27 oct 2011

El voto es un placebo: Girardota abstencionista


36.086 ciudadanos pueden votar el próximo domingo por alcalde y concejales en Girardota, según el Censo Electoral.

Hace cuatro años eran 28.602, de los cuales votaron apenas el 59.71%, es decir, 16.225 personas. 11.830 votaron por  Guillermo Ochoa Beltrán, que eran el 69.27 % de votantes. Esa vez ganó la abstención: 12.377 personas que no votaron porque no se sentían representados.

Y hace 8 años eran 24,136 los posibles votantes, de los cuáles votaron apenas 13.734, el 56.90% del potencial electoral. Ortiz ganó en aquel entonces con 6,941, equivalente al 50.53% de los votantes. Esa vez también ganó la abstención, con 10.402 personas que no votaron, pues no se sentían representados.
Son cálculos que puede hacer hasta un niño de primaria. Lamentablemente no hay datos a la mano de los años anteriores, pero según las dos anteriores administraciones, la abstención va en aumento. Y nada nos certifica que este año no gane también la abstención. Bueno sería equivocarse.



Alberto Aguirre (1926), abogado, editor, librero, crítico de cine, es también el más importante escritor nacido en Girardota y que no obstante casi nadie conoce. Triste ignorancia. Su espíritu crítico nos inspira y anima a seguir con este trabajo (más allá de toda coyuntura). Publicó hace casi 30 años en su célebre columna “Cuadro” del periódico El mundo de Medellín, una lúcida y tremenda reflexión a propósito de las elecciones. Todavía tiene actualidad, como toda su obra, que debería estudiarse por obligación en los colegios del país. Es verdadera Cátedra Pública. 

El voto es un placebo
Alberto Aguirre, El Mundo, 9 de marzo de 1984

Placebo, según Flammarion, es “sustancia que mejora los síntomas presentados por un paciente, en tanto que su eficacia farmacológica previsible debería ser nula o insignificante; existe, por tanto, una participación psicológica en el efecto placebo”.
Eso son las elecciones: un placebo. Su eficacia es nula o insignificante, pero gracias al efecto psicológico (la alucinación) el pueblo cree que así realiza la democracia, que, votando, participa en decisiones de gobierno. Pero cada día es menor el número de ciudadanos que se dejan manipular por el efecto placebo de las elecciones, y los votantes no pasan de cuatro millones. Participa un número ínfimo del común. Y es que votando no se decide nada: las elecciones son rito vaciado de potencia y significando. Votar es acto írrito.
Ramiro de la Espriella, eminente liberal y emintente escritor, afirma (El Mundo, 3 marzo, pag.2): “Se cumple el proceso electoral de mitaca sin que los partidos se hayan manifestado ideológicamente para nada”. Entonces, ¿para qué votar? Porque se vota a favor de unas ideas, de un programa (que afecte de algún modo el orden social) y si dicho programa no existe, el voto viene a ser puro clientelismo: de quien lo da y de quien lo recibe: se vota por un sujeto determinado (de rango alto o bajo) y para que ocupe un puesto determinado y desde allí reparta puestos indeterminados. La votación es una fábrica de burocracia. Agrega De la Espriella que los partidos no ofrecen “soluciones políticas a un malestar político y social”. Votar es irrisión. Y concluye: “Es como bailar solo, sin pareja y con música mortuoria”. El que se lanza a la pista electoral cree abrazar a la más bella, al son de guacharacas: la alucinación del placebo. Que dura poco.
Porque el voto ya no decide: no es decisorio el resultado electoral en cuanto a las cuestiones fundamentales que afectan al pueblo. El voto sólo determina un cambio de payasos. Aquel placer solitario y mortuorio deja resaca. Tal vez el que ahora manda haga diez mil casas más que aquel, y cinco mil menos que el anterior, pero el número de los destechados crece día a día. Como crece la miseria de los humildes. Y como crece la prepotencia de las oligarquías. Y el saqueo de las riquezas del común.
La llamada “consulta electoral” es un rito huero, como esas ceremonias vaciadas de significado, que se perpetúan por inercia. El pueblo no es consultado: una fracción menor va a las urnas por inercia. Y el elegido, que halagó con sancocho y retórica a unas masas exangües en el curso de la campaña, aun ese hilo tenue del halago lo pierde en el poder: fugaz fue el contacto con el pueblo, y vano. Ya trepado en el mando, empieza a comportarse como monarca: de hecho (y la expresión es de Alberto Lleras) tenemos un cesarismo democrático: esta democracia coca es máscara de esa monarquía vergonzante. Trepado en el trono, en la butaca o en el taburete (según la pompa del cargo) el gobernante se desprende de los intereses populares y empieza a obrar como factor de la burguesía. Lo demuestra el reciente paro de Oriente y Suroeste, y la ola de paros y protestas populares que prenden a lo largo del país: los gobernantes se hacen sordos al reclamo del pueblo. Y no sólo sordos, sino imperiales e inclementes. Como si la credencial emanada del voto fuera patente de corso para aplastar al pueblo. La democracia electoral acaba negando la democracia participante.
Todo placebo –por engañoso- es transitorio. Esta democracia fofa y purulenta, agoniza. Necesita algo más que un placebo electoral.



  


10 comments:

Anónimo dijo...

Muy bueno el artículo ¿Será ese el año correcto del nacimiento del maestro Aguirre?

Anónimo dijo...

y como saben que no se sentian representados ???.. ustedes tienen claro , porque no vota la gente ???.

Pueblo dijo...

El dato es correcto. Actualmente Aguirre tiene 84 años.
En la democracia representativa saber por qué no vota la gente es mucho más complejo que saber porqué sí vota.
En nuestro caso, decimos: el que no vota no se siente representado, si se sintiera representado no sería lógico que votase?

Anónimo dijo...

COMPAÑEROS POR QUE TODOS NO NOS UNIMOS EN UN EXPERIMENTO BIEN PARTICULAR, LA COSA ES DE QUE LOS CANDIDATOS MARTIN Y ORTIZ SON LOS QUE MAS HAN GASTADO PLATA EN LA CAMPAÑA, SON LOS MAS CUESTIONADOS Y SE CREE QUE UNO DE LOS DOS ES EL PROXIMO ALCALDE. SI NOSOTROS VOTAMOS POR UN GERMAN GOMEZ O FDO CORDOBA,VAMOS ABSTENCIONISTAS Y CRITICOS OBJETIVOS EN ESTE EJERCICIO PARA DERROTAR A LOS CORRUPTOS QUE SON TODOS PERO ESTO DOS ULTIMOS SON UN POCO MENOS

Anónimo dijo...

Alberto Aguirre, nacido en Girardota el 19 de diciembre de 1926.

Anónimo dijo...

que bueno lo de nuestro paisano y muy desonrrozo para nosotros de los posibles candidatos a la alcaldia y al concejo que nos representan y nos van a representar, que son solo una manada de desonestos, corruptos y mentirosos, por tal motivo hay abstinecia electoral- no votemos

Chimenea informativa de Girardota dijo...

corregimos, 1926 es la fecha. gracias al anónimo.

Johnatan Cossio dijo...

Compañeros los admiro y los sigo hasta que el cuerpo aguante, yo soy el humilde espectador que corrigió la fecha, abrazos.

Anónimo dijo...

si gana martin bustamante o fernando ortiz preparence ciudadanos para que todo siga empeorando personalmente voto en blanco pero voto
no hacemos nada con hablar y criticar hay que actuar de mostrar la inconformidad votando en blanco.
este pueblo esta jodido y si no hacemos nada se jode mas

Anónimo dijo...

En girardota ganó el hambre de tamal, lechona y perros calientes. Nadie sabe las millonadas de dinero que se lavaron ahí, todo el dinero de Envigado, pues el Municipio ya quedó endosado a los que le dieron la plata a Ortiz, le va a costar caro, muy caro. Qué van a hacer ahora? Raro que perdiera el conservatismo por 1200 votos, la misma cantidad de cédulas que mandaron a retirar, gente que había votado toda la vida no pudo hacerlo, muy bien ortiz. Si se hizo rico con la primera Alcaldía con esta va hacer millonaria a la mujer, a que país irá a llevar el dinero? Ya tenía en Estados Unidos y Argentina, ahora a dónde lo va a meter?