Meditando. Esta posición se llama La serpiente |
Por Bibiana Ramírez
Cuando
lo vi por primera vez creí que era un ángel. Toda su ropa blanca armonizaba con
su barba y cabello blanco. Estaba en Manga Arriba con un grupo haciendo
ejercicios. Me causó mucha curiosidad ver a este hombre tan blanco entregando
su conocimiento y más en un pueblo tan pasivo. Después empiezan a llegar más
noticias sobre él. Se que se llama Oscar Ochoa y que da clases de gimnasia. Lo
encontré un día en la calle, me le acerqué y le dije que quería conversar con
él. Aceptó alegremente.
Quedamos
en vernos en su casa, por la Caldas. Oscar es de esos seres que uno siempre ha
querido encontrarse. Con solo mirarlo llega una paz interior imperturbable que
alimenta. Una casa antigua, grande, es la que habita Oscar. Allí vivió con sus
padres que ya fallecieron y con sus hermanos. Nació en la Loma de los Ochoa,
donde sus padres tenían una parcela, trapiche y cultivos. Los habitantes de
este sector eran todos muy blancos, de ojos claros, pero con la mezcla de
razas, los negros fueron predominando allí, hasta que hoy son mayoría.
Recorremos
un pasillo que conserva los gustos de sus padres; cuadros y antigüedades.
Llegamos a un patio pintado de verde, que es donde da algunos de los talleres.
Nos sentamos en unas sillas blancas que ya estaban dispuestas para nosotros, sobrando
una de ellas. Sus ojos azules brillan y
resplandecen con el color verde de su casa y la tarde soleada.
Una vida agitada
Oscar,
en un momento de su vida, quiso experimentar el viaje y buscar otras aventuras.
En varias ciudades realizó diferentes oficios. En el Valle trabajó panadería,
en el Tolima el calzado, trabajó en el campo bastantes años en un pueblo
llamado Playa Rica en Tolima y 18 años de su vida la pasó pitando paredes.
Fumaba y “llevaba una vida desordenada, me tomaba los traguitos y me alimentaba
sin prestar mucha atención a ello”.
Llegó
un momento en que se sintió cansado, ya el brazo derecho se empezaba a
desgastar y los dolores eran fuertes. En 1990 sintió que debía transformar lo
que era y renovar su vida porque se iba yendo sin darse cuenta. Algo le decía
que debía volver a Girardota, que debía estar de nuevo y definitivamente allí.
Necesitaba ayuda, porque ya su cuerpo no le estaba respondiendo. Visitó en
Copacabana a una médica bioenergética que “hacía terapias para el cuerpo y para
el espíritu” La vida se le tornó en cuestionamientos y señales. Caminando por
el centro de Medellín se encontró con un hombre que le compartió música
espiritual que nunca había escuchado y además le entregó un mensaje de vida,
hablándole de lo místico, del cuerpo y de la mente. Luego le llegó una
invitación para asistir a clases de artes marciales en Girardota.
También
algunos libros le ayudaron en ese proceso del nuevo despertar, de una
conciencia de vida. Entre esos libros estaba El lobo estepario de Herman Hesse y en general ese autor influyó. “Todo
me fue llegando rápido y cambiando la rutina, ya me sentía más sano y con un
semblante distinto, dejé los hábitos perjudiciales, en menos de diez años ya
era gnóstico-taoista. Empecé a asistir a unas conferencias y fuentes (donde se
celebran rituales) de los gnósticos en Medellín”.
