¿Lo que cortaron solo eran unos árboles viejos?

Por Movimiento Permanente /Foto: Carlos Orlas

La urbanización y el desarrollo económico-social han implicado la transformación y la destrucción de la vida en diferentes dimensiones. Como sociedad antioqueña lo hemos evidenciado, padecido y realizado de múltiples formas: ríos muertos, cielos sucios, especies extinguidas, desplazamientos humanos y de animales diversos… 

Hoy nos interrogamos como Movimiento Permanente frente a un caso local que podría pasarnos desapercibido: “el de unos árboles cortados”. Y la vida que en ellos había. 

Respecto a la obra que se realiza para construir  la vía Santa Ana-Guayacanes, varios habitantes del municipio hemos tenido inquietudes sobre si se realizaron los estudios respectivos de la fauna  y flora que habita(ba) allí. ¿Cuántas y cuáles especies vivían en esa arboleda antigua, que hoy es un arrume de troncos cortados y mañana será un paseo peatonal asfaltado? ¿Se hizo el procedimiento correcto?

¿Simplemente unos árboles viejos?

 En los búcaros que taló la administración se han dado avistamientos de aves como carpinteros reales y diversos tipos de pericos, entre otras especies comunes (canarios costeños, azulejos, bichifués); también se observaron plantas como bromelias, musgos, líquenes y orquídeas (conocidas como epífitas, es decir, que crecen en los árboles). 

Esto nos parece preocupante pues en estos árboles se podían ver las perforaciones hechas por el Carpintero Real para poner allí sus huevos (usualmente entre  3 o 4), así como el cuidado constante de las parejitas que entraban y salía de los nidos: “Tanto el macho como la hembra participan en la perforación del nido. Los padres protegen los nidos conjuntamente, alzando la cresta y expulsando a otras aves que anidan en perforaciones" 

Por esto, nos preocupan no solo los nidos,  sino la presencia de las mismas aves,  mientras ocurría el proceso de tala de sus hogares; tal como pudo haber sido en el caso de los loritos-periquitos  (Perico Barbinaranja)  que " anidan en cavidades adoptadas o construyen su propia cavidad en un sustrato blando como los nidos de termitas. [Los que] suelen anidar en cavidades de árboles hechas por carpinteros y protegidas por palmas, cavidades naturales, y ocacionalmente anidan en colonias en troncos secos y huecos"

Además de este daño a la fauna, del cual no se supo cómo realizaron el proceso de estudio y reubicación, las especies epífitas  que crecían en estos árboles son (o eran) importantísimas pues retienen el agua, brindan alimentos a la planta y a otras especies visitantes; razones por las cuales  tuvieron que reubicarse también, según lo exige la legislación ambiental vigente (el Decreto 1608 es el más antiguo). 

La reubicación de plantas y el manejo forestal son hoy unas condiciones cada vez más fuertes para las construcciones de obras civiles, tal como ocurrió hace unos años con la vía que lleva de Barbosa a La Pradera que (en conjunto con el Jardín Botánico de Medellín)  trasladó 20.000 especies que serían exterminadas o amenazadas por la ampliación de la doble calzada. 

¿Hubo o hay claridades frente a la tala?

Pese a estos determinantes ambientales, cuando revisamos lo que fue la socialización del proyecto por parte de la alcaldía, nunca se enunció qué pasaría con la flora y fauna existente: al menos en términos de estudios, rescate y reubicación. No dijeron nada,  ni en las imágenes que han subido a la página de la alcaldía con los costos y la recreación de la vía futura, ni tampoco el día en que socializaron el proyecto con la comunidad de Santa Ana en la cancha. Sí dijeron que por cada árbol cortado sembrarían 5, pero esos no son requerimientos ambientales suficientes, según lo que se ha venido diciendo. 

No sabemos qué pasó y pasará con estas especies (y otras más, como es el caso de los Algarrobos que se encuentran más abajo del trayecto): un día simplemente escuchamos y vimos los árboles caer sin observar que hicieran algo por las especies que allí vivían. Cuando uno de los compañeros de Movimiento Permanente fue a preguntarle a un ingeniero de la obra, al comienzo simplemente lo ignoró y después le dijo (a regañadientes) que sí, que sí había estudios y reubicación. 

Puede ser que ninguna persona conocida haya visto la reubicación, es posible; sin embargo, ¿dónde está la información? ¿Realmente la administración municipal veló por asegurar la efectiva reubicación de las especies que se reproducían y vivían en esta zona?  Si esto fue así, ¿cuáles fueron los estudios que respaldaron esto?  ¿Cuántas especies fueron reubicadas y a dónde? ¿O es que a no se dieron por enterados de la presencia de estas familias de aves, así como de las plantas que habían allí? ¿No los ensordeció el chillido de los loros mientras las sierras accionaban?

¿Es acaso un antecedente de lo que serán las futuras construcciones viales en el municipio? ¿Qué autoridad ambiental regula en estas situaciones?