Informe Ortiz

Funcionarios de la actual administración nos han pedido, ingenuamente, que echemos de vez en cuando alguna “florecilla” al alcalde. Preferimos algo mejor: revisar a fondo su historial y estilo político.  Porque a esas “florecillas” se les llama “propaganda”, no periodismo. Este informe ya circula por calles y veredas de Girardota (PUEBLO#13).

Primero, dos definiciones:
Asistencialismo: Deformación de la asistencia (…) Crea una clara situación de dependencia del individuo o grupos que lo reciben que no promueve la dignidad o desarrollo de proyectos. La persona  se aburguesaría en una comunidad alienante. (Wikipedia). Lleva al clientelismo. (Vease Asistencialismo y democracia). El asistencialismo se entiende como una causa de nuestra crisis social.  “No hay que dar pescado, tampoco enseñar a pescar. Hay que crear sistemas de pesca”. Bill Drayton.

Clientelismo: “Sistema de protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios”. (RAE)

Compromisos de un nuevo acalde

 En su primer discurso ante el concejo (enero 2 de 2003) durante el periodo 2003-2007,  los compromisos que firmó el Dr. Fernando Ortiz pretendían mostrar una renovación necesaria del quehacer político en Girardota:

1) Adjudicar los contratos con transparencia y sin favorecimientos, eliminando todo tipo de intermediaciones, presiones y evitando el clientelismo. 2) Fomentar la meritocracia en la selección de las personas que prestan los servicios a la administración, sin clientelismos políticos, sin intermediarios y sin intereses soterrados. 3) La administración facilitará todos los instrumentos que sean necesarios para el ejercicio eficiente del control político por parte del Concejo, a todas las actuaciones del gobierno local. 4) La nuestra será una administración con claro acento participativo y la comunidad tendrá incidencia directa en la gestión pública.

Fue un acto retórico, palabras.

El gran gestor

Tal vez una de sus mayores obsesiones sea el considerarse a sí mismo como un Gerente, y al municipio como una Empresa, sin tener experiencia en ninguna de estas dos cosas.  Se presenta a sí mismo como un Gestor de recursos. Como no es buena la situación fiscal del municipio habla de austeridad. No habla de austeridad en esta su segunda administración.

¿Qué encuentra en la administración?

Se proponía marcar un rumbo distinto, superarlo todo. En el primer informe de su secretario de Planeación ante el Concejo se dice: “cuando nosotros llegamos había en ejecución más o menos ocho proyectos o contratos (…), lastimosamente, y tengo que decirlo, de los 8 contratos todos presentan un nivel de irregularidad”. (14 feb. 2004) 

Había estado en su auge la violencia paramilitar en Girardota, asesinando selectivamente. Poco más de un año atrás el Dr. Carlos Congote denuncia presencia de grupos armados en el municipio y es asesinado. No obstante las cosas cambian misteriosamente: de repente somos el municipio más tranquilo del Valle de Aburrá. Y Ortiz es un pacificador.

Meses después de arrancar su administración (1  de mayo de 2004), éramos el municipio más tranquilo del área metropolitana y uno de los tres más tranquilos del departamento. Desterradas, pues, la inequidad y sus lacras: el hambre, la violencia intrafamiliar, la mala educación, la contaminación. Llegará a ser el mejor alcalde del país (en municipios de menos de 50 mil habitantes), sin que podamos comprobarlo jamás.

Tanto es el ánimo que le dan ganas de enviar el asunto al presidente Álvaro Uribe Vélez, hoy investigado por paramilitarismo  para que lo ponga en su informe de seguridad democrática (clic ampliar esto).

Trabaja, como Uribe, con la modalidad de consejos comunitarios que, con la comitiva, empieza a engordar sus cifras de asistencialismo, que en Colombia es política de Estado. Conoce la magia de los números en su primera administración. 

En el mismo informe anterior citado (1 de mayo de 2004) dice que su concejo comunitario en La Calera “fue un gran éxito porque atendimos 175 servicios en total, cuando yo contaba que íbamos a atender 10 ó 20 personas”. Pero vaya y mire cómo anda La Calera hoy día en cuestión de equidad y acceso a servicios públicos. Lo terrible de las cifras es que esconden otras cifras, más horrendas.

