Editorial

 A 12 ediciones de Pueblo impreso, conocido como la “Chimenea Informativa”, los que hacemos parte de esta experiencia de medio de comunicación nos sentimos muy animados a continuar. 

El oficio de la escritura pública es uno de los más ilustres y bellos oficios. Muchas personas jamás sabrían nada de nada de su tierra sin esta clase de medios, que vinculan a la mayor cantidad  de gente posible. 

Sabemos que muchos no tienen acceso a internet en Girardota y muchos que tienen acceso a internet, pueden llegar a no leerlos nunca. 

Pero además de una brecha digital hay una brecha mental que es la más horrible. La brecha que hace que muchos profesionales y adultos ni siquiera se preocupen por discutir con los congéneres las noticias más cercanas y sus soluciones.

El poca comunicación local hace que Girardota sea lo que es, en términos materiales. La organización social más importante aquí la tiene la iglesia Católica. 

Cada uno consigo mismo, rara vez resolviendo cuestiones colectivas o grupales. Rara vez, pero se sabe que se hace y a veces de una bella manera. Vemos este trabajo en Pueblo como un ejercicio de organización social, un trabajo en red.

Intentamos crear un gran grupo de discusión donde no solamente votamos caspa sino que también pasamos a las acciones, sin mediar el dinero. Res non verba, hechos no palabras.  Porque lo lamentable es ver mucha gente que no hace un trabajo social de sostenida envergadura sin que le paguen, o no hacen simplemente ningún trabajo social, aún cuando les paguen por hacerlo, simplemente porque no les es posible.

 

El impedimento es del alma. Un impedimento que no se puede resolver con inversiones materiales, para hacer más ricos a los varones del cemento y  a otros varones. En PUEBLO pensamos que es posible un gobierno que se gaste los recursos propios en que seamos cada vez más independientes económicamente, y al mismo tiempo, mejores humanos. 

Donde todos sabemos lo que pasa a nuestros semejantes, nos cuidamos a nosotros mismos, tendemos las manos al desdichado, pero con un azadón y no con un mercado. Porque es repudiable el asistencialismo que embrutece.

 

Hacemos públicas nuestras opiniones y pequeñas investigaciones como un fin en sí mismo que consideramos ineludible, además, como un voluntariado de muchos seres humanos despiertos. La palabra es acto. Desencadena el acto. Los arranca del miedo, de la noche. 

Mucha gente, como nosotros, lee con atención sus comentarios valientes, sarcásticos, viscerales, informativos, a veces malintencionados.  Es lo más vivificante, ver que hay cantidad de lectores activos, como nosotros mismos nos consideramos. Lectores activos de la realidad. Un abrazo para todos y feliz devenir.