La conciencia: principal fuerza política en Girardota

Redacción Pueblo
El domingo fue un día gris en Girardota, pero movido. El ciudadano desprevenido, en busca de su mesa de votación, debió atravesar el río de cientos de patinadores de azul, beige, amarillo y blanco, que trabajaban unos para el cambio y otros para la unidad acechando incautos que no tuvieran todavía un candidato. Aunque el sol salió durante gran parte de la jornada, gruesos nubarrones cubrieron el cielo hacia el final de la tarde. Casi con intención esperaron hasta la hora del cierre de las mesas de votación para dejarse caer en aguacero sobre las calles adoquinadas de propaganda política. Así vivimos la democracia el 25 de octubre.

El pueblo celebra bajo la lluvia

Era alegre moverse entre la barahúnda de jóvenes. Parecían como recién salidos del colegio o recién ingresados a la universidad y, éstas elecciones, simples elecciones a la personería escolar. Buena parte de la juventud girardotana trabajando para uno y otro candidato.

–¿Cuánto les van a pagar?– oía uno que les preguntaban a los jóvenes patinadores.

­–50 mil.

Embudos humanos. Quienes no asistieron al espectáculo pueden imaginárselo como un San Andresito en El Hueco de Medellín plagado de impulsadoras comerciales y repartidores de publicidad de casas de masaje. 

Mangarriba parecía en romería. Camisetas beige, blancas, azules, amarillas. Mercenarios de éste o aquel candidato llenaban las callejuelas montañeras rumbo a las escuelas. Lo mismo en San Andrés. Lo mismo en Cabildo. En la tarde, cuando hubo poco flujo de gente, los jóvenes se vieron abatidos, aburridos, ya esperando la paga.

El punto de votación del Liceo Monseñor Manuel José Sierra, en la Cr.14, fue el más concurrido de todos. A quienes entregaban papelitos se los decomisaron por bolsadas, pues esos papeles se imprimen por mil a solo cincuenta mil pesos.

Por la tarde, en la esquina de atrás de la Catedral Nuestra Señora del Rosario, había gente que pregonaba para uno u otro candidato, uno con un grave tono de profesional del oficio y otro, algo beodo, arengando para las cámaras su invitación a votar por un candidato del partido Liberal. Unos y otros seguidores de este o aquel candidato recitando la consigna. ¡Cambio o Unidad!

La gente llamaba a los periodistas a decirles que estaban repartiendo plata en esa misma esquina. No paraban los rumores de irregularidades aquí o allá. Que cogieron a uno votando dos veces. Que otro trató de robarse unos votos. Que entre los pastelitos entregaban billetes.

La gente libre

No parecía posible que en medio de ese vértigo estuvieran yendo a votar también cientos, miles de ciudadanos, por una propuesta diferente al cambio o la unidad, las cuales instalaron sendas vallas de sus candidatos.

En las esquinas del pueblo no se estaban entregando argumentos. Al preguntar a los patinadores si sabían quiénes eran las personas de las tarjeticas, si sabían qué proponían, cuáles eran sus ideas, la gran mayoría no atinaba a responder. Solo se pregonaba el indigente “colabóreme con el voto”, como quien pide una limosna.

La campaña de Más Conciencia, que no sacó patinadores, logró sin embargo 5.730 votos al final de la jornada, lo que se constituye en un fenómeno político local. 

Pedro Hoyos

Pedro Hoyos fue el único candidato que no tuvo una gran maquinaria a sus espaldas. El resto de candidatos hicieron de sus campañas una feria de exhibición de millones. Tanto Vladimir Jaramillo como Diego Agudelo hicieron un zafarrancho que fue fiel reflejo de la realidad política bipartidista del país. A nivel departamental la Unidad apoyó al candidato Luis Pérez Gutiérrez y los Conservadores a Andrés Guerra, el candidato del CD.

Por entre esta masa de gente pasamos a votar, sobriamente, sin griterías ni tumultos, 5.730 personas. Algunos de nosotros pasaron protestando, como la señora en un aula de la Institución Educativa Colombia que vio de a dos personas en las urnas de votación, sin que fueran ni ciegas ni lisiadas.

–¿Para qué sirve ese policía ahí?– cuestionó la anciana.

Otro se quejó de que afuera del Atanasio un patinador le jalara el pelo a una muchacha para que no atendiera a otro patinador del equipo contrario. Sin recibirle el papelito a los muchachos, muchos pasamos en silencio, por miles, a votar con Más Conciencia.