Servicios oftalmológicos, vacunas,  peluquería, odontología, recreación, ¡llegó el alcalde! Y escucha a la comunidad, pero aplaza la solución de sus problemas más acuciantes.

El 6 de febrero de 2005, durante uno de sus informes al concejo, no había dinero todavía para los ítems: “Control de la contaminación atmosférica”, ni para “Reordenamiento y manejo integral del recurso suelo con énfasis en su recuperación”. Cosas que el cemento no resuelve. 

Al año siguiente, el presidente de Asocomunal, Darío Córdoba, habla sobre participación política, el talón de Aquiles de todas las administraciones, se hace poco por Asocomunal y por las juntas:

“(…) muchas veces se hacen obras en las comunidades sin tener ni siquiera en cuenta al presidente de la acción comunal y hay un desestimulo y por eso es que las juntas de acción comunal están por debajo de lo que deben estar. Por ejemplo en la vereda La Calera se quejan por un tanque que hicieron hace tres meses y ya se está vaciando, este fue hecho por un contratista que llegó a favorecerse.” (12 de febrero de 2006)

En ese primer periodo Ortiz propuso implementar el Presupuesto Participativo: quedó en veremos. Sigue estando entre sus propuestas.

Infraestructura: Acueductos, plaza de mercado, Parque Principal

Tanque potabilizador de la verda San Diego, que jamás funcionó.

Tanque de almacenamiento vereda La Holanda parte Baja.

Kilómetros de tubería por las que nunca pasó agua. Varios tanques de tratamiento de agua que nunca se usaron. Toneladas de material en acueductos que no funcionaron. Es el lunar más grande en su primera administración. Le quedó mal a 6 veredas: San Esteban, Mercedes Ábrego, Portachuelo, La Meseta, San Diego, La Holanda Parte Baja. 
El 7 de noviembre del 2007, a un año de iniciado el problemático contrato, se hace el más largo análisis de la situación de los acueductos veredales construidos por el municipio, en asocio con la Gobernación, el IDEA, la gerencia de servicios públicos, hecha la interventoría con la Federación Nacional de Cafeteros. Fue un lío millonario.

El interventor de la Federación, el señor Diego Tabares, dice que “este convenio tuvo un valor de  $991 millones de pesos y donde el municipio cofinanciaba  $400 millones de pesos,  en este orden de cosas se genera el contrato  de obra 095 del  2006”.

Tanque potabilizador sin uso, vereda Potrerito.

Más adelante afirma el personero de aquel entonces, Dr. Fernando Córdoba, que no sólo los acueductos tenían problemas, también el parque y la plaza de mercado. Los grandes proyectos de Ortiz.

Se preguntaba cómo era posible que “el mismo señor (el contratista fue el ingeniero Luis Alberto Arango) haya  contratado los  $4 mil millones de pesos,  eso por sí mismo es sospechoso, sino que este señor esté andando por ahí con $ 900 o $1.000 millones de pesos de anticipo sin tener en dónde ejecutar las obras.”

Se inician las obras el 10 de abril de 2006 en San Diego y San Esteban, y pronto descubren que las obras estaban mal presupuestadas. Faltó planeación.

En sesión del concejo del 2 de diciembre de 2007 hay representantes de estos acueductos. Jhon Córdoba, representante del acueducto de San Esteban, dice algo lamentable: “veo negligencia  en estas oficinas y no es que nos estén regalando;  estamos exigiendo lo que nosotros  necesitamos, nosotros nos sentimos impotentes  ante esta situación”.

El concejal Jhon Fredy Echeverry se tira esta perla: “Un proyecto de  $1.500 millones de pesos y tomar mierda eso es muy verraco”. Palabras concluyentes.

El endeudamiento por alcantarillado fue asunto urbano, 15 años pagando, y es alrededor del 50% de la población la que vive en las veredas: “parecen que fueran ciudadanos de segunda clase”, también lo dice Echeverry.

