Alejandro Posada, el joven político con mañas de la vieja política

El ex alcalde, Fernando Ortiz, izquierda, con el jóven político Alejandro Posada, derecha. Y al centro Olga Mazo, ex candidata al concejo. Facebook.

Por Sergio Henao

El lunes 31 de julio varias personas fueron invitadas al salón de eventos de Monserrat para escuchar un supuesto informe de gestión del director saliente del INDER, Alejandro Posada. Algo que no es habitual en Girardota, por más méritos que hayan tenido los funcionarios en ejercicio de sus cargos. 

Mayor fue la sorpresa cuando el salón se vio atestado de políticos de toda pelambre, incluyendo a Fernando Ortiz y a Carlos Mario Montoya. Estaba Vladimir Jaramillo y varios concejales. Parecía una convención del partido. Nunca antes un informe de gestión de un funcionario ha sido tan solemne y nunca antes un funcionario se ha ido con semejante aplauso.

Muchos asistentes al evento confirmaron a este medio que los invitaron fue a oír un informe de gestión y no de un homenaje que tenía más tintes de lanzamiento de campaña. Tanto, que Carlos Mario Montoya exaltó la trayectoria política de Posada, sugiriendo que tiene todas las virtudes para suceder a Vladimir. El evento puede compararse al que hizo Germán Vargas Lleras cuando dejó la vicepresidencia, para mostrar quién será el dueño del clientelismo oficial para las próximas elecciones. 

Fuente: Facebook.

El homenaje realizado a Posada tenía el objetivo, entonces, de presentar al candidato. Hasta Ortíz, acompañado de la excandidata al Concejo, Olga Mazo, le entregaron un reconocimiento a nombre de su fortín electoral, la fundación Portíz, que viene moviendo limosnas para luego reclamar votos, no solo en Girardota, sino en otros municipios donde ya comienza a proyectar su caridad.  Para mantener su imagen vigente, Vladimir lo viene mostrando en cuanto evento puede. Hace poco lo vimos al lado de Ochoa en una reunión de las JAC. 

El salón, que tiene un aforo para más de 200 personas, estaba lleno. Cabe anotar que el director saliente se mostró sorprendido porque, según él, no sabía que era un homenaje,  y aun así llevó a  toda su familia a un informe de gestión que, por lo regular, se da es ante el Concejo y no ante las potenciales maquinarias electorales.  

El evento nos sirve para recordar una de las situaciones que más promueve la corrupción en Colombia: el clientelismo, que pone la administración pública —los recursos públicos— al servicio de una empresa electoral. La alcaldía sostiene un capital burocrático suficiente para mover una campaña ostentosa y aplastante a través de los contratos de prestación de servicios. La bendición de los padrinos electorales, ante las venideras elecciones, comienza a ser derramada sobre sus posibles alfiles. Si Ortiz no va a la Cámara, irá otra vez por la Alcaldía, o dará su bendición a Posada para que lo haga. Y Vladimir no dirá que no, porque es del equipo. Podemos ir preparándonos para ver la dinámica política de una Alcaldía al servicio de un “prometedor” candidato.

El homenaje a Posada deja el mensaje de unidad con el equipo político que Ortiz lidera. A Jaramillo no le conviene que esa idea de traición al equipo se propague y le haga perder legitimidad y capital político. Mucha de la burocracia que sostiene Vladimir, muy poca le es leal, y a cualquier llamado de Ortiz u otro jefe de más peso electoral, muchos no dudarán en renunciar los últimos meses al “contratico” o hacer campaña solapada a quienes “los jefes digan”.  Posada, en su corta carrera, ya va mostrando el talante camaleónico de esa rancia política, sin ideas ni programas. Primero fue conservador, luego militante del partido Verde, ¿y ahora? Pragmatismo inflexible, dice Frank Underwood, célebre personaje de  la popular serie House of Cards.