¡Qué dolor! Primer festival deportivo y cultural en el Bowl de Girardota

 

Por Carlos Orlas

Con una participación masiva, skaters de Girardota realizaron el primer festival denominado !Qué dolor!. Este festival estuvo exento del manoseo político de siempre con el deporte en el municipio. Sin Concejales buscando protagonismo ni precandidatos dando golpecitos en el hombro y saludando con sonrisas postizas. Al festival se lo echaron al hombro el Movimiento Permanente, marcas de skate de la ciudad con patrocinios y el partido de firmantes de paz (Comunes).

Se llenó el Bowl que es el único espacio para practicar este deporte en el municipio. Un lugar mal diseñado, porque desaparecieron los planos del original; sin luz, porque el espacio está estigmatizado como un extramuro para el consumo de drogas; abandonado, porque en el pueblito todo es fútbol, politiquería y espectacularidad.

Por la dignidad de estos deportistas que saben autogestionar y organizarse al margen de la oficialidad que los ha ignorado y estigmatizado desde hace más de dos décadas, el espacio se llenó de poesía y poder colectivo: niñas, niños, familias, antiguos skaters, y  juventudes del norte del Valle de Aburrá compartieron alimento, música, premios, muestra audiovisual, buen nivel del deporte y teatro. 

Grupo de Teatro La Barca de los Locos

Obra: Más y Menos

A continuación se reproduce el manifiesto de este evento por el que el Inder de Girardota, que estaba invitado, apenas se asomó, con sorpresa y desconfianza como siempre han mirado a este colectivo de deportistas:

Este comunicado va contra la estigmatización y los señalamientos que recibimos quienes frecuentamos el bowl o el supuesto “skatepark” de Girardota. La difamación sobre el lugar y sobre quienes lo habitamos viene creciendo día a día. Incluso nos hemos visto obligados a detener la práctica del skate por la llegada recurrente de policías y soldados: hombres armados que nos amedrentan, visajosos que nos niegan el derecho a la ciudad y al espacio público. 

¡Qué dolor! … Así nombramos este primer festival deportivo y cultural, el primero de muchos que esperamos hacer entre todos y todas. Pero no solo sentimos dolores, también sentimos mucha fuerza. Y por eso estamos aquí: ponemos el cuerpo y la palabra para la acción colectiva. 

 

Hacemos culpables a las pasadas y a la presente alcaldía de Girardota por tener al bowl  y a la comunidad skate en total olvido, en un completo abandono… de ellos solo nos llega un desprecio por nuestras prácticas y cultura. Lo único que nos mandan son tombos, estigmatización, negación de la diferencia. No buscan dialogar, nos desconocen como actor deportivo y social.

Desde la autogestión y la autonomía surge nuestra intención por visibilizar el skate como práctica deportiva en crecimiento: a nivel local, nacional y mundial; recordemos que ya es un deporte olímpico desde las pasadas justas en Tokio. Aunque parece que no aquí se han dado cuenta...

Más allá de esto, la comunidad skate es una cultura juvenil con gran capacidad para la creación de arte a partir del manejo de la tabla. Aquí nos vemos inmersos: raperos, grafitteros, bikers, rollers, camarógrafos, artistas,  bailarines, estudiantes, profesionales y un variado público que se siente atraído por la cultura del skate.

Estamos aquí por una historia de brega. Y la puja empezó  cuando algunos skaters del municipio se hicieron sentir en la primera década del 2000: fueron incómodos para la gente bien puestecita de este pueblo moralista,  pero sobretodo se organizaron  para tener un escenario propicio para el deporte (mucha gente hizo parte de esta movida pero podríamos mencionar a uno de ellos: "Mortadelo", gloria del skate de Medallo, hoy fallecido); después vino la innombrable y paupérrima construcción de este lugar, que hoy es nuestra casa. 

Para quienes no hacían parte del parche, les contamos que los ladrones de turno cambiaron todo el diseño inicial de donde hoy estamos; nos dejaron solo una taza con terminados incorrectos, peligrosos y con poco espacio para el desarrollo técnico que requiere esta disciplina deportiva.

Pese a todo lo que mencionamos, el daño más grande que nos han hecho no es tanto en lo estructural, pues el skate es un deporte de calle y de barrio, de obstáculos y límites que se rompen. Aquí lo más jodido es que ni desde la alcaldía ni desde el Inder se ha hecho uso del escenario para el progreso del skate. Desde hace 10 años se construyó este “skatepark” y hemos tenido que ser nosotros, como comunidad skater, roller y biker, quienes ponemos de nuestro bolsillo y nuestro esfuerzo para realizar los cambios estructurales del bowl. 

Esto es inaudito, más aún cuando acabamos de pasar el llamado por la administración de Diego Agudelo como “el año del deporte”, un año donde se invirtieron millones y millones en la remodelación de toda la Unidad deportiva del Inder.  En ningún momento fuimos parte de ese proceso: ni de diálogo, ni diagnóstico, ni de participación, ni de nada. ¿Será que el skatepark sí pertenece al Inder o es un hueco ahí para ellos? 

Ante este total abandono  y desprecio institucional, nos rebelamos  como sabemos hacerlo: con mucho skateboarding, con música, pintura, teatro, conspire, amistad… y sobre entregamos un grito de dolor y de fuerza para mostrar que no somos pocos, que volamos tan alto que tal vez se les hace difícil vernos...

Hoy decimos: "El skateboarding no es crimen... Somos cultura y  deporte, somos arte y resistencia"...