29 sept 2021

PBOT: sin piso y sin horizonte claro

Redacción Ch-i

El Plan Básico de Ordenamiento Territorial -PBOT- es el instrumento que tiene el municipio para ordenar las actividades a realizar en su territorio. En ese documento, que además se debe volver norma en el Concejo Municipal, se definen los lugares donde se ejecutarán las actividades productivas y sociales del municipio. En qué zonas se localizará el comercio, la industria y la vivienda, por ejemplo. En dónde se podrá construir nuevos proyectos de vivienda y grandes infraestructuras públicas y privadas y, en definitiva, hacía qué sectores crecerá el municipio.

Lo delicado de un plan de ordenamiento territorial es que una mera decisión administrativa, que toma la alcaldía, puede multiplicar el precio de un predio. Si, por poner un ejemplo, un lote estaba en un suelo rural, y ahora en el nuevo plan se define que ese lote ya está en un suelo de expansión hacía donde se construirán los nuevos proyectos de vivienda en el municipio, o la nueva industria, eso provoca que el valor del mercado de ese predio se dispare.

De ahí los deberes de control y supervisión que debe tener la formulación de este instrumento. Puede haber muchos intereses involucrados en querer que un determinado predio o lote se señale con alguna clasificación que lo beneficie y facilite la especulación con los usos del suelo. Eso es de lo que nos hemos enterado por los escándalos de la gran prensa, y que se dieron en llamar el volteo de tierras, tristemente célebre porque unos hijos de expresidente quisieron hacerse millonarios con el Plan de Ordenamiento Territorial de Mosquera, Cundinamarca, el cual, de la noche a la mañana les convirtió unas fincas que compraron a precio a de huevo, en un suelo para edificar una zona franca.

El PBOT de Girardota está desactualizado, es del año 2007. Y en los casi 15 años todas las administraciones que pasaron han tratado de modificarlo para adaptarlo a las nuevas necesidades del municipio. La pasada administración de Vladimir Jaramillo se gastó más de 400 millones de pesos en un supuesto plan de actualización que contrató con la Universidad San Buenaventura, y que terminó en nada.

Y la actual administración del alcalde Diego Agudelo sigue pasos similares. Se contrató un equipo técnico para la actualización del PBOT. Este equipo entregó los resultados de lo que sería el nuevo plan, y en marzo de este año 2021, lo presentó a consideración de Corantioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá -AMVA-.

Las normas dicen que todo proyecto de PBOT se debe concertar con las autoridades ambientales, quienes deben dar el visto bueno sobre los asuntos de su competencia. El decreto 1232 de 2020 y la Ley 388 de 1997, artículo 24, establecen que esa concertación entre el municipio y las autoridades ambientales tiene un plazo de 30 días hábiles.

El 4 de mayo de 2021, el AMVA elaboró un informe de observaciones hechas al proyecto de modificación del PBOT de Girardota, con mas de 200 páginas de solicitudes de corrección o modificación. Entre otras cosas, la autoridad ambiental se negó a incluir en esas reuniones de concertación a las personas que ganaron la demanda de acción popular por la calidad del aire de Girardota, y que, según ordenó la sentencia, debían formar un comité de verificación que participara en la modificación del PBOT.

Pero la autoridad ambiental se negó, como se dijo, contradiciendo la orden que dio un Magistrado del Consejo de Estado, de tener que considerar en el PBOT las medidas para localizar a la industria contaminante lejos de la exposición dañina a las personas y a distancias seguras.

Esta acción que claramente tiene que ver con la organización del territorio, al AMVA le pareció que no tenía nada que ver con el PBOT, y desacatando lo ordenado por el juez, dijo que la sentencia y el PBOT eran cosas aparte. Así contestó en el informe citado cuando desde el municipio se pidió la inclusión en la concertación del PBOT del comité de verificación de la sentencia:

“Atribuirle estas competencias al Comité de Verificación e interpretar que el fallo implica incluir al Comité de Verificación dentro del proceso de concertación ambiental y de participación democrática y otorgarle las competencias decisorias que propone, constituiría una clara actuación extra petita por parte del Municipio de Girardota, al pronunciarse sobre un alcance de competencia en cabeza del Comité de Verificación que va más allá del que ordena el Fallo y desconociendo o modificando vía interpretación por fuera del fallo, en últimas, la decisión de la Alta Corte.”

Lo que ha venido después de eso, ha sido un tortuoso camino lleno de bucles que ha terminado exactamente en lo que terminaron todos los intentos de modificación del PBOT. En nada. Y con cientos de millones invertidos sin ver resultados.

El AMVA insistió en las objeciones al proyecto de modificación del PBOT que presentó la alcaldía. No pudieron llegar a un acuerdo sobre el contenido del plan. En medio de la discusión estaban por cumplirse los 30 días hábiles de ley. Para que eso no pasara, la alcaldía y las autoridades ambientales firmaron un documento que dizque suspendía los términos. Con eso esperaban darse una pausa para retomar luego las conversaciones.  Documento que se tenia como ilegal según fuentes especializadas consultadas, pues los términos que te da una ley no se pueden modificar con un acuerdo privado entre dos partes.

Después quisieron retomar las conversaciones, pero continuaron los desacuerdos. Tanto el AMVA como Corantioquia se negaron a aprobar el texto del proyecto de acuerdo municipal que modifica el actual PBOT de Girardota. Las mismas normas citadas más arriba estipulan que, cuando una modificación de un PBOT no se logra concertar, las partes que no llegaron a un acuerdo deben enviar el caso al Ministerio del Medio Ambiente, para que éste dirima el conflicto, y resuelva qué parte tiene la razón. Si la alcaldía o las objeciones de la autoridad ambiental.

El 24 de junio de este año, el personal de la alcaldía y las autoridades ambientales tuvieron la última reunión donde se decidió de plano que no había un acuerdo sobre la modificación el PBOT. Sin embargo, el alcalde de Girardota se negó a enviar el caso al Ministerio del Medio Ambiente y decidió mejor retirar el trámite y desistir de todo el proceso.

El día de hoy no hay un proceso en trámite de actualización del PBOT. Y la concertación con las autoridades ambientales terminó en un ejercicio fallido.

Lo curioso del asunto es que desde la alcaldía se siguen promocionando reuniones con la comunidad para supuestamente garantizar la participación de la gente en el nuevo PBOT. Se han hecho reuniones y convocatorias donde se reciben la inquietudes y sugerencias de la ciudadanía para ser insertados en el supuesto nuevo PBOT.

No se entiende cómo, por un lado se informa algo errado a la comunidad, cuando por el otro el proceso de aprobación del nuevo PBOT está detenido y empantanado. Se habla de volver a intentar la concertación en los próximos meses. Y no es claro por qué desde la administración se optó por no querer elevar el caso ante el Ministerio, y en cambo repetir el ejercicio con unas autoridades ambientales que ya una vez le dijeron que no, y sobre las que no hay ninguna seguridad de que ahora vayan a cambiar de parecer.

Hasta ahora, con este tema, los resultados son los mismos habidos en anteriores administraciones. Cientos de millones de pesos mal invertidos en un proyecto que no termina. Lo que ya parece ser una tradición afianzada en todos los alcaldes que pasan por el municipio.



1 comments:

Anónimo dijo...

Es normal que se improvise en pbot, pero esta administración si se paso de descarada, todo es improvisado y se ufana de conocer todos los temas, esperemos que juridicamente meta más las patas y lo veremos destituido o encanado