17 jul 2012

Conciencia para el despertar


Meditando. Esta posición se llama La serpiente


Por Bibiana Ramírez

Cuando lo vi por primera vez creí que era un ángel. Toda su ropa blanca armonizaba con su barba y cabello blanco. Estaba en Manga Arriba con un grupo haciendo ejercicios. Me causó mucha curiosidad ver a este hombre tan blanco entregando su conocimiento y más en un pueblo tan pasivo. Después empiezan a llegar más noticias sobre él. Se que se llama Oscar Ochoa y que da clases de gimnasia. Lo encontré un día en la calle, me le acerqué y le dije que quería conversar con él. Aceptó alegremente.

Quedamos en vernos en su casa, por la Caldas. Oscar es de esos seres que uno siempre ha querido encontrarse. Con solo mirarlo llega una paz interior imperturbable que alimenta. Una casa antigua, grande, es la que habita Oscar. Allí vivió con sus padres que ya fallecieron y con sus hermanos. Nació en la Loma de los Ochoa, donde sus padres tenían una parcela, trapiche y cultivos. Los habitantes de este sector eran todos muy blancos, de ojos claros, pero con la mezcla de razas, los negros fueron predominando allí, hasta que hoy son mayoría.

Recorremos un pasillo que conserva los gustos de sus padres; cuadros y antigüedades. Llegamos a un patio pintado de verde, que es donde da algunos de los talleres. Nos sentamos en unas sillas blancas que ya estaban dispuestas para nosotros, sobrando una de ellas.  Sus ojos azules brillan y resplandecen con el color verde de su casa y la tarde soleada.

Una vida agitada
Oscar, en un momento de su vida, quiso experimentar el viaje y buscar otras aventuras. En varias ciudades realizó diferentes oficios. En el Valle trabajó panadería, en el Tolima el calzado, trabajó en el campo bastantes años en un pueblo llamado Playa Rica en Tolima y 18 años de su vida la pasó pitando paredes. Fumaba y “llevaba una vida desordenada, me tomaba los traguitos y me alimentaba sin prestar mucha atención a ello”.

Llegó un momento en que se sintió cansado, ya el brazo derecho se empezaba a desgastar y los dolores eran fuertes. En 1990 sintió que debía transformar lo que era y renovar su vida porque se iba yendo sin darse cuenta. Algo le decía que debía volver a Girardota, que debía estar de nuevo y definitivamente allí. Necesitaba ayuda, porque ya su cuerpo no le estaba respondiendo. Visitó en Copacabana a una médica bioenergética que “hacía terapias para el cuerpo y para el espíritu” La vida se le tornó en cuestionamientos y señales. Caminando por el centro de Medellín se encontró con un hombre que le compartió música espiritual que nunca había escuchado y además le entregó un mensaje de vida, hablándole de lo místico, del cuerpo y de la mente. Luego le llegó una invitación para asistir a clases de artes marciales en Girardota.
También algunos libros le ayudaron en ese proceso del nuevo despertar, de una conciencia de vida. Entre esos libros estaba El lobo estepario de Herman Hesse y en general ese autor influyó. “Todo me fue llegando rápido y cambiando la rutina, ya me sentía más sano y con un semblante distinto, dejé los hábitos perjudiciales, en menos de diez años ya era gnóstico-taoista. Empecé a asistir a unas conferencias y fuentes (donde se celebran rituales) de los gnósticos en Medellín”.

Conocimiento espiritual
El nombre de “gnóstico” viene de la palabra griega “gnosis” que significa conocimiento; gnóstico es por tanto quien adquiere un conocimiento especial y vive según él. El taoismo, por el contrario es camino, que no se puede definir, porque es la vida misma, se centra en el nivel espiritual del ser. Oscar Al conocer los gnósticos, vio que sólo se quedaban en ideas, lo cual era muy complicado para comprender, buscó algo más y vio que existía la fusión gnóstico-taoista, donde se complementa el cuerpo y el espíritu. En realidad Oscar vive una vida más taoísta. “La sagrada sabiduría gnóstica se fusiona a la milenaria sabiduría taoísta para continuar el proceso de redención de las almas y desarrollo integral del individuo en armonía con la naturaleza y las leyes divinas”. Dice en un texto que Oscar prepara y va entregando a los que se van acercando a él a adquirir el conocimiento.

Hay tres elementos guías del tao y que Oscar tiene muy presentes: El ejercicio, la alimentación y la mutación sexual. “Es ciencia. La ciencia de la vida, la ciencia de la muerte y la ciencia de la ciencia. Es el arte de entender el cosmos y la existencia del hombre de ese cosmos y es el arte de entender el arte. No es un monumento histórico, ni una rareza de otras latitudes: es práctica” continúa diciendo el texto base donde Oscar trata de comprender y acercar el tao a todas las personas.
Meditando. Esta posición se llama el pensador
 Entrega del conocimiento
Oscar dice que todo conocimiento es para entregarlo para bien de la sociedad “si uno se queda con él, se enferma, y busca maneras de salir”. Por eso lleva ya un año dando talleres de gimnasia ritmoterapéutica en Manga Arriba. “La ritmoterapia es práctica para utilizar los ritmos propios de la naturaleza y así mejorar la salud y surge como la respuesta al desbalance creado por la pérdida de los ritmos internos y falta de conocimiento del cuerpo”. Afirma Oscar.
También da clases de artes marciales. Tiene otros grupos en Juan Cojo, en la Ceiba y uno en su casa. Este último, con personas jóvenes, es el que ha sentido más cercano, y con apenas pocos meses con ellos, ha entregado más que a los otros grupos.

La alimentación es la parte más importante de todo este trabajo de conciencia que ha emprendido Oscar. “Estamos acostumbrados a llevar a la boca cualquier cosa sin saber lo que es, para qué sirve y si en realidad el cuerpo lo necesita”. Lleva una dieta vegetariana, consumiendo alimento limpio, es decir, sin mucho químico, poco transgénico. Él mismo elabora el pan, las arepas, los cereales. El desayuno o Inti pan, es entre las seis y siete de la mañana, y come cereales con frutas o arepa con cuajada y avena. El sustento, que es el almuerzo, es entre las doce y la una y el ceno, o la comida, es antes de que se oculte el sol. Todos los días en las mañanas hace el saludo al sol con unos ejercicios y dedica gran tiempo de la mañana a la meditación.

“Acostarse presto y levantarse presto” es la intención de todos los días. Los gnósticos-taoistas tienen varias prácticas que son el resultado y la mezcla de otras religiones, creando la propia, o eso es lo que muestra Oscar al entregarme su palabra. Por ejemplo para ellos el día termina a las 6 y 30 de la tarde y a esa hora empieza otro, el lenguaje cambia, y algunas terminaciones con las que no están de acuerdo y creen que es ofensivo, lo transforman. La terminación “miento”, ellos dicen que viene de mentir entonces no dicen alimento sino alicierto, la terminación ano, por sacro, no dicen banano, sino banasacro. Y así un sinfín de palabras donde Oscar afirma que “hay que limpiar el verbo, porque es la relación más directa con las cosas.

El sábado es el día de descanso “el día del señor”. Se hace baños de vapor, ora, canta y lee la biblia, come poco, porque el cuerpo pasa a un segundo plano. Todo esto lleva al “retorno y a trascender el espíritu”. Es un mensaje que Oscar entrega porque cree en él, porque contribuye al despertar de la conciencia.


1 comments:

Anónimo dijo...

Esto es un respiro a tanto aire contaminado.