29 ago 2011

Se requiere Más que “vagoncitos en el aire” para el Palmar y la calera



Actualmente el desplazamiento se hace en chiva. Cuando hay invierno, el recorrido debe reducirse, lo que implica una larga caminata para los campesinos. El pasaje oscila entre los 2500 y 2800 de acuerdo al día ordinario o festivo.
Imagínese que para ir al parque del Municipio de donde vive tuviera que pagar cerca de 2500 pesos de pasaje; más de lo que le cuesta ir a Medellín.

Esa es la realidad de muchos campesinos de Girardota de la Zona la Calera y el Palmar, que por una extraña razón de los planes de ordenamiento territorial pasó de pertenecer a Guarne, a hacer parte del mapa de Girardota en la década de los  90.


Este es el estado de gran parte de los rieles que podrían ser habilitados para ofrecer una alternativa de movilidad a las comunidades de la Calera y el Cano
El problema es que las vías de acceso –entre otros problemitas- no permiten que la comunidad de esas veredas desarrollen una actividad de intercambio comercial competitiva. Lo que ocasiona que la a mayoría de las veces, lo tengan que hacer con Guarne, que si tiene la mayor parte de la vía que conecta con esa vereda en buen estado.

El problema, a parte de poner en desventaja al Municipio de Girardota con relación a la soberanía alimentaria, deja entrever una falta de voluntad política porque soluciones si han habido.

Se trata de la vía que de Juan Cojo conduce a la calera. Ese tramo, que está enrielado en gran parte,  si se habilita  reduciría el recorrido y facilitaría el acceso de los campesinos al pueblo que debe otorgarle todas las garantías que la constitución dispone.
La vía pasa por entre las propiedades que fueron de los Paramilitares que operaron en la Zona.
Esa vía, que pasa por las propiedades de los ex-jefes paramilitares que operaron en la zona, hoy se presenta como una opción para que los actuales candidatos piensen en dar una solución viable y definitiva al problema de movilidad –entre otros muchos- a esas comunidades que parecen vivir en el abandono. 
El tramo que falta por habilitar (en rojo) es mínimo y la inversión sería irrisoria frente al proyecto de construcción de un teleférico que costaría miles de millones.



Con un poco de voluntad política, los rieles podría ser habilitados en menos de lo que canta un gallo
Que sean soluciones reales, y no meras ideas en las nubes, como las de montar un teleférico que costaría millones de pesos al municipio y que tiene perspectivas de construirse, a este paso, en mil años.