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Foto: Estación del Metro en Niquía |
Por Corresponsal urbano
Una soleada mañana de 2015 tocaron a la
puerta y mi tía todavía con lagañas dijo: “quién será, mire antes de abrir que
eso deben de ser los testigos de jehová”, así lo hice y le respondí que no eran
ellos, pero sí un grupo repartiendo publicidad, como veintiún personas en cuyas
camisas decía dizque “reflexiona”. Mi tía reflexionó, entreabrió la puerta y
alguien le dijo: “madrecita, en octubre deme la oportunidad del cambio. Usted no sabe quién soy yo, pero mire,
aquí le dejo este volantico donde dice que estudié seis semestres de finanzas
en la San Marino”. Dicho esto protagonista y extras siguieron cuadra arriba
como una mancha gris. Preciso ahí, al entreabrir la puerta quedó mi tía
ponchada en la foto con la batola y sin bañarse. Luego se le olvidó y preguntó:
oíste, ¿ese muchacho no es que le hizo en las anteriores elecciones campaña
sucia al tal Martín Bustamante? Sí, ese es, pero seguro “eligió el cambio”,
como dice en ese papelito que tiene la bandera de Colombia aunque la promoción
del doctor sea para la presidencia municipal.