7 feb 2012

Suenan las campanas din-din-don


TRES MINUTOS CON EL IDIOMA
Por Nelo Solo
  
 “La nostalgia de la corraleja dice también que ya no doblan las campanas de las iglesias de todo Sincelejo en la madrugada del mejor día del año, para anunciar que comenzó la celebración […] Ya no doblan las campanas del festejo”.
Ardila, Laura. “Ya no doblan las campanas por el 20 de enero”. elespectador.com 21 de enero.
 
Campanas de la Catedral Nuestra Señora del Rosario.
Como instrumento musical, las campanas suenan; cuando alguien las hace sonar, tañen. Como instrumento funcional, las campanas se ligan a tres acontecimientos: la muerte, a través de los dobles; el festejo, por intermedio del repique; y los oficios religiosos, mediante el llamado. Doblar, repicar y llamar tienen partituras diferentes, de las cuales el toque de difuntos es el más complejo por cuanto diferencia entre el aviso (un toque para hombres y otro para mujeres) y el ritual de la honra fúnebre (misa de muerto, diferente del entierro, que era siempre en el cementerio cuando no existía la cremación).

Al leer el titular de elespctador.com fue inevitable pensar que no doblaron las campanas por los muertos de la corraleja de años atrás, por obra del olvido; o que gracias a Dios en este 2012 no hubo muertos, razón por la cual no doblaron las campanas. La noticia era otra: que ya no repicaron al amanecer del 20 de enero para anunciar el inicio de la Fiesta de Corraleja. El diccionario lo dice claro: doblar ‘tocar a muerto’, doble ‘toque de difuntos’.

Tres toques de campana son los más comunes. El uno, a duelo que es el mismo ‘a muerto’; otro, a vuelo que es el mismo ‘repique’ –tañer rápidamente las campanas–; y el otro, a robato (Argos en “Gazaperas gramaticales” dice que es a rebato) –toques fuertes y repetidos– que es el mismo ‘a fuego’ en casos de peligro común, como incendio (explicación de la confusión en la interpretación de Las campanas del olvido de Tartarín Moreira por Garzón y Collazos, al cambiar duelo por fuego en ‘A fuego mandan tocar las campanas del olvido…’). El segundo dio origen a dos locuciones: “no echar (lanzar) campanas a vuelo” para significar que no se puede celebrar sin haber obtenido aún el triunfo y “no se puede repicar y andar en la procesión”, para significar que se hace lo uno o lo otro, pero no al mismo tiempo.

El toque de campanas es tema de varias canciones. Sus compositores toman las campanas de manera figurada, como lo hicieron el compositor Libardo Parra Toro, Tartarín Moreira; el de Sonaron campanas, interpretada por Diomedes Días: ‘Pero ya doblaron campanas en mi alma / mi amor se moría…’; el de Juan Charrasqueado, interpretada por Antonio Aguilar: ‘Ya las campanas del santuario están doblando / todos los fieles se dirigen a rezar / y por el cerro los rancheros van bajando / a un hombre muerto que lo llevan a enterrar…’; el de Faltan cinco pa las doce, interpretada por Néstor Zavarce: ‘Las campanas de la iglesia están sonando / anunciando que el año viejo se va...’; el de Hurí, interpretada por Garzón y Collazos: ‘Es hora del arrullo: ya comienza el día / y ya los