El voto libre

Un joven profesional de Girardota dice que perdió la fe en la política el día que salió con sus primos menores de edad a ver el circo que había llegado a la vereda y resultó que era un circo montado para hacerle campaña a Vladimir Jaramillo.

–Los payasos, con perdón de ellos, no me hicieron reír. Lo peor era que muchos otros niños, de risa más fácil que la mía, acudieron en masa a ver el circo todos los días, varias veces, pues es algo que ocurre poco en el campo.  

Después de la función de los payasos-soldados y el cura-marihuanero, alguien que andaba en el público gritó:

–¡Viva Vladimir!– como se gritaba viva el partido Liberal hace cincuenta años. 

Circo instalado para hacerle campaña a Vladimir en algunas veredas.

Lo imagino al nuevo alcalde Vladimir Jaramillo, allá en su mesa de operaciones, el celular en la oreja, negociando con un empresario circense el montaje de la carpa y los payasos.

–¿Qué puso Vladimir para que viniera este circo?– le pregunté a mi primo, que tiene nueve años.

–El terreno– me respondió sin dudar.

En una mesa de una vereda alguien nos mostró su Whatsapp. El supervisor de la empresa contaminante donde trabaja le de una orden:

“… no vayan a botar por Pedro Hoyos que ese va es a pelear con Enka… ”. ¿Por qué iba a pelear Pedro Hoyos con Enka?

Consteñimiento al elector por parte de supervisor de empresa contaminante.

Más que simpatizantes, hinchas
También corrió la voz informando del encontronazo entre los candidatos de la continuidad politiquera. Al cruzarse Diego y Vladimir en las urnas del Liceo, cuenta la gente que fue como dos viejas chismosas sacándose los trapitos al sol. Cada uno le echó en cara al otro los delitos electorales cometidos.Lea sobre delitos electorales en ésta campaña (denuncia no refutada todavía).

Los ánimos se tensaron en las afueras de los puestos de votación, donde cambistas y continuistas  vociferaron el nombre de sus caudillos en un espectáculo que hizo recordar los choques entre hinchadas de equipos de fútbol. 

Diego Agudelo quiso mostrar fuerza, triunfalismo anticipado, sacando sus trabajadores de camiseta azul a recorrer las calles. En varios puntos se toparon con los de camisetas varias de Vladimir Jaramillo, en un choque que presagiaba la tormenta que luego el cielo desató. Ambos bandos pujaban por meterle un golazo a la democracia.

La trampa de las urnas

Al momento del escrutinio, tronó fuertemente. No solo en el cielo, sino en los teléfonos de muchos lados. Nos llamaron testigos a reportar una larga antología de irregularidades y trampas. Capturaron un delegado de la registraduría con votos marcados. En varias mesas, más votos que votantes. En la transmisión los números se  hicieron borrosos y los números se transformaban súbitamente beneficiando al más “debuenas”. En el lugar del escrutinio, la secretaria del registrador, el personero Municipal, y el variopinto grupo de funcionarios municipales a cargo de las elecciones, brincaban en una pata por la victoria del candidato del alcalde. En el Liceo alguién escucho al nuevo registrador decirle al celador: "Ganamos".

Numerosos trabajos se iniciaron en plena campaña. Aceras, mejoramientos, calles, CAI, viajes, mercados, altas inversiones. En ese contexto nadie sabe de garantías y menos de ley de garantías.

El despliegue de publicidad anunciando millones y millones en inversión (inversión de campaña), nos dejó convencidos de que 9.900 girardotanos, le volvieron a creer. Sin embargo, son más los incrédulos: como demuestra la suma de los votos dela Conciencia y el Cambio, que no obstante fueron agua y aceite en esta campaña.

En torno a Más Conciencia nació una nueva fuerza política, con Pedro Hoyos a la cabeza. En su discurso posterior al escrutinio del 100% de las mesas agradeció a todos por desplazarse hasta las urnas y afirmó su responsabilidad con el ejercicio de control político desde la prensa.

La Alianza Social Independiente y Más Conciencia obtuvieron una curul en el concejo: Luis Ignacio Alzate, que será la voz tronante de las miles de personas que manifestaron en las urnas su descontento y la adhesión a una propuesta por un medio ambiente y una política más sana.