Conocimiento espiritual
El
nombre de “gnóstico” viene de la palabra griega “gnosis” que significa
conocimiento; gnóstico es por tanto quien adquiere un conocimiento especial y vive
según él. El taoismo, por el contrario es camino, que no se puede definir,
porque es la vida misma, se centra en el nivel espiritual del ser. Oscar Al
conocer los gnósticos, vio que sólo se quedaban en ideas, lo cual era muy
complicado para comprender, buscó algo más y vio que existía la fusión
gnóstico-taoista, donde se complementa el cuerpo y el espíritu. En realidad
Oscar vive una vida más taoísta. “La sagrada sabiduría gnóstica se fusiona a la milenaria
sabiduría taoísta para continuar el proceso de redención de las almas y
desarrollo integral del individuo en armonía con la naturaleza y las leyes
divinas”. Dice en un texto que Oscar prepara y va entregando a los que se van
acercando a él a adquirir el conocimiento.
Hay
tres elementos guías del tao y que Oscar tiene muy presentes: El ejercicio, la
alimentación y la mutación sexual. “Es ciencia. La ciencia de la vida, la
ciencia de la muerte y la ciencia de la ciencia. Es el arte de entender el
cosmos y la existencia del hombre de ese cosmos y es el arte de entender el
arte. No es un monumento histórico, ni una rareza de otras latitudes: es
práctica” continúa diciendo el texto base donde Oscar trata de comprender y
acercar el tao a todas las personas.
Meditando. Esta posición se llama el pensador |
Entrega del conocimiento
Oscar
dice que todo conocimiento es para entregarlo para bien de la sociedad “si uno
se queda con él, se enferma, y busca maneras de salir”. Por eso lleva ya un año
dando talleres de gimnasia ritmoterapéutica en Manga Arriba. “La ritmoterapia
es práctica para utilizar los ritmos propios de la naturaleza y así mejorar la
salud y surge como la respuesta al desbalance creado por la pérdida de los
ritmos internos y falta de conocimiento del cuerpo”. Afirma Oscar.
También
da clases de artes marciales. Tiene otros grupos en Juan Cojo, en la Ceiba y uno
en su casa. Este último, con personas jóvenes, es el que ha sentido más
cercano, y con apenas pocos meses con ellos, ha entregado más que a los otros
grupos.
La alimentación es la parte
más importante de todo este trabajo de conciencia que ha emprendido Oscar. “Estamos
acostumbrados a llevar a la boca cualquier cosa sin saber lo que es, para qué
sirve y si en realidad el cuerpo lo necesita”. Lleva una dieta vegetariana,
consumiendo alimento limpio, es decir, sin mucho químico, poco transgénico. Él
mismo elabora el pan, las arepas, los cereales. El desayuno o Inti pan, es entre
las seis y siete de la mañana, y come cereales con frutas o arepa con cuajada y
avena. El sustento, que es el almuerzo, es entre las doce y la una y el ceno, o
la comida, es antes de que se oculte el sol. Todos los días en las mañanas hace
el saludo al sol con unos ejercicios y dedica gran tiempo de la mañana a la
meditación.
“Acostarse presto y levantarse
presto” es la intención de todos los días. Los gnósticos-taoistas tienen varias
prácticas que son el resultado y la mezcla de otras religiones, creando la
propia, o eso es lo que muestra Oscar al entregarme su palabra. Por ejemplo
para ellos el día termina a las 6 y 30 de la tarde y a esa hora empieza otro,
el lenguaje cambia, y algunas terminaciones con las que no están de acuerdo y
creen que es ofensivo, lo transforman. La terminación “miento”, ellos dicen que
viene de mentir entonces no dicen alimento sino alicierto, la terminación ano,
por sacro, no dicen banano, sino banasacro. Y así un sinfín de palabras donde
Oscar afirma que “hay que limpiar el verbo, porque es la relación más directa
con las cosas.
El sábado es el día de
descanso “el día del señor”. Se hace baños de vapor, ora, canta y lee la biblia,
come poco, porque el cuerpo pasa a un segundo plano. Todo esto lleva al “retorno
y a trascender el espíritu”. Es un mensaje que Oscar entrega porque cree en él,
porque contribuye al despertar de la conciencia.
1 comments:
Esto es un respiro a tanto aire contaminado.
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