El secretario de planeación Wilfred Perafán es el que le toca poner la cara ante el concejo y ante la comunidad: “Estén seguros que nosotros nos vamos de aquí y los acueductos estarán completos”. Una promesa que no se cumple es casi una mentira y de mentiras está llena esta administración.

Las palabras del presidente del concejo, Raúl Darío Sierra, en ese momento desmienten lo que aparecía en los informes de Ortiz: “Ustedes han sacado informes diciendo que  la gente de  Girardota está tomando agua potable y la realidad es otra, entonces no es que estemos prevenidos con usted, sino  que la realidad la estamos viendo aquí.”

Una acción popular entre amenazas

Durante la administración de Guillermo Ochoa Beltrán se llevó a cabo la acción popular, con fecha del 25 de agosto de 2008, contra el Municipio, el contratista Luis Alberto Arango Arredondo y la Federación Nacional de Cafeteros.

Interesante ese primer cargo a la vulneración de la moralidad administrativa que cita la Acción Popular donde se instaba al juzgado a analizar la acción u omisión de la administración con ese contrato. Este y otros cargos no tuvieron eco en los juzgados. Y la abogada tuvo que trabajar en ello, gratis, bajo amenazas anónimas.

Tras cuatro años de dilatado proceso, una primera sentencia, una apelación del Municipio, el Juzgado 30 administrativo del circuito de Medellín, da 8 meses para invertir en los acueductos de las cinco veredas implicadas, y obliga a que el costo de las mismas se pague al municipio vía tarifas de usuarios. La comunidad paga los platos rotos. Ya está  celebrado este nuevo contrato, que firma el mismo Ortiz. Habrá que esperar mejor suerte.

El apresuramiento

Primera etapa de la Plaza de Mercado.

En el año 2007 se le vinieron encima todas las obras a Ortiz. Se pretendía comenzar paralelamente a reformar el parque principal, para dejarlo como está ahora, y construir al mismo tiempo la plaza de mercado, ambos proyectos grandísimos. Y no se había hecho bien el trabajo con la comunidad del parque principal, en su mayoría gente de la tercera edad que laburaba informalmente allí durante veinte o treinta años.

Los puestos fueron levantados del parque a la media noche, con ayuda de la policía y el ESMAD, según el alcalde, para “evitar enfrentarse con ellos”. Al respecto en un comunicado de los venteros: “¿Acaso nosotros hemos tomado el uso de la fuerza para reclamarle una oportunidad de trabajar con honestidad?”. Puedo leerse un informe donde aparece el siguiente letrero, escrito por los mismos venteros en un pedazo de cartulina: “¡Hay! Alcalde a Jesús Caído no le gustan estos atropellos. Usted mismo dice, aquí no hay violencia, aquí solo hay gente de fe y progreso”.

Nunca solucionó sus diferencias con la población de  la Plaza de Mercado.

Con esta obra también se originaron cantidad de sinsabores, que no culminan. La comunidad emprendió un proceso legal contra la administración, pero fueron disuadidos con amenazas. (Clic para ver artículo sobre laplaza de mercado).

Durante su campaña Ortiz fue a la plaza y armó tarima para echarles un discursito. Pero no le fue bien. Fue un gran bochorno. “Aquí no vengás por votos”, le gritaron desde el público. Las heridas del pueblo nunca sanan.

Un comunicado de prensa de la administración saliente en al año 2007, publicado por El Balcón #4, p. 6, hablaba de las siguientes inversiones, que serían entregadas en un 70%: “Remodelación del parque de Girardota: $1.674 millones, plaza de mercado: $892 millones, la nueva biblioteca: $1.000 millones, la pista de patinaje: $800 millones. Se remodelan siete escuelas rurales por un valor de $1.300 millones y se entregaron seis acueductos en las veredas Mercedes Ábrego, San Esteban, San Diego, Holanda parte baja, La Meseta y Portachuelo por un monto de 1.450 millones”, obras de infraestructura que presentaron alguna irregularidad.

Si esa primera administración dejó un legado distinto a estas obras, no se tiene noticia.

