36.086 ciudadanos pueden votar el próximo domingo por
alcalde y concejales en Girardota, según el Censo Electoral.
Hace cuatro años eran 28.602, de los cuales votaron apenas
el 59.71%, es decir, 16.225 personas. 11.830 votaron por Guillermo Ochoa
Beltrán, que eran el 69.27 % de votantes.
Esa vez ganó la abstención: 12.377 personas que no votaron porque no se sentían
representados.
Y hace 8 años eran 24,136 los posibles votantes, de los
cuáles votaron apenas 13.734, el 56.90% del potencial electoral. Ortiz ganó en
aquel entonces con 6,941, equivalente al 50.53% de los votantes. Esa vez también ganó la abstención, con
10.402 personas que no votaron, pues no se sentían representados.
Son cálculos que puede hacer hasta un niño de primaria. Lamentablemente
no hay datos a la mano de los años anteriores, pero según las dos anteriores
administraciones, la abstención va en aumento. Y nada nos certifica que este año no gane también la abstención. Bueno
sería equivocarse.
Alberto Aguirre (1926), abogado, editor, librero, crítico de
cine, es también el más importante escritor nacido en Girardota y que no obstante
casi nadie conoce. Triste ignorancia. Su espíritu crítico nos inspira y anima a
seguir con este trabajo (más allá de toda coyuntura). Publicó hace casi 30 años
en su célebre columna “Cuadro” del periódico El mundo de Medellín, una lúcida y tremenda reflexión a propósito de
las elecciones. Todavía tiene actualidad, como toda su obra, que debería
estudiarse por obligación en los colegios del país. Es verdadera Cátedra
Pública.
El voto es un
placebo
Alberto
Aguirre, El Mundo, 9 de marzo de 1984
Placebo, según
Flammarion, es “sustancia que mejora los síntomas presentados por un paciente,
en tanto que su eficacia farmacológica previsible debería ser nula o
insignificante; existe, por tanto, una participación psicológica en el efecto
placebo”.
Eso son las
elecciones: un placebo. Su eficacia es nula o insignificante, pero gracias al
efecto psicológico (la alucinación) el pueblo cree que así realiza la
democracia, que, votando, participa en decisiones de gobierno. Pero cada día es
menor el número de ciudadanos que se dejan manipular por el efecto placebo de
las elecciones, y los votantes no pasan de cuatro millones. Participa un número
ínfimo del común. Y es que votando no se decide nada: las elecciones son rito
vaciado de potencia y significando. Votar es acto írrito.
Ramiro de la
Espriella, eminente liberal y emintente escritor, afirma (El Mundo, 3 marzo,
pag.2): “Se cumple el proceso electoral de mitaca sin que los partidos se hayan
manifestado ideológicamente para nada”. Entonces, ¿para qué votar? Porque se
vota a favor de unas ideas, de un programa (que afecte de algún modo el orden
social) y si dicho programa no existe, el voto viene a ser puro clientelismo:
de quien lo da y de quien lo recibe: se vota por un sujeto determinado (de
rango alto o bajo) y para que ocupe un puesto determinado y desde allí reparta
puestos indeterminados. La votación es una fábrica de burocracia. Agrega De la
Espriella que los partidos no ofrecen “soluciones políticas a un malestar
político y social”. Votar es irrisión. Y concluye: “Es como bailar solo, sin
pareja y con música mortuoria”. El que se lanza a la pista electoral cree
abrazar a la más bella, al son de guacharacas: la alucinación del placebo. Que dura
poco.
Porque el voto ya no decide: no es
decisorio el resultado electoral en cuanto a las cuestiones fundamentales que
afectan al pueblo. El voto sólo determina un cambio de payasos. Aquel placer
solitario y mortuorio deja resaca. Tal vez el que ahora manda haga diez mil
casas más que aquel, y cinco mil menos que el anterior, pero el número de los
destechados crece día a día. Como crece la miseria de los humildes. Y como
crece la prepotencia de las oligarquías. Y el saqueo de las riquezas del común.
La llamada “consulta
electoral” es un rito huero, como esas ceremonias vaciadas de significado, que
se perpetúan por inercia. El pueblo no es consultado: una fracción menor va a
las urnas por inercia. Y el elegido, que halagó con sancocho y retórica a unas
masas exangües en el curso de la campaña, aun ese hilo tenue del halago lo
pierde en el poder: fugaz fue el contacto con el pueblo, y vano. Ya trepado en
el mando, empieza a comportarse como monarca: de hecho (y la expresión es de
Alberto Lleras) tenemos un cesarismo democrático: esta democracia coca es
máscara de esa monarquía vergonzante. Trepado en el trono, en la butaca o en el
taburete (según la pompa del cargo) el gobernante se desprende de los intereses
populares y empieza a obrar como factor de la burguesía. Lo demuestra el
reciente paro de Oriente y Suroeste, y la ola de paros y protestas populares
que prenden a lo largo del país: los gobernantes se hacen sordos al reclamo del
pueblo. Y no sólo sordos, sino imperiales e inclementes. Como si la credencial
emanada del voto fuera patente de corso para aplastar al pueblo. La democracia
electoral acaba negando la democracia participante.
Todo placebo –por
engañoso- es transitorio. Esta democracia fofa y purulenta, agoniza. Necesita
algo más que un placebo electoral.
10 comments:
Muy bueno el artículo ¿Será ese el año correcto del nacimiento del maestro Aguirre?
y como saben que no se sentian representados ???.. ustedes tienen claro , porque no vota la gente ???.
El dato es correcto. Actualmente Aguirre tiene 84 años.
En la democracia representativa saber por qué no vota la gente es mucho más complejo que saber porqué sí vota.
En nuestro caso, decimos: el que no vota no se siente representado, si se sintiera representado no sería lógico que votase?
COMPAÑEROS POR QUE TODOS NO NOS UNIMOS EN UN EXPERIMENTO BIEN PARTICULAR, LA COSA ES DE QUE LOS CANDIDATOS MARTIN Y ORTIZ SON LOS QUE MAS HAN GASTADO PLATA EN LA CAMPAÑA, SON LOS MAS CUESTIONADOS Y SE CREE QUE UNO DE LOS DOS ES EL PROXIMO ALCALDE. SI NOSOTROS VOTAMOS POR UN GERMAN GOMEZ O FDO CORDOBA,VAMOS ABSTENCIONISTAS Y CRITICOS OBJETIVOS EN ESTE EJERCICIO PARA DERROTAR A LOS CORRUPTOS QUE SON TODOS PERO ESTO DOS ULTIMOS SON UN POCO MENOS
Alberto Aguirre, nacido en Girardota el 19 de diciembre de 1926.
que bueno lo de nuestro paisano y muy desonrrozo para nosotros de los posibles candidatos a la alcaldia y al concejo que nos representan y nos van a representar, que son solo una manada de desonestos, corruptos y mentirosos, por tal motivo hay abstinecia electoral- no votemos
corregimos, 1926 es la fecha. gracias al anónimo.
Compañeros los admiro y los sigo hasta que el cuerpo aguante, yo soy el humilde espectador que corrigió la fecha, abrazos.
si gana martin bustamante o fernando ortiz preparence ciudadanos para que todo siga empeorando personalmente voto en blanco pero voto
no hacemos nada con hablar y criticar hay que actuar de mostrar la inconformidad votando en blanco.
este pueblo esta jodido y si no hacemos nada se jode mas
En girardota ganó el hambre de tamal, lechona y perros calientes. Nadie sabe las millonadas de dinero que se lavaron ahí, todo el dinero de Envigado, pues el Municipio ya quedó endosado a los que le dieron la plata a Ortiz, le va a costar caro, muy caro. Qué van a hacer ahora? Raro que perdiera el conservatismo por 1200 votos, la misma cantidad de cédulas que mandaron a retirar, gente que había votado toda la vida no pudo hacerlo, muy bien ortiz. Si se hizo rico con la primera Alcaldía con esta va hacer millonaria a la mujer, a que país irá a llevar el dinero? Ya tenía en Estados Unidos y Argentina, ahora a dónde lo va a meter?
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