Hambre voraz de poder

Por Gabriel Ángel

En las pasadas elecciones presidenciales, una vez el proceso electoral tuvo sus arranques en primera vuelta, el escenario político no dudó en manifestarse a partir de ciertos sucesos. La contienda electoral entre los aspirantes a la presidencia de la república traería consigo algunas impresiones, entre ellas la decadencia parcial del candidato oficial que representa a la clase del poder durante los últimos 20 años de vida republicana.

Federico Gutiérrez, que enarbolaba las banderas retrógradas de esa sociedad aún feudal, anacrónica a la luz de nuestros tiempos, quedaría por fuera de la carrera electoral hacia la presidencia de nuestro país. Sin parecer asombroso, Antioquia sería el único departamento donde el caudal electoral de este personaje se impondría sobre las otras candidaturas.  

En el resto del país, por el contrario, sería victorioso el cambio: uno que se plantea con total certeza, que alcanzaría la mayor cantidad de votos en primera vuelta, Gustavo Petro y Francia Márquez; y el otro que, representado en nombre de Rodolfo Hernández, terminaría siendo, en cambio, una propuesta volátil, que divaga aún entre la incertidumbre y para muchas y muchos resulta, incluso, tenebrosa.

Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández

Fueron muchas las tensiones y discordias suscitadas antes de la primera vuelta entre estos dos candidatos. Solo por dar a conocer un poco sobre la relación entre Rodolfo Hernández y Federico Gutiérrez, nombro textualmente algunas de las disputas ocasionadas entre ellos. Haré referencia no solo a las que de forma personal se hicieron, sino también a las de sus coequiperos.

·  “Fico Gutiérrez es Duque II, pero más flaco y más mechudo”, sostuvo Rodolfo en la W Radio.

·  “Aquí hay gente que ha tomado banderas, entonces Rodolfo toma la bandera de la corrupción. Y yo me pregunto ¿cómo alguien que dice ser de la lucha contra la corrupción es el único que tiene un proceso hoy y está a punto de ir a un juicio?”, dijo Gutiérrez en diálogo con Blu Radio.

·  “Rodolfo Hernández es un falso mesías de la lucha contra la corrupción. Si alguien hoy tiene un proceso grave por corrupción en la Fiscalía es él y su hijo, que casi legalizó la corrupción en la Notaría. Adjudicaron un contrato para beneficiar a un particular donde estaba involucrado su hijo y él”, señaló Gutiérrez en debate de la W Radio.

·  “No había visto más cínico que el doctor Gutiérrez (…) mentiroso, farsante”, le dijo Rodolfo a Federico en debate programado por El Tiempo y Semana.

·  “A mi doctor Rodolfo nunca me han dicho que he tenido que ver con volteo de tierras, a mí nunca nadie me ha dicho que tengo intereses en concesiones o en empresas de basuras y yo no estoy en juicio, óigase bien, cómo se lo dijo Fico (Federico Gutiérrez) en un juicio por corrupción, donde está involucrado usted, y miembros de su familia”, le dijo David Barguil a Rodolfo, partidario del Equipo por Colombia, el mismo que respaldó a Federico en primera vuelta. Debate Semana.  

·  “¿Saben a quién se parece Rodolfo Hernández? Al señor Burns, a ese empresario truculento, de Los Simpsons, que quería también hacer política y quería ser el gobernador de su Estado y que tenía unas historias oscuras atrás”, sostuvo Barguil.

 

Federico Gutiérrez en Girardota

La campaña presidencial de Federico Gutiérrez estuvo respaldada en el municipio de Girardota por todas las fuerzas políticas alineadas al establecimiento, es decir, a la administración municipal de turno. El Partido Conservador, el Partido Liberal y el movimiento Primero Girardota constituyen lo que hoy llaman el Equipo de Girardota. Este equipo, que es una extensión del Grupo de Itagüí o el Equipo de Antioquia, se sumó a las 45 casas políticas —que, a propósito, operan casi como empresas electorales— que apoyaron la aspiración del candidato del uribismo.

Federico ganaría en el municipio de Girardota con una diferencia de 4699 votos ante el candidato que le seguía, en este caso, Gustavo Petro. Los resultados locales, que son además interesantes si se miran las otras fuerzas que le compiten el poder a la administración actual, no hicieron que el candidato del uribismo se embarcara, lastimosamente, hacia segunda vuelta. La vieja y rancia clase política del municipio, representada en exalcaldes, concejales, juventudes envejecidas, entre otros sectores, se vería abocada en este proyecto político de derecha. Ah, y claro, no olvidar que a esta campaña se sumaron los ya esperados vetustos que representan al Centro Democrático.  

 

Rodolfo Hernández Y Girardota

Nada más extraño e inusual fue la candidatura de Rodolfo Hernández, contendor en esta segunda vuelta junto a Gustavo Petro, imputado al día de hoy por corrupción. Éste recibiría un total de 6739 votos en el municipio, muchos de ellos votos de opinión y, otros producto de referentes a nivel local. Algunos de los personajes que en el municipio contribuyeron a esta campaña fueron el excandidato a la alcaldía Pedro Hoyos y el concejal Sebastián Saldarriaga.

Es descabellado que dos representantes del Partido Verde, quienes se han mostrado como el rostro diferente a la clase política municipal, hoy respalden la candidatura de este siniestro ingeniero. Nada más autoritario y populista que este proyecto político —si así se puede llamar—, el cual se ha convertido, luego de la primera vuelta, en el refugio o nicho electoral donde ha tenido cabida cantidades innumerables de corruptos o, para ser más amables, de políticos camaleónicos.

Pedro Hoyos y el Equipo de Girardota

La política se ha caracterizado por su naturaleza antagónica.  Ésta ha entrañado en su seno posiciones diametralmente opuestas, las cuales se confrontan, desde múltiples escenarios, en virtud del ejercicio del poder.

En Girardota puede decirse que la clase política tradicional, perpetuada casi de forma bipartidista a lo largo de los años en el poder, encuentra en parte a su opositor en lo que hoy es la figura de Pedro Hoyos. Supondría uno que, en términos de sus visiones de sociedad, tanto el establecimiento como Pedro Hoyos tienen sus miradas distintas y, en consecuencia, sus ideales rivalizan en todas las arenas políticas, entre ellas, sus simpatías presidenciales. Pero, ¿son Pedro Hoyos y el Equipo de Girardota distintos en las formas estructurales bajo las que se piensan el país? ¿Cómo explicar que, de la noche a la mañana Pedro Hoyos en una esquina le pegue afiches a Rodolfo Hernández y en la otra los conservadores también? ¿Son temas como el medio ambiente y la corrupción su único factor divergente? ¿Hasta dónde? ¿O quedó el candidato alternativo en la misma bolsa del uribismo?    

 

El ingeniero se suma al ingeniero   

Tal vez el trabajo entre colegas no sólo pone a converger puntos en común, sino que también hace que su ejercicio presente en su desarrollo menos trabas. No solo se trataría de similitudes en su vocación profesional, pues pasa que la forma como piensan el mundo en términos políticos, también es equiparable. ¿Son ambas personalidades marcadas ampliamente por atributos hacia el autoritarismo y el populismo? O si se reconocen como decentes: ¿por qué no salen a la palestra pública a argumentar e ilustrar un poco a la ciudadanía que los tiene o los tenía como referentes? 

Lo cierto es que una de las banderas del Equipo de Girardota, la más alta de ellas, incluso, impelida por los vientos turbios del sur, desde las azules hordas del municipio de Itagüí hasta las señoriales tierras de Girardota, pregona hoy otros aires. El glorioso Partido Conservador, a la cabeza de exalcaldes y alcaldes, exconcejales, concejales y algunos funcionarios públicos, ha vendido sus ideales —si es que acaso algo de ellos queda— a los caprichos campantes del ingeniero Rodolfo Hernández.

Han depuesto los principios del Partido Conservador a luz de las banderas que representa el hoy candidato a la presidencia Rodolfo Hernández, ese azul que toda su existencia ha sido salpicado por caudales de sangre, se decolora al paso desesperado que provoca el hambre voraz del poder. Decoloración que hace que se torne amarilloso.  

Lo que antes constituía para ellos un asesinato, hoy es respaldado bajo la consigna libre del aborto con el que está de acuerdo el ingeniero. Los esfuerzos amplios en persecución al expendio y consumo de sustancias psicoactivas, fueron en vano, pues hoy se concentran en una labor incansable porque el Estado, según el imputado por el caso Vitalogic, lleve a la mano del consumidor la droga. A las mujeres que antes acusaron de herejía, y con desdén a ellas miraban a sus ojos, pueden estar hoy tranquilas porque podrán contraer matrimonio con sus homogéneas, es decir, al adherirse a Rodolfo Hernández, el Partido Conservador está avalando también el matrimonio igualitario. A Nicolas Maduro, que acusaban antes de dictador, terminó siendo para ellos todo un demócrata, pues hoy el camino ya está despejado para reestablecerse relaciones bilaterales con el hermano país bolivariano. No importó, ni siquiera, que a la virgen la trataran como una prostituta, sin juzgar, por tanto, a las mujeres que ejercen el trabajo sexual y que también tiene dignidad. De este último caso, el candidato presidencial pidió excusas como si se tratara de la Chimoltrufia, que como dice una cosa dice la otra.

Tal vez el Partido Conservador nunca ha representado las banderas programáticas consignadas en sus propios estatutos y principios políticos. Durante el tiempo que llevan en el poder, además de siempre estar arrastrados por la avaricia, nunca antes vieron tan de cerca desafiados sus intereses. Los que se hacen hoy a estas banderas, no solo obligan a los funcionarios públicos a ir a sus casas en horarios extralaborales. A ellos también convencen con falacias, sin posibilidad de cuestionamiento alguno, sobre el apoyo irrebatible al ingeniero Rodolfo Hernández, tal cual lo sucedió también en elecciones al Congreso de la República y en los comicios en primera vuelta para con Federico Gutiérrez.                 

Al final, queda expuesta una incoherencia terrible. Queda aún cierta zozobra. Un eventual gobierno del “ingeniero” podría conducirnos a las sombras lúgubres de la tiranía, el absolutismo y la represión. No quiero decir que son ajenas estas condiciones de poder al uribismo, pues sus gobiernos pasados, incluso el de hoy, los ha caracterizado estos nefastos atributos. Creemos, no obstante, que un gobierno de RH puede ser más burdo y degradante. 

Con todo y eso: ¿todavía hay quien le cree al “viejo” con estilo de traqueto y amagos de demencia senil? Pregunta que, por desgracia, tiene en el municipio respuestas positivas.