2012: una segunda oportunidad

Las elecciones del 2011 estuvieron llenas de inquina, pasiones desenfrenadas, denuncia, de ostentación, de TLC (teja, ladrillo y cemento) con el agravante de que ganó Ortiz, en el concejo se dijo que “no faltó sino que hubiera un muerto”. Palabras lamentables.

El Colombiano publicó el 7 de octubre de 2011 una entrevista con Ortiz. Le preguntan: ¿Qué le critica al gobierno actual? “El endeudamiento (más de 5 mil millones) la falta de gestión y de autoridad para dar seguridad al municipio. Cuando un alcalde tiene que hacer obras con plata prestada es porque le falta mucha gestión”. Era todavía un Ortiz que hablaba de falta de austeridad, y de excesiva nómina en dicha administración (superada por la suya).

Para la financiación de las inversiones previstas en el Plan de Desarrollo del municipio, que aún no ha sido aprobado por la gobernación porque falta definir cómo va a ser invertido el presupuesto para los cuatro años, se prevé un endeudamiento de $14.500 millones de pesos, (p. 263 del Plan de Desarrollo 2012-2015).

Y como en la primera administración, la gestión sigue siendo su muletilla. Muestra que sabe gestionar muy bien, se dice en sus círculos cercanos. Si sabe ejecutar, está en duda. Y ejecutar es la principal función del ejecutivo.

En el informe #3 se habla de una gestión de 26 mil millones. Casi la mitad, 12.304 millones de pesos, gestionados por la ex secretaria de Planeación, Berta Ligia Jiménez, que salió por cuestiones “politiqueras”, aunque se dice que brillaba más que el alcalde.

La acción más importante del primer año es el Plan de desarrollo, encabezó la ex secretaria de planeación, cuya premisa es preocupante: “El problema en Girardota es que el nivel de vida es bajo e inequitativo”.

Al interior de la administración se habla de que el primer año es de planeación, pero hay muchos asuntos que no dieron espera.

El dinero de la deuda (tan criticada anteriormente) se invertirá en remodelación de alcaldía, en la compra de lote para viviendas de interés social, en estudios de la circunvalar, en la vía a San Diego, que ya está en ejecución, entre otros cementos. Al administrador de turno habría que llamarle “administrador del cemento”. 

Medio ambiente: hechos no palabras

En campaña se hablaba del compromiso ambiental (contaminación, minería, educación ambiental) pero todavía no hay políticas claras frente a estos temas.

Se dice en los informes que se sembraron miles de árboles, ¿dónde fueron sembrados? Se realizó una semana ambiental donde hubo poca socialización con la comunidad y se esquivó la problemática del municipio. (Ver artículo: “Mentiras en torno a termoeléctrica”, donde se analiza el papel del Área Metropolitana en dicha semana).

“Colombia humanitaria aprobó mil millones de pesos para la construcción del puente Lázaro. Esta obra beneficiará a 45 familias de la vereda San Andrés” (Informe de gestión # 2, p. 4). Pero luego dice que “se beneficiarán 1187 familias” en la página 11. ¿Cuál es el dato correcto? ¿Y cuál la pertinencia de la obra? Además, en el informe 2 dice que fueron mil millones y en el 3 dice que la inversión fue de 1.149 millones. ¿Y esos 149 millones?

Por si fuera poco, donde ahora se eleva la mole de hierro y cemento del puente Lázaro,  había un importante camino prehispánico, destruido sin considerar el legado histórico.

En el municipio hay un desacuerdo entre lo gubernamental y lo cultural. Girardota no tiene un inventario de la riqueza histórica, no hay un espacio para su protección y su cuidado.

Una educación debilitada

En los informes se habla de mejoras públicas a 9 instituciones educativas, de los 600 tiquetes entregados, de los 260 computadores adquiridos, 12 videobeam, mejora de 2 restaurantes escolares (informe 3, pág 22) pero no hay ninguna propuesta ni avance en mejorar la calidad de la educación.

A la Biblioteca Municipal no se le invirtió en libros nuevos, más prioritarios que un vehículo de vidrios polarizados para deslizar al alcalde.

