19 sept 2011

El Valle de Aburrá del futuro


 Si algo ha faltado en el Valle de Aburrá es proyección hacia el futuro. No sólo se improvisa en Girardota, se improvisa en Medellín, se improvisa en los demás municipios del área. Pero se pretende dejar de improvisar y trabajar con un plan. Eso es lo que se dice del BIO 2030, en el que trabajan la Escuela de Estudios Urbanos y Ambientales de EAFIT, el Area Metropolitana y el Municipio de Medellín, para programar el llamado “crecimiento sostenible” del Valle de Aburrá en tiempos donde mundialmente se habla del “decrecimiento” como una urgencia.  Además, en un país donde cuesta trabajo cumplir lo que es obligatorio, resulta casi que imposible cumplir lo que no es de obligatorio cumplimiento.

Pero la reflexión que se gesta a partir aquí es bienvenida. La división de los municipios que conforman el Área Metropolitana solo es política, puesto que ser girardotano es sinónimo de ser dependiente de la ciudad.
 
En el interesante plan asesoran las agencias de urbanismo de Paris y Barcelona, junto con las facultades de Arquitectura de Medellín.

Girardota interesa a los visionarios: "Solicitamos que nos tocara el proyecto de Girardota- Hatillo porque desde hace mucho tiempo trabajamos en propuestas para esta zona del valle: es pensar un territorio que tiene una gran potencialidad de desarrollo y que ha estado un tanto abandonado", dice la decana Beatriz Jaramillo, coordinadora del equipo de la Universidad Santo Tomás en Bio 2030. 

¿Doña Jaramillo le llama “abandono” al proyecto minero que afea estos predios? Dice el coordinador del BIO 2030, el arquitecto Alejandro Echeverri, director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales de Eafit: “Es un plan para definir los principales proyectos urbanos que tendrá el valle de Aburrá a 20 años. Busca generar consensos ciudadanos ante tres grandes apuestas: ciudad verde, movilidad y nuevas zonas de desarrollo. No es de obligatorio cumplimiento, pero busca ser una hoja de ruta para las políticas de administraciones venideras”.
 
Le seguiremos la pista durante los próximos 20 años al plan, para ver en qué se queda.  A ver si podemos convertir en un sueño lo que hasta ahora va pareciendo lo contrario. Sólo el asunto de la movilidad es peliagudo: las rutas de acceso a Medellín por el norte no dan abasto, siempre embotelladas. El monopolio del transporte en Girardota también es sintomático de lo que ocurre en la zona. El Metro lo han querido traer hace años pero eso implica que las empresas de transporte pierdan su botín, lo que quizá también ha dejado en veremos durante años el proyecto de reactivar la vía del ferrocarril en el valle. 

 
 Fuente: El tiempo
Y ese video: