi nada de la época prehispánica. Durante la colonia el indígena pasó rápidamente a ser propiedad de los patrones. Era usado para diferentes oficios: agricultura, aparcería, procesamiento de caña, explotación minera. También, según la versión de Bernardo Jaramillo, del indígena se obtenían conocimientos útiles, como el control de los animales depredadores de los cultivos a través de empalizadas. Hacían una bebida del fermento del maíz y vivían de manera sostenible, sin deteriorar el territorio.

Se sabe que estuvieron asentados por Manga Arriba, los Encenillos, San Andrés y San Esteban, y que los que se quedaron fueron concentrados en encomiendas. Los demás, o murieron o emigraron. No se tiene noticias de indígenas libres luego de la llegada del español.

Se puede concluir, hasta este punto, que  la historia prehispánica es un agujero negro en nuestra memoria. Se evidencia, como se menciona en el prólogo, la falta de documentos que iluminen esta región de nuestro pasado y que reintegren a la vida del pueblo esa parte perdida de su patrimonio.