Vida de perros

Por: Bibiana Ramírez 
Muchas son las denuncias que hace la comunidad al ver el deterioro de los animales huérfanos, que no resultan siendo pocos. 
Es normal saber que cuando una familia se cansa de su perro o su gato, lo tira a la calle, lo bota en un lugar lejano para que no vuelva, con una indiferencia horripilante, aumentando así los animales callejeros, tan propensos a enfermedades y maltrato. En Girardota tampoco hay un albergue que los ampare, porque el del municipio tiene condiciones que bastantes personas consideran deplorables.
 
A este albergue, conocido como La Umata, tras las instalaciones de la Casa de la Cultura, en años anteriores iban varios voluntarios a hacer labor de limpieza y cuidado de los animales, también los sacaban a pasear. Pero de manera inexplicable a muchos de ellos les prohibieron volver, pues estaban denunciando el penoso estado en que estaban  allí los animales.

Muchos perros y gatos están enfermos, el espacio es reducido y no tienen suficiente movilidad, los olores son fuertes porque la limpieza es poca, la comida se mezcla con las deyecciones. Se conviene en que no cuentan con un espacio agradable, por ende, no son animales felices. Y por eso varias personas que han adoptado animales se les mueren pronto.

Las denuncias
Eliana cuenta que iniciando su labor como voluntaria encontró en el albergue de los cachorros uno muy enfermo, no podía moverse, “cuando informé la situación a Fernando Londoño (funcionario de La Umata encargado de los animales), él se limitó a decir que el veterinario solo atendía emergencias, este hecho hizo que me inquietara y angustiara por la crueldad hacia estos animales, momentos después el indefenso cachorrito murió sin recibir la atención que requería”.
 
Mientras esperaba en el parque a un grupo de personas que trabajan por el bienestar animal y que tienen bastantes denuncias, vi como un niño tiraba un tarro a las palomas, tratando de golpearlas. El gran problema, como fue publicado hace poco en PUEBLO, es la falta de educación ambiental en este Municipio, la falta de amor y sensibilidad hacia los animales y las plantas. Casi a diario los perros de la calle son golpeados y maltratados.
 
Catalina cuenta que a principios de este año le impresionó ver cuatro cachorros muertos en la Umata, “se evidenciaba que estaban en estado de descomposición y tenían la barriga hinchada, fue una situación deplorable para mí, ya que pensaba que esto no sucedía en Girardota”.
 
Marcela que desde niña siente el amor hacia los animales, todavía no sale de la indignación por lo que le ha tocado ver, dice que “una vez estaba allá y vi en el pozo dos gaticos muertos y hasta tuvieron que llamar a los bomberos para que destaquiaran eso. Eso que salió en un periódico es mentira, poniendo a Janeth por las nubes y que todo es una maravilla, todo para opacar lo que verdaderamente pasa. Son muchos los animales muertos. No hacen papeles de adopción, entonces a cada rato se desaparecen animales de allá y nadie sabe nada, no les interesa cuidarlos”.
 
El periódico mencionado concluía así su artículo: “El balance de la labor realizada por la Secretaría ha sido muy satisfactoria (sic), tanto la comunidad como las instancias gubernamentales aplaude y apoyan el evidente compromiso con el bienestar de los animales”. Una ironía.
 
Adriana es bastante comprometida con estos animales porque sabe que necesitan de su ayuda, pero es de las que ya no dejan entrar a la Umata, porque tuvo problemas con la Secretaria de Agricultura: “todos dicen que fue por versiones distintas, pero la verdad no tiene versiones, que cuando los sacaba dañaban las plantas, que el hijo de una amiga que me acompañaba les estaba dando medicamentos, que yo iba con muchas ideas negativas, que porque yo decía en la calle que estaban aguantando hambre, un montón de cosas que son excusas, porque cosas horribles sí me tocó ver”.
 
Este grupo de protectores de fauna le mandaron una carta al alcalde, la cual fue hecha por la comunidad pidiendo explicación y solución a estos hechos ocurridos en la Umata, y “hasta ahora no hemos recibido respuesta”.
A Alba lo que más le preocupa es que estén los perros enfermos junto con los sanos “uno ve un perro muy bonito, sano, pero cuando vuelve a los ocho días está totalmente deteriorado, muchos han muerto repentinamente y sin ninguna ayuda”.

La propuesta
Hace unos cinco meses, estos mismos jóvenes que hacen las denuncias, crearon una corporación que se encarga del cuidado de los animales, sobre todo de los callejeros. Ellos son Dios y Fauna. Hace poco alquilaron una finca en El Totumo con el suficiente espacio para albergarlos y entregarlos en adopción en las condiciones que un animal requiere. Por ahora están en trámites de permisos para poder tener unos 50 perros. Ellos tienen como proyecto ser el albergue municipal, sin embargo no han tenido buenas relaciones con la Secretaria de Agricultura ni con sus funcionarios. Todo lo hacen con recursos propios, con actividades que les generen algún ingreso y todos los que trabajan resolviendo las múltiples necesidades de los animales, son voluntarios.
 
El Municipio, además, no cuenta con un escuadrón anticrueldad, ni con espacios que capaciten a los tenedores de animales. Por ejemplo el oriente antioqueño se destaca en ser gran protector de fauna y cuenta con todos los espacios para que la comunidad se sensibilice y cuide sus animales en cada municipio.
 
Un grupo de muchachos indignados porque tenían expectativas que no se han cumplido frente a un concejal que apoyaron, escribió una carta donde expresaban su desilusión, viendo muy idealista el trabajo que se puede hacer desde la política, acusando al concejal Alejandro Posada de “no hablar más que de soluciones vagas y confusas”. Cuando un hermano está enfermo, se lleva al hospital, se busca una solución rápida, con los medios disponibles. 
 
Consultado al respecto, el concejal Alejandro Posada dice que ha hecho lo que ha estado a su alcance: escribió un programa de bienestar animal que fue aprobado y ahora está en el Plan de Desarrollo.
“Jornadas de vacunación, esterilización y demás procedimientos médicos veterinarios que estén orientados a combatir las enfermedades y los probables contagios a la comunidad; también se aprobaron las gestiones necesarias para la implementación de un Centro de Bienestar Animal, para que sea el espacio en donde se pueda brindar atención integral prioritaria en rescate, albergue, alimentación y atención médica veterinaria para los animales que se encuentren en situación de calle y en estado crítico de salud, con el fin de recuperarlos y posteriormente articularlos a un programa de adopción, con el propósito de brindarles un hogar permanente con propietarios responsables”.


Lo que sulfura a los jóvenes es la lentitud burocrática, que hace posible el aplazamiento de las soluciones y espanta a los voluntarios.