Vereda El Yarumo. |
Por Daiana González y Estefanía Carvajal
Los
campesinos de El Cano, como los de El Yarumo y El Palmar, prefieren vender lo
que producen sus fincas en Guarne, antes que en el municipio al que pertenecen:
Girardota. Esto por dos razones: les queda más cerca y les pagan mejor, pues en
el pueblo del oriente antioqueño hay un centro de acopio de productos
agrícolas. Muchos de esos productos son enviados en cargas a las plazas de
mercado de la gran ciudad antioqueña, Medellín, como la Minorista y la
Mayorista.
Al mismo
tiempo, un buen número de comerciantes de la Plaza de Intercambio Comercial de
Girardota (o, mejor llamada por la gente del pueblo, la Plaza de Mercado) y de
los demás supermercados del Municipio, van hasta la Minorista a comprar lo
necesario para abastecer sus negocios. Así, las moras, cebollas, papas y demás
productos cultivados en tierras girardotanas dan “la vuelta del bobo” para ser
consumidos en su propia casa.
Aníbal
Guerra es el presidente de la Cooperativa de Campesinos de Girardota
(Campogir), y de la Asociación de Hortalizas y Frutales de Girardota
(Ashofrug). Para Guerra, las economías campesinas del Municipio enfrentan
varios problemas: las particulares condiciones geográficas del pueblo (que hacen
de Girardota un territorio de inclinadas pendientes y gran variedad de
microclimas), el mal estado de las carreteras, los intermediarios en la
distribución de los productos agropecuarios, la escasa tecnificación, pero,
sobre todo, el mayor problema “son los pequeños volúmenes de producción”.
Todas
estas condiciones hacen que los campesinos de Girardota no puedan cumplir con
las normatividades y exigencias del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) y
del Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), “porque por
ejemplo para vender un pollo se debe tener una planta de sacrificios con
requisitos que difícilmente la Asociación de Avicultores puede cumplir.
Entonces el pequeño productor queda excluido por esos requisitos”, señala
Guerra.
A partir
de esta situación surge Campogir, Cooperativa conformada por sujetos naturales
(campesinos) y personas jurídicas (asociaciones campesinas). Hoy son 43
miembros, 12 de los cuales son asociaciones campesinas. “El campesino está
acostumbrado a pedir limosna por el producto, él baja una mora de la montaña y
empieza diciendo ‘¿me va a colaborar?’ ‘¿me va a ayudar?’”, explica Guerra, y
agrega que lo que pretende Campogir es cambiar esa situación, que el campesino
no dependa de lo que el comerciante le quiera dar por sus productos, pero
tampoco de la Administración Municipal, pues “no somos partidarios del
paternalismo pero sí reclamamos la corresponsabilidad del Municipio”.
En este
orden, la propuesta de la Cooperativa es la creación de un centro de acopio, en
el que se regulen precios que sean justos para productores y consumidores, se
le de valor agregado a los productos y se cree un nuevo sistema de mercadeo:
“hacer preventas, domicilios; que la gente nos llame por teléfono o nos
escriba por internet y nos diga ‘quiero una panela del trapiche de don Mario
Carmona’, y que tenga inmediatamente esa panela exacta de ese
trapiche que quiere en la puerta de su casa”, explica Guerra. Así, además de
favorecer a los campesinos, se generaría empleo en el casco urbano.
De
acuerdo con Guerra, lo único que necesitan ahora de la Alcaldía de Girardota
es que les cedan el espacio en la Plaza de Mercado para instalar el centro de
acopio, pues a pesar de la insistencia de Campogir en que el proyecto haga
parte del Plan de Desarrollo Municipal, y que la nueva Administración ha sido
muy receptiva, “no se atreven a entregarnos el local porque como que les da
miedo”.
Sin
embargo, la Asociación de Comerciantes de Girardota, ASOCOGI, que reúne a los
comerciantes de la Plaza de Mercado, cree que este proyecto podría ser
perjudicial para sus miembros. Ante esto dice Guerra que Campogir no pretende
llegar con competencia desleal, sino que la relación entre ambos sectores de la
economía girardotana “necesariamente tiene que ser buena”, pues los
comerciantes pueden surtir sus negocios de los productos del centro de acopio.
Para
Aníbal Guerra, el centro de acopio es la mejor oportunidad que pueden tener
los campesinos de Girardota... una oportunidad que no se puede dejar perder.
CONTEXTO
Tierra,
capital y trabajo. Tres factores de producción que determinan la economía de
una región. De acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el
territorio colombiano se extiende en unas 114,17 millones de hectáreas, de las
que el 44,6% son de uso agropecuario. 4,9 millones de hectáreas se destinan a
la agricultura, pero el potencial de uso agrícola del suelo es de 21,5 millones
de hectáreas; es decir, se está utilizando en la agricultura sólo el 22,7 por
ciento del total de tierra posible. Además, una gran porción del suelo apto
para cultivar se emplea en la ganadería: 38,6 millones de hectáreas son
utilizadas para la ganadería cuando sólo 20 millones son aptas para
explotaciones ganaderas.
A pesar
del uso tan pobre que se le da a la tierra en Colombia, según el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el sector agrícola es uno de los
más importantes en el país.
“La
agricultura colombiana ha contribuido al total del Producto Interno Bruto (PIB)
del país con un porcentaje que oscila entre 10 y 14% desde 1994. El sector
satisface gran parte de la demanda alimentaria de la nación, provee materias
primas para una diversidad de industrias (harinas, chocolates, confitería,
concentrados, pulpas, aceites, tabaco, textil, lácteos), tiene una importante
participación en los mercados internacionales de café, banano, azúcar y aceite
de palmiste y genera el 21% del empleo del país (Departamento Administrativo
Nacional de Estadística, DANE, 2009)”. (PNUD Colombia, 2009)
No
obstante, la distribución de la tierra productiva es extremadamente desigual,
pues de acuerdo con los datos del economista Luis Carlos Garay del 2002, “el
1,1 por ciento de los propietarios de la tierra en el país tiene más del 55 por
ciento del territorio cultivable y explotable” (Granados, 2003).
La
palabra economía campesina engloba ese 45% restante que posee la
tierra cultivable en el país y que se divide en: 1) Productores
parcelarios: pequeños campesinos que tratan de llevar una economía
mercantilizada, con la que puedan generar excedentes y llevar sus
productos a un tipo de mercado capitalista. 2) Campesinos con poca o sin
tierra, con una economía de subsistencia en la que realizan maniobras
para poder sobrevivir (entre esas tomar empleos en industrias agrícolas o
agropecuarias del sector). 3) Y campesinos jornaleros de baja capacitación y
educación, que abandonan su finca para poder obtener mayores ingresos.
Esto según las consideraciones teóricas de Jorge Humberto Granados,
economista de la Universidad de Ginebra (Granados, 2003).
Girardota
es un municipio del norte del Valle de Aburrá. Hace parte del Área
Metropolitana y tiene una población de 48.226 personas. El casco urbano, de tan
sólo 1,5 kilómetros cuadrados, es la casa del 61,3% de la población; los 18.621
girardotanos y girardotanas restantes se reparten en las 27 veredas que
conforman el Municipio. No es de extrañar, por tanto, que el sector
agropecuario sea uno de los más importantes en la economía del pueblo. En
Girardota existen 18 asociaciones campesinas. Doce de ellas están a su vez
agremiadas en la Cooperativa de Campesinos de Girardota.
2 comments:
Excelente, que estén considerando las oportunidades del sector campesino, en este gremio existe gran probabilidad de progreso y desarrollo para el municipio.
no solamente existe como gran posibilidad de "progreso", como sea que entienda el anterior anónimo el "progreso", sino que tal y como están las cosas en la ciudad en las zonas urbanas, con este desempleo tan hijueputa, hay que mirar hacia el campo como algo más que una posibilidad: como la más clara alternativa. que se pongan a producir las tierras improductivas, la ganadería es un flajelo horrible, es desierto y al lado están los pobres gastando pasajes para ganarse un sueldo de miseria en las zonas urbanas y empresas pudiendo invertir mejor su tiempo en los cultivos. pero hay que comenzar por indignarse contra ese 1 por ciento de terratenientes, como ya están haciendo en estados unidos los distintos movimientos. Ocupa el campo!
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