Los medios efímeros

Por Cristian Zapata

 La diversidad de medios de comunicación siempre será bienvenida. Se supone que entre más medios existan en una comunidad, más oportunidades tendrán sus gentes para formarse una opinión. Pocos medios son menos posibilidades de opiniones distintas.  Pero peor que la poca diversidad en la prensa, es la diversidad efímera y sinuosa. Pues dentro de la responsabilidad de los medios está garantizar su permanencia y vocación de informar más allá de una coyuntura cualquiera. 

En otras palabras, los medios oportunistas que sólo surgen de momento, pensando en un suceso en específico, y con una existencia efímera -pues una vez ese suceso pasa, se esfuman- hacen más daño que bien. Muestran sin quererlo su carencia ética y confiesan tácitamente una actitud tendenciosa de sólo informar para querer infundir y encausar la opinión pública hacia un propósito inmediato.

La gran muestra de esto son las próximas elecciones a alcaldes locales. En estos momentos, y aprovechando la facilidad de las publicaciones vía web, la gran mayoría de municipios del país se está llenando de advenedizos periódicos virtuales, portales, blogs y páginas, que surgen dizque para informar a sus ciudadanos sobre la situación política actual, y cuando nunca antes, durante estos pasados cuatro años, se habían preocupado de hacerlo.

Lo que muestra que su propósito no es informar sino sencillamente participar de un chisme que ya está en boga, captar incautos, aprovechar la subienda, y en muchas ocasiones, participar veladamente de la campaña electoral, con apoyos disfrazados de reportería. Y hasta siendo un actor desarmado del conflicto en nuestro ambiente de violencia.  

Girardota es apenas un ejemplo más de este fenómeno de periodismo oportunista. Para probarlo basta con un ejercicio de memoria a corto plazo. Hasta hace unos pocos meses, Girardota sólo tenía un medio de información independiente, que entrevista gentes diversas, que publica periodismo investigativo, crónica y hasta sátira política, centrado en lo local. Lleva ya varios años de labores y un archivo importante acumulado que da cuenta de su trabajo sostenible y no coyuntural. Y aunque decirlo saque ronchas, este medio se llama Chimenea Informativa, Pueblo, que se acerca ya a su primer lustro de vida.

Este medio ha dado una pelea solitaria por informar en un municipio donde todo lo trata de ahogar la voz oficial. Y en esa tarea se ha sabido granjear enemigos poderosos y ha soportado las desacreditaciones malintencionadas de mercenarios de pluma alquilada.

Sin embargo esa soledad, ¡Oh milagro!, desde hace un par de meses ha empezado a menguar. Pero peor que estar solo, es estar mal acompañado. Y mientras en los años anteriores, con los peores problemas que el municipio tuvo –ambientales, sociales, de saqueo del dinero público- nunca surgieron medios interesados en esto. 

Ahora resulta que hemos visto emerger una cantidad de medios recién aparecidos, que surgen casi a diario, por la web, o como perfiles de Facebook, y que se presentan como espacios de información y opinión sobre la política de Girardota. Todos pensando en las elecciones venideras y en la tajada que le puedan sacar a eso.

Chimenea ya no está sola, tenemos una cantidad de medios preocupados. Por eso a diario nos llegan solicitudes de amistad, que de Girardota Crítica, que de Girardota Elige, que de Urna Girardotana, que de Pepe Sierra, que de Dignidad Girardotana, que Girardota Elecciones, que Opción Ciudadana Girardota… Y la lista del oportunismo podría seguir, porque los aparecidos no paran de llegar a pescar en río revuelto.  

Veremos que queda de ellos allá por octubre. Todos van a  desaparecer cuando el alboroto pase y cuando los escándalos y problemas públicos del municipio demanden más trabajo para ser contados que un simple click en el botón de Me gusta.

Ese activismo efímero e incompetente, resulta más nocivo incluso que la precariedad de nuestra prensa. Duran lo que dura un ponqué en la ventana de una escuela, una vez gana el alcalde, el cacique reparte el ponqué entre todos y se acaban las ganas de informar. Salvo que no estén de acuerdo con el reparto. Ahí sí. Periodismo de chisme y repartijas. Como dijo el paralítico, mejor como estábamos.