A la casa de la cultura se le puso el nombre de un politiquero, en desmedro del de un artista del Municipio, Pedrito Ruiz, cuyo retrato fue arrinconado. Es que ese no repartía puestos. Y los artistas, lamentablemente despolitizados,  coptados por las administraciones de turno, agremiados para medrar.  No elevan la conciencia del pueblo, misión del arte, sino que la amodorran. Bailan al son que les toquen.

Campesinos en extinción

“Entregamos insumos como semillas de hortalizas, fríjol y maíz a productores de escasos recursos económicos para que se creen huertas caseras y parcelas de pancoger. Además otorgamos abonos 10-20-20, Triple 15, Agrimins y abono orgánico a los asociados de Asoplátano, Agrocebolleros y Asofrug, entre otras” (Informe #2, p. 20). Se habla de producción orgánica y limpia, pero dan fertilizantes que vuelven al agricultor dependiente de ellos, aumentan considerablemente la producción pero deterioran el suelo, que luego se lo consume en el producto, que con la lluvia y los riegos llega a las quebradas y contamina el agua matando peces y demás animales, además es costoso, un bulto de triple 15 vale 70 mil pesos y uno de Agrimins, vale 78 mil pesos.

Se habla de solares ecológicos, ecohuertas, capacitar al campesino, pero se evita hablar de autosuficiencia. Lo que es comprensible, porque los pueblos que hablan de autosuficiencia en el mundo son los más avanzados. Y de decrecimiento sostenible. No seguir promoviendo el uso abusivo de vehículos de combustible a base de petróleto, como se incentiva haciendo una circunvalar, por ejemplo. Reabris los caminos veredales, hoy cerrados por alambres de puas.

El centro de acopio para los productores campesinos pequeños y  grandes debió ser una prioridad en el 2012, pero se ha aplazado su puesta en marcha. El campesino está en vías de extinción, decepcionando de la poca remuneración de su producción.

Ortiz es arrogante

Se le ha visto cantando en público, con indignación de la gente, “El putas”, pues tiene su faceta de músico parrandero. Respetable afición, pero el tema es bastante atemorizante en boca de un gobernante. Dan ganas de correr.

Ya en su primera administración tenía Ortiz otro mal vicio del político: la soberbia. Cuando el concejal Diego Uribe le pregunta por el contrato de CIVITAS, el bufete de abogados contratados para asesorar al Municipio en cuestiones legales, porque consideraba que había hecho meter las patas a la administración en una cuestión de pensiones, el Alcalde le responde altaneramente:

“Usted cuestiona que por qué se contrató con ellos, pero la única respuesta que le puedo dar es que yo soy el que decido con quién contrato la asesoría jurídica y el acompañamiento y estoy contento y dispuesto a seguir contratando con ellos la asesoría que nos hacen.”

Énfasis en el “yo soy” bíblico. Cuando Moisés le pregunta a Dios quién es y éste le responde “Soy el que soy”. Luego el concejal Uribe le llama arrogante y petulante, a lo que Ortiz responde que el petulante es él.

Tiene fama de que no puede ser contradicho, se pone rojo como un tomate y se airea con facilidad. No le gusta la crítica y jamás le hemos visto reconociendo sus errores. Se ha confirmado que tiene secretarios ineficaces, que defiende por cuestiones politiqueras. No hay trabajo en equipo, cada uno es una isla defendiendo sus intereses.

Hasta el Concejo se amedrenta con él, por eso allí es raro que se le contradiga.

Los errores del pasado hicieron que se volviera precavido, desconfiado, es descrito por muchos como acelerado, por tanto el clima interno es débil y tanto al interior, como al exterior genera temor. Ortiz es de los que toman la actitud de que todo lo que no venga en función de vanagloriarlo y ensalzarlo está en contra suya. Así no es posible la política.

 “El modelo político en Girardota es dañino y que ese rol de poder ha sido mal entendido, no es el dios omnipotente que está por encima de todo”, nos expresó una fuente.

Tiene más interés en su proyección (ambición) política que el bien público. Es sectario y, para colmo, arribista.

NOTA: es un informe que se redacta con todo respeto por las personas aludidas, incluyendo al alcalde municipal, con quien no se tienen cuestiones personales, sino y siempre públicas.