27 mar 2012

Sentimiento de bandoneón

Foto Juan David Jaramillo
Por Bibiana Ramírez

Se escucha el lamento de un bandoneón en el Kiosco Principal, mejor, el de dos bandoneones. Es como para no perdérselo. Una voz desgarrada, canta, acompañada de estos dos instrumentos. Es de noche. Un joven pasa sus rápidos dedos por uno rojo, es Marco Blandón, con su semblante serio, mirando fijamente al suelo, al cielo, a ninguna parte. El otro es Martin Carr, viajero de suramérica con su bandoneón, viene desde Rosario, Argentina, llegó a Medellín y supo de Marco y aquí están juntos. Y la voz es la de Julio César Cadavid, que resucita maestros, que envuelve con tangos misteriosos.

Esto fue hace un año. En Girardota nunca habían estado dos bandoneones juntos. Uno de ellos llegó para quedarse en las manos de Marco.

El sentir Artístico
Marco Blandón desde niño fue estimulado con la música. Su familia le festejaba cada murmullo y le decían que tenía talento. A los siete años comenzó las clases de música y se dio cuenta que la comprendía fácil. Sin embargo, fue a los trece años que tuvo su primera guitarra, una que le regaló su abuela. Luego decidió aprovechar las clases que daban en el colegio, donde aprendió las bases, la lectura musical.

Como muchos músicos de Girardota, Marco es autodidacta. Escuchando, compartiendo con sus amigos, estudiando por pasión. Así aprendió a tocar primero la guitarra. Después entró a la Universidad de Antioquia en el 2003 a estudiar guitarra clásica, muy contento de poder realizar lo que siempre había soñado.

En la época del rock
Era la época en que Marco escuchaba rock, estaba influenciado por el género, sobre todo el rock en español, especialmente el argentino. Pero en la Universidad se dio cuenta que no disfrutaba las clases, que no tenía una rutina y que tenía la carrera como un paseo. Además tenía un profesor que todo el tiempo lo estaba cuestionando. Finalmente hizo seis semestres de preparatoria y cuatro de pregrado.

Decidió estudiar pedagogía musical porque sabe que “el medio laboral pide más ser docente que ser solista, en Colombia es difícil”. 

Mientras estudiaba, un día recibió un regalo que transformó su concepción de la música: un cd de Astor Piazzola. “Ahí cambió todo, cuando lo escuché, dije qué es esta música, dios mío”.

El sueño de un bandoneón
El tango no le interesaba. Astor Piazzola le produjo una alegría que no le había generado ningún otro músico. “Lo escuché y eso fue mágico, la primera canción fue Adiós Nonino. Ahí fue donde empezó ese sueño de saber más sobre el bandoneón, a escucharlo, me llamaba mucho la atención el sonido, tenía mucha curiosidad”.

Dicen que cuando Astor Piazzolla se enteró de la muerte de su padre, se retiró a una habitación y lloró como un niño a través de los quejidos de su bandoneón. Así surgió Adiós Nonino, una de las canciones más representativas y la obra de quien fuese uno de los grandes compositores del tango e intérpretes del bandoneón.
Marco quiso conocer a algún bandoneonista de la ciudad y no encontró ninguno. Fue dejando la guitarra a un lado y emprendió esa búsqueda del bandoneón. Alguna vez se enteró que iban a formar una escuela de tango en Medellín y se presentó como guitarrista para “estar más cerca del bandoneón, porque nunca había tocado uno, sólo en sueños”. Entonces conoció a Carla Algueri, maestra argentina y de las pocas mujeres que tocan este instrumento, ella estaría a cargo del grupo.


En el parque de Girardota. Bibiana Ramírez
Sólo podía tocar el bandoneón dos horas a la semana, porque era de la Alcaldía de Medellín y no estaba permitido sacarlo de allí. Poco avanzaba. Y además la maestra venía apenas cada cuatro meses. Eso fue en el 2009. Estuvo con ella hasta junio del 2010, cuando ella no pudo volver y a cambio mandaron a Pablo Jaurena, bandoneonista argentino y actual maestro de Marco.

Se volvió insistente en que quería un bandoneón. Sabía que era un instrumento muy viejo y costoso, algunos amigos lo bajaban de la nube, otros lo animaban y soñaban con él.

El instrumento de los 71 botones
El Bandoneón es un instrumento portátil de viento, y más precisamente un aerófono (que suena por la vibración producida por una columna de aire). Posee dos cajas armónicas en cuyo interior se producen vibraciones de un sistema de lengüetas metalicas, por acción del aire presionado. Fue diseñado en Alemania a comienzos del siglo XIX y su uso fue inicialmente como órgano portátil para ejecutar música religiosa; de ahí su sonido sacro y melancólico único. 

De la llegada a Argentina no se conoce mucho. Hay varias versiones de la historia. Lo es cierto es que un marinero desembarcó en Río de la Plata con el instrumento. En 1890 ya sonaban algunos por los bares de Buenos Aires. 
Consta de 38 botones para el registro agudo y 33 para el grave. Cuando se abre el fuelle (dispositivo para contener aire y expelerlo a cierta presión), cada botón oprimido genera un tono y cuando se cierra el fuelle el mismo botón emite otro tono. Es decir que genera 142 tonos.
En Alemania existían dos fabricadores de bandoneones, Ernst Hermann Arnold (ELA) y Alfred Arnold (AA), este último siendo el más apetecido, que se dejó de fabricar desde 1950.
En la casa de la cultura. Bibiana Ramírez
Marco sabía que era un instrumento complejo, “hay que utilizar mapa para tocarlo”, pero quería afrontar ese reto; se había enamorado del bandoneón. Le decía a su maestro y a sus amigos que le ayudaran a conseguir uno. Hasta que vio uno que le causó mucha impresión y era AA, fue a verlo “sin un peso en el bolsillo” y al otro día, con el apoyo de su familia, ya lo tenía en sus manos.
“El viaje de aquí hasta Medellín fue eterno y más de Medellín hasta aquí. Me estaban esperando todos. Soñaba con un quinteto, ya lo tenía armado, ya estaban los músicos, pero no el bandoneón. Hasta que llegó. Era una felicidad. Eso fue el 25 de febrero del año pasado”.


Las aventuras tangueras
“Si yo quiero conquistar una muchacha con el tango, embalado, toca instrumental, porque la letra es muy triste”.  El tango es la historia del porteño, del inmigrante, de la nostalgia del país que dejó. Cuentan los que han ido a Buenos Aires que es una ciudad gris, fría, que compagina bien con el tango.  “Es una experiencia que uno la tiene que vivir estando allá” agrega.


Quinteto F31. Juan David Jaramillo
El quinteto F31 es un grupo de estudio en el que Marco está, con el que soñó y  al que le entrega todo. El nombre del quinteto es sacado de la marca del avión en el que viajaba Gardel el día de su muerte. Ya se presentaron en el festival de tango en Armenia, han tenido varias presentaciones en Medellín y una en Girardota hace poco y tienen grandes proyectos para este año.

En Enero Marco y Julio Cadavid, viajaron a Cartagena a buscar aventura con el tango. Llegaron a la ciudad en el momento que se celebraba el Festival de música clásica, aprovechando para recoger algunas monedas y regalar un poco de arrabal. “Yo vi una fila para un concierto de una pianista, nos pusimos a tocar en la fila y no nos alzaban a ver, nadie echó nada, para colmo se desmaya un hombre al lado de nosotros y Julio seguía cantando y lo miraba. Nos fuimos decepcionados. Es un festival muy clasista, todo muy costoso. El tango es una música muy popular, muy de calle, no es de mar caribe. Es de la ciudad, del licor, del gris, no de ese amarillo tan amarillo del norte”.

 Marco se está preparando para viajar a Buenos Aires, para conocer la ciudad que inspira el tango. Tiene ese proyecto para el próximo año, quiere aprender de los maestros, con los viejos que tanto aman este género. Luego regresar con nuevas melodías a su pueblo, cargado de recoger experiencias y vivir lo que tanto ha soñado.

Un video hecho en la represa La Fe, en Llanogrande por Alejandro Hernandez

La hora magica from Alejo Hernandez on Vimeo.


6 comments:

Anónimo dijo...

Que orgullo tener esta clase de talento en nuestro pueblo, ALCALDIAAAAAAAAA, si para esto no hay patrocinio, entonces no hay NADAAAAAA

Anónimo dijo...

Esto es cultura, es arte...... es talento 100% Girardotano

Anónimo dijo...

Marcos parcero felicidades, ahhhh ya descubrí tu verdadero talento, por que para el futbol nooooooo.

jaiberin dijo...

Maestro, que bonita historia, se le aprecia mijo.

jaiber uribe.

Anónimo dijo...

Escuchar a este muchacho me pone los pelos de punta siempre, toca con mucho sentimiento y tiene un talento nato :D excelente presentacion la de la barra, siempre es un placer escucharlos....

Anónimo dijo...

Qué gran Historia! ojalá que se sigan realizando todos tus sueños.