16 abr 2012

La Jaula de Clases: una mirada a la Educación en Girardota

Imagen: http://www.contraindicaciones.net


Por: Alejandro Henao

En Girardota, las drogas son una de las problemáticas que más preocupa a las comunidades, aunque desde hace años los colegios  vengan adoptando campañas de prevención. El desempleo ocupa a la mayor parte de los jóvenes que recién dejan las aulas, aun cuando los colegios se esfuerzan por prepararlos laboralmente, incluso, de acuerdo con las demandas de las empresas del sector.


Hasan Tuluy,  vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, en un análisis que hace de la región en El Espectador con motivo de la VI Cumbre de las Américas, sostiene que el  sistema educativo de América Latina no genera habilidades para el mercado actual o del futuro.  

Sin embargo no se puede desconocer que se está trabajando mucho en el propósito. Al mercado, preocupación  fundamental de nuestro tiempo,  se ha supeditado cualquier otro conocimiento o actividad humana. Se hace casi imposible escapar a la hegemonía de un discurso que privilegia  la productividad y la clientela sobre los valores humanos y la persona.  

Como lo advertía Fernando Savater en el ensayo hacia una humanidad sin humanidades, en algunos países hasta se han suprimido de los currículos escolares áreas como filosofía, ética, sociales, artística y literatura. Lo importante es que los estudiantes aprendan a ser competentes y a moverse en las dinámicas de un “mundo globalizado”. 


Así, la cátedra de "emprendimiento" comienza a ocupar dos jornadas de 4 horas semanales en muchas instituciones públicas. En Girardota, la Institución Educativa Emiliano García la adoptó como única opción de media técnica para sus estudiantes.


La tendencia es que las universidades produzcan investigaciones que hagan más productiva la industria. Pululan las tecnologías,  las técnicas y la “certificación” de competencias para diversos campos de la producción. El Sena, que pronto estará en Girardota, certifica hasta la encendida de un computador. Se dice que para barrer se requiere también un cartón.

La evolución del Hombre
 La escuela, o las “Instituciones Educativas” se rinden al asalto de la oferta y la demanda. Ya no basta con saber hacer, porque es necesario competir y ser certificado” para poder hacer.


 La ingenua idea de que todos sean “emprendedores” y salgan a montar empresa, resta vitales horas a  la auténtica formación de los estudiantes. Sería más valioso que aprendieran carpintería, o a tallar el cuero y la madera, nos decía un profesor de español la semana pasada. Algo que les permita usar las manos, un arte que estimule la imaginación en el desarrollo de habilidades para enfrentar los avatares ineludibles de la supervivencia.

Incluso la formación en valores ya no es tan importante. Y aunque todos los manuales de convivencia exhiben  pretenciosos en su Misión-Visión el propósito de formar “seres críticos y concientes de la realidad de su contexto, capaces de resolver conflictos, de ser líderes, emprendedores, etc.”, en nuestro municipio todos se quejan precisamente de lo contrario.

En Girardota,  las drogas son una de las problemáticas que más preocupa a las comunidades, aunque los colegios por años vengan adoptando campañas de prevención. El desempleo ocupa a la mayor parte de los jóvenes que recién dejan las aulas, aun cuando los colegios se esfuerzan por prepararlos laboralmente, incluso, de acuerdo con las demandas de las empresas del sector.

Aumenta la criminalidad, y en los colegios no cesan de fijar afiches diciendo que “delinquir no paga”. Según escribió un reportero de El país de España la semana pasada, en Medellín hay más de 5.000 sicarios (fue desmentido por las autoridades de la ciudad, por supuesto), desempleados, y en Girardota (prácticamente un barrio de Medellín) crecen a granel los robos, el trabajo informal como el mototaxismo  y muchas otras formas de rebusque, mientras se agudizan conflictos sociales en varias comunidades  como el sector La calle y Jamundí.

La educación del futuro, grabado de principios del siglo XX
Entonces, ¿para qué está sirviendo la educación? Si el problema es de mentalidad, quiere decir que le compete a la escuela preguntarse por lo que está pensando. 


Si el problema es de valores, compete a la escuela dar el debate y vincular a la familia, sin tapujos ni doble moral, en la discusión del ejemplo que dan los padres y la responsabilidad que tienen en los problemas de sus hijos. 


Si el asunto es de oportunidades, le compete indagar por la manera en que aprendemos y se nos enseña a generar a nosotros mismos alternativas de convivencia y sostenibilidad.
En muchos colegios de la parroquia lo esencial sigue siendo la disciplina, defendida a ultranza. Más importante que el estudiante aprenda a ponerse las medias del color que son. 
Es más indignante un  saco colorido, a que el estudiante en grado 11 no sepa leer e interpretar correctamente. (Cosa que resulta difícil hasta en la universidad). Escandaliza más un muchacho con pelo largo que la mala ortografía. 


Lo que manda, al mejor estilo kafkiano, es el proceso, el debido proceso, la certificación que certifique que estamos certificados. Un círculo vicioso, absurdo, que desorienta a los colegios de su vocación fundamental. 

En este panorama el fin de la educación y la misión de un colegio es que los estudiantes obtengan los mejores resultados en las pruebas Icfes, no importa que no aprendan nada. A fin de cumplir la meta, se implementan los Preicfes, para que en escasos 6 u 8 meses los estudiantes llenen los huecos monumentales que en todas las áreas les dejó su paso por un bachillerato fallido. 

El examen de Estado, se supone, mide el resultado y la efectividad de todo un proceso, por lo que un Pre-icfes moralmente se vuelve un pastel, una forma de hacer trampa porque a los colegios a nivel regional se les mide en igualdad de condiciones. Los Preicfes se vuelven, además, una forma de ocultar las evidencias, pues solapa las carencias auténticas del sistema.

A la fecha en Girardota no han iniciado los Preicfes que desde hace cuatro años vienen realizando los estudiantes de los últimos grados de los colegios públicos de Girardota. Financiados con recursos públicos, en el cuatrienio pasado fueron invertidos 320 millones de pesos “incrementando los niveles de logros en las pruebas de estado saber 11, mejorando la calidad de la Educación”  según el informe de gestión 2008-2011, del ex alcalde, Guillermo Ochoa.

Si realmente la calidad de la educación mejorara, los estudiantes no tendrían que hacer Preicfes. Cuando sube un punto algún colegio, la emoción es parecida a la de la Policía Nacional cuando anuncia que estamos bien porque los homicidios se han reducido en un tanto por ciento con respecto al año anterior. Son datos que sólo deja contentos a quienes ganan medallas y ascensos con ellos, porque las estadísticas no alivian el dolor de las víctimas.

Es clara la tendencia mundial, como lo permite ver  el señor Tuluy citado arriba. Las políticas educativas a nivel nacional no dejan opción, aunque la Ley 115 haya dado a los educadores  estatus de investigadores, para que las instituciones y las comunidades construyan sus propios proyectos educativos, basados en las realidades particulares de cada contexto. 

Las condiciones han hecho que los Planes Educativos Municipales tengan que ser contratados con entidades foráneas, quienes además lo construyen, en muchos casos, con metodologías amañadas que responden solo al afán del producto y sin la participación activa de educadores, padres de familia y alumnos. Los planes de cada área, el Plan de estudios, se compra a “expertos” y mercaderes que diseñan currículos  a granel, y hasta los profesores compran diplomados y post-grados para ascender en el escalafón, en un mercado negro de títulos ofrecidos por universidades de garaje. 

Esa es la tendencia y nos preguntamos si Girardota se puede  sustraer a ella. Tomar las decisiones apropiadas requiere pensar muy bien la situación con los profesionales del caso, de forma que se invierta bien la plata. Hay que contestar por qué un estudiante que desde sexto está asistiendo a clase, para aprender las competencias básicas en un colegio de “calidad”, llegado a 11 no puede responder acertadamente unas pruebas que precisamente evalúan la  efectividad del proceso educativo, y ni accede a la educación superior.

Es claro que debe apostársele a los procesos, revisar la causa, y no sólo el efecto. Implica ir al origen del problema, y no solo concentrarse en querer subir los indicadores, cuando los que vienen en camino están repitiendo y replicando el mismo error. 

Aunque sabemos que las pruebas exigen sobre todo saber leer e interpretar, pocos docentes e instituciones  vinculan estas actividades acertadamente a sus procesos educativos. Prueba de ello son las bibliotecas escolares abandonadas y en desuso en muchos colegios Municipales.   


Sin embargo,  cabe resaltar como un avance la decisión de la Secretaría de Educación para la Cultura de  ampliar los talleres literarios y culturales en las 6 instituciones educativas, y en algunos hogares comunitarios, con el fin de comenzar un movimiento que amplíe las posibilidades de formación de estudiantes y docentes.

Hay que replantear los manuales de convivencia, que no están enseñando realmente a convivir, todavía son arbitrarios y cositeros. En muchas ciudades se está hablando de pactos, que se acuerden y no que se impongan; además  no hay diferencia entre la naturaleza del manual de un control remoto y otro que dice cómo comportarse. Que el tiempo que un docente dedica a pelear con los colores y las formas en las que se expresan los jóvenes, más bien se ocupe en leer un libro, promover amor por el conocimiento y ganas de ir a la escuela, porque con tanto procedimiento para joder, que pereza ir a estudiar.


Vea Redes: El sistema educativo es anacrónico.
 y Educar para formar ciudadanos.



4 comments:

vartolomé dijo...

La educación en el municipio falla porque está en manos de un monton de ultraconservadores y mojigatos que no se atreven a cambiar de paradigmas. MUchos rectores viven como en una urna, aislados del mundo real, y poco se insertan a las problemáticas del mundo actual. Yo creo que en los colegios NO SE PIENSA la educación, sino que muchos profesores son un monton de autómatas que administran contenidos y se meten en el cuento absurdo de la certificación, sabiendo que eso no mejora en nada los procesos educativos, en lo que se refiere a lo académico.

Anónimo dijo...

Los preicfes solo sirven para enriquecer a los dueños de INSTRUIMOS! ya que la mala calidad de la educación se les volvio un negocio a ellos. Porque no mejor que las secretarias de educación enseñen a sus propios maestros a fortalecerse en ese aspecto, e invierten ese dinero en los docentes, en lugar de estar embolsillandole esa plata a gente que tiene mina de oro a costo de las falencias del municipio. ARREGLEMOS LA CASA PRIMERO!

Alexandra Guarín dijo...

Me gusto, muy contextualizado.

Anónimo dijo...

gracias por los videos del final, especialmente educar para formar ciudadanos. si nos propusiéramos seguir esta sencilla propuesta "educar para formar ciudadanos" sería suficiente... pero preguntémosle a los muchachos qué hacen tareas los ponen a hacer en el colegio. casi no saben, todas son la misma tarea, buscar en google. copiar y pegar. jajaja.así no se construye sociedad. así se destruye. teachers, dejen a los niños pensar! no todos, por supuesto, hay profes excelentes en el magisterio, verdadero seres humanos íntegros, que irradian espiritualidad y amor por el conocimiento. a ellos les queda la tarea de entrometerse en este programa de extirpación de conciencias y control de carne para las industrias. jodido el cuento del emprendimiento.