23 abr 2020

“Por el derecho a ser de donde estamos”: a propósito de las declaraciones del alcalde de Girardota sobre los migrantes venezolanos.


Por Carlos Orlas
El alcalde de Girardota, Diego Agudelo, en alocución del 16 de abril, invita a los venezolanos a que se inscriban “voluntariamente” para retornar a su patria. En el mismo discurso el alcalde afirma: “Aquellos que de manera voluntaria no accedan a esta facilidad que les estamos entregando, harán parte de personas que se quedan en Girardota de manera ilegal y tendrán toda la norma y la autoridad de frente con ustedes”. ¿Desde cuándo un alcalde puede conceptuar sobre la legalidad o ilegalidad de un migrante, cuando la misma ONU establece el derecho humano al refugio y al asilo por causas mayores?

Para ahí
Esta alocución es digna de ser puesta en un memorial de agravios por el desagravio al migrante venezolano, que está acá por una emergencia social en su país más extensa y estructural que la generada por el covid-19. A raíz de esta amenaza al estilo fascista (recordemos que para Hitler solo tenían derecho a Alemania los alemanes puros), cerca de 140 venezolanos se han devuelto asustados por las amenazas de la primera autoridad municipal. Dirán que no son amenazas sino una mano, un auxilio, cuando si develamos el cinismo de la propuesta nos damos cuenta de que en realidad es un gesto racista y merece ser denunciado no solamente en la prensa.

La conminación es digna de ser mandada a la sección para ahí del famoso programa #LaTeleLetal. Hay que guardarlo bien en la memoria para dejar constancia de que el Aló Presidente girardotano da para todo tipo de ocurrencias, y que la cuarentena obligatoria dio lugar al despliegue de disparates autoritarios como el de querer mandar a los venezolanos para su tierrita.

Advierto en este comunicado lo peligroso y anticristiano que es fomentar la xenofobia, la estigmatización y el rechazo social al hermano venezolano. A propósito del tema entrevisté a un vecino venezolano, desempleado del sector de la construcción y que conoce de primera mano la historia de los que se fueron:

“Nosotros vinimos fue a trabajar, si varios se fueron a coger comida de las mesas es porque tienen familia, no tienen con qué mercar. Me parece un acto despreciable de parte del alcalde, además es ilegal porque uno es de donde está, donde trabaja, donde vive. Nosotros tenemos derecho a estar acá. Le aseguro que los que se vayan se van a tener que quedar en la frontera porque la pandemia agarró a todo el mundo, por eso no nos pueden sacar, somos refugiados”.

Finalmente, basados en la Carta de Palermo (2015), manifiesto del inmigrante adoptado por la misma ONU, cabe recordar  la movilidad como derecho humano inalienable, entendiendo que “ningún ser humano ha elegido, o elige, el lugar donde nacer; sin embargo, a todos se les debe reconocer el derecho de escoger el lugar donde vivir, vivir mejor y no morirse”. Así que señor alcalde, póngale freno a su megalomanía, a su autoritarismo y al populismo barato que le está obnubilando los principios básicos de humanidad en nombre de una descarada higienización del municipio.

Se sabía que esta pandemia iba a reforzar las actitudes autoritarias pero tampoco para tanto. El Estado Social de Derecho tiene un principio, entre otros, que es el de la solidaridad. No son tiempos para caer en la pseudo-solidaridad y en el asistencialismo como un mecanismo fácil para lavar conciencias.

Como iniciativa ciudadana un grupo de girardotanos está rodando por las redes sociales un comunicado a la opinión pública “Rechazamos la xenofobia de la Alcaldía de Girardota”. invito a que lo firmen en este link.


2 comments:

Anónimo dijo...

UYYY este alcalde salio mas mentiroso que pinocho, por ahi vi hoy un video con unos contratos al estilo de Pacho Escobas, empresas de papel y lo peor es que la plata se la estan llevando para otro departamento

Anónimo dijo...

Tal como lo hacía el uribismo para ganarse unos votos de la ultraderecha cínica y xenófoba, creyendo que discriminando, o peor aún en este caso, expulsando a los venezolanos va a mejorar este paraíso de chimeneas. qué cosa tan horrible y poco humana, con tal de quedar bien ante la xenofobia que comparte la mayoría de este platanal.