Cultura, la cenicienta de la administración pública en Girardota

Durante los últimos cuatro años la cultura se ha movido en Girardota, aunque a pasos de tortuga y con quejas de parte del sector cultural para con la administración municipal saliente, lo que es apenas natural. 

Muestra Artística de los Talleres 24 de Noviembre, Auditorio Casa de la Cultura.

El sector es exigente y pide más presupuesto del que la secretaría de educación y cultura dispone para este menester. Además de que requiere cambios en la estructura administrativa, tal y como sugiere la Política Pública de Cultura, documento de carácter fundamental para el municipio y en el que la secretaría de educación se gastó 13 millones 900 mil pesos.

El uso que se la ha dado en los últimos años a las instalaciones de la Casa de la Cultura mueve a la indignación: es coso municipal, chatarrería, acceso al comando. Funcionaba la Secretaría de Tránsito, la Policía Comunitaria, los Bomberos, la oficina de la primera dama. La biblioteca Jacinto Benavente fue trasladada a un nuevo edificio en 2009 perdiendo la proyección que alcanzó el año anterior.

En 2008 el municipio contrató directamente a los talleristas de la Casa de la Cultura, pagando parafiscales, por medio tiempo, costo que en 2009 prefirió escatimar. Comenzaron a pagarles por horas y muy mal (12 mil pesos la hora). Ese año renunció uno de los personajes más importantes de la Casa de la Cultura, Francisco Cataño, quien llevaba trabajando allí 18 años como promotor de teatro. Se deduce que no fue por el natural reconocimiento de su labor formadora.

Desde entonces comenzó a desmejorar la calidad de los talleres de la Casa de la Cultura, desdibujando la labor de los profesores, desmejorando la calidad de los talleres y cortando los procesos que se venían dando. Sólo los profesores de música continúan trabajando contratados directamente por el Municipio, pues como se dijo, en música es donde  mejor librados estamos.

Este año la cultura tuvo entonces dos profesores de cuerdas, dos de danzas, dos de la banda sinfónica, el coordinador general,  (Iván Darío Córdoba) y dos en la parte operativa. Más las tres personas de la Biblioteca Municipal, una en tiempo completo y dos en medio tiempo, uno de ellos moviéndose por las instituciones educativas como tallerista literario, con muy buenos resultados.

Como un compromiso adquirido luego de la Política Pública, se hizo el Plan de Cultura, que actualmente está esperando ser aprobado en el Concejo Municipal. Tal plan valió 11 millones de pesos y ha recibido varias críticas. En una reunión realizada esta semana con quien será el Secretario de Educación y Cultura durante el próximo periodo, se habló de no permitir que se aprobara para revisarlo.

Iván Darío Córdoba, quien estuvo al frente de la Casa de la Cultura los últimos años, es pesimista frente a logros en materia cultural en la actualidad: “Lo que se intentó fue buscar una mayor cobertura y creemos que no hay mayor cobertura cuando se le está pagando a los profesores por horas”. En cuanto a los profesores de música y danza contratados directamente por la Secretaría afirma que “eso garantiza resultados y garantiza procesos”. El proceso de la banda sinfónica amerita artículo aparte y es ejemplar, están bien organizados. Tienen a su disposición las anteriores instalaciones de la Biblioteca, aunque no son las más apropiadas para los ensayos, y es normal que los de teatro tengan que esperar a que desocupen el escenario para poder ensayar.

Y los otros talleres

Los talleristas de las demás artes: dibujo, plastilina, fotografía, diseño de modas, teatro, manualidades y demás, fueron contratados por intermedio de la Corporación Debluss, con experiencia en el sector cultural del Municipio, pero entre ellos hubo algo de descontento. Eran doce talleristas, pagados a 13 mil pesos la hora.

Dice Edison Arboleda, tallerista de dibujo: “En varias ocasiones y por varios años ha pasado que no hay un espacio fijo en el que uno pueda dictar los talleres. Y se hace muy difícil. A parte de todo, le resta seriedad a los talleres que uno llegue y esté buscando un lugar para poder dictarlos. Esto hace que los jóvenes no se pongan serios frente a la situación y no se tomen en serio la clase, entonces por eso hay tanta deserción”.

Doña Luisa, profesora de manualidades, con 35 años de experiencia en estos menesteres y varios años con la Casa de la Cultura, se queja también de los cortes abruptos a que la obligaron “por falta de presupuesto”, como este año, y de la disminución de las horas: “El año pasado fueron también muy poquitas horas y nos cortaron las clases a mitad de año porque faltaba presupuesto. Este año empezamos en abril y las clases también fueron cortadas por que faltaba presupuesto. Y la comunidad, las madres de familia y jóvenes siempre dicen “esto es falta de seriedad, porque llaman a decirnos que se acabó el curso porque dejamos todo comenzado”.

Iván Darío Córdoba, que a su vez es presidente de la Red de Casas de la Cultura del Valle de Aburrá, tras reconocer que estamos muy quedados con relación a otros municipios del valle, en especial los del sur,  afirma que con el Plan de Cultura la administración le toca asumir nuevas responsabilidades: “Reclamamos que la casa de la cultura tenga una estructura administrativa y que haya además los recursos suficientes para la cultura. Siempre se cercena la parte presupuestal por el lado de la cultura. Y que haya un mayor interés por parte de los mandatarios locales, para que se asignen recursos suficientes y se cumplan los objetivos del plan de desarrollo y poder cumplir lo que está escrito en las políticas públicas”.

Queda esperar con que los presupuestos reunidos en el documento final del Plan de Cultura se cumplan. El nuevo Secretario de Educación, Diego Agudelo, en una reunión celebrada el martes pasado con parte del sector cultural del Municipio, se comprometió a hacer las cosas de forma diferente. Esperamos sepa aprender de otras exitosas experiencias en la materia, en las cuales no hay que ir muy lejos, Medellín invierte en cultura casi lo mismo que el Ministerio de Cultura. 

Descargue la Política Pública de Cultura para Girardota.