¿Dónde están las veedurías?

Por Alejandro Henao

Que son un trampolín a la politiquería,  que hay ejemplos de veedores que se amañan, y reciben cargos para sus familiares. Que persigue a quien le conviene, y que no es participativa.  Mucho se dice de la veeduría ciudadana. Algunos llegan a pensar que es un cargo público, y que lo elige alguien de la Alcaldía. Por lo regular, se ven a dos o tres personas dando la cara, moviendo procesos  y haciendo acto de presencia en los eventos a los que son invitados.

Van meses sin saber nada de las veedurías. Sabemos que el anterior veedor fue José Joaquín Sierra, con el que hablamos y supimos que mantuvo una decidida batalla (epistolar) contra Fernando Ortíz por las irregularidades surgidas a raíz de la construcción de la Plaza de Mercado, los acueductos veredales y la construcción del parque principal. Y lo que se le reprocha es haber hecho muy poco en contra de la administración Ochoa.

Cuando comenzaron las campañas, muchos se emocionaron. Jóvenes y adultos crearon grupos de participación política. Hasta la iglesia  montó estrado para el debate y la reflexión. Pero una vez elegido el burgomaestre, se bajaron las banderas, los que necesitaban reclamaron lo suyo y se acomodaron en el rincón que les tocara. Así quedaron rezagadas las “propuestas participativas”,  o las voces que gritaban ¡despierta!

Los que fueron candidatos,  y enarbolaban discursos de control político e independencia, se fueron a sus fábricas a trabajar. Después de la contienda solo quedan carteles desgastados en los parales y las esquinas. Al parecer se es político en función del salario que se recibe.  Recuérdese que habían más de 100 “líderes comunitarios” lanzándose al concejo. Y ahora solo hay 13 trabajando, y uno que otro opinando, dos o tres sugiriendo y casi ninguno participando.

Lo cierto es que Girardota está urgida de veedurías, no de una veeduría. Nos lo dijo el Personero, Guillermo Vélez, quien nos contó que en la pasada convocatoria para  capacitar y conformar veedurías, sólo se presentaron 40 personas. Aún no hay ninguna veeduría visible, se nota el interés de algunos, pero es necesario legalizarlas y que comiencen a actuar bajo las facultades otorgadas por la ley y con el acompañamiento de la Personería.

Vélez también nos contó que es equivocada la idea de que debe existir una sola veeduría, y que la Personería es la encargada de constituirla. Pueden existir muchas, por ejemplo para lo ambiental, para la contratación pública, la infraestructura, la educación, etc. Y se inscriben ante la Personería, ente encargado de acompañar los procesos y garantizar la participación de vigilancia en las actuaciones del estado.

¿Qué se necesita para montar una veeduría? Independencia, ganas y tiempo. Tal vez este último (y hasta el primero) es lo que falta a muchos ciudadanos que quieren participar. El llamado es para profesionales, jóvenes y adultos, con conocimiento de aquello a lo que se quieran postular. Porque la administración pública no es tarea solo de los funcionarios, de algún modo todos los ciudadanos somos responsables de lo que pasa en el pueblo.

Posdata: A propósito de la participación ciudadana, agradecemos las trabas de algunos funcionarios para no suministrar la información que se les pide. Un periodista de este informativo ha interpuesto tres derechos de petición de información, de los cuales uno no fue respondido en el plazo que establece la norma, otro fue contestado con todas las respuestas a lo que no se había preguntado. Y el tercero, en una inteligente treta legal, la dependencia buscó la forma de no suministrar  la información que se le pedía. Para ajustar, a principio de año supimos que se les dio la orden dizque de no dar entrevistas oralmente. Ni que fueran sordomudos. Así no se hace periodismo. Señor personero, con funcionarios así, ¿cómo motivamos a la gente a participar?