Trapiche de la vereda San Andrés, foto extraída del archivo fotográfico de la Alcaldía de Girardota. |
Por Daiana González y Estefanía Carvajal
Grandes,
pequeñas, pálidas, coloradas, redondas, cuadradas, compactas, en polvo,
embolsadas, desnudas y marcadas con todas las letras del abecedario. La gran
variedad de panela que encuentran los girardotanos en los supermercados del
pueblo es asombrosa. Se debe a los 28 trapiches que hay en el Municipio, a las
870 hectáreas de tierra cultivadas con caña de azúcar en 11 de las 27 veredas,
y a los hombres y mujeres que a pesar de los malos tiempos en la década de los
noventas, no abandonaron la tradición panelera que heredaron de sus padres y
abuelos.
De
acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, la
caña es el producto más cultivado en el Municipio. Los cultivos de caña de
azúcar abarcan el 11,15% del total de la tierra de Girardota. Las veredas más
paneleras son Encenillos, La Meseta y Jamundí. Y precisamente en esta última
está el trapiche que Mario Carmona heredó de sus ancestros, y en el que
felizmente ha trabajado toda su vida.
Carmona
es el representante legal de la Asociación de Paneleros y Cultivadores de Caña
de Girardota, y el gerente y vicepresidente de Campogir. De la Asociación de
Paneleros hacen parte 25 de los 28 trapiches, “los otros tres no están
porque no creyeron en el proyecto, no creyeron en la Asociación y ahora
el mercado los está sacando porque no están haciendo las adecuaciones
necesarias para tener una panela de buena calidad”, cuenta Carmona, quien es
miembro de la Asociación desde que comenzó hace 12 años: “aquí estamos los que
llevamos esto en la sangre. Para mí todo es una diversión, porque me gusta lo
que hago.”
Alrededor
de cada trapiche viven unas 40 familias. Unos trabajan directamente en el
proceso de la molienda, otros sólo tienen la tierra y cultivan para que en los
trapiches les muelan la caña. “Nosotros creemos que aproximadamente 500
familias se favorecen de la producción de la panela aquí en Girardota”,
aproxima Carmona.
Los
objetivos de la Asociación de Paneleros, relata Carmona, son que se conserve la
cultura panelera y garantizar a los consumidores productos limpios, sanos y
orgánicos, “porque desde la administración pasada iniciamos una campaña para
eliminar los químicos del proceso, pues ya nos han demostrado que los
químicos dañan la tierra, son nocivos para la salud y para la naturaleza,
porque matan mucho insecto que es benéfico para los mismos cultivos.”
La
Asociación también ha trabajado arduamente por la tecnificación del proceso de
la panela, desde el cultivo de la caña de azúcar. En 1998, por un proyecto
propuesto por los campesinos, y financiado por la Adminsitración y
Corantioquia, se cambiaron las pailas de hierro de los trapiches por unas
nuevas de acero inoxidable y los hornos viejos de leña por unos mucho más
económicos y amigables con el medio ambiente.
Ahora, la
Asociación de Paneleros planea terminar de adecuar los entables paneleros,
“porque estamos a un 30% de cumplir con todas las normas que requiere el
INVIMA, para que se convierta en una verdadera microempresa. Y otra cosa es
renovar los cultivos de caña, porque hay unos muy viejos...estamos mejorando
lentamente”, expresa Carmona.
3 comments:
Buenas, la estadística y/o datos la sacaron de que época???
"De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, la caña..."
por favor me pueden informar los nombres de los trapiches? mil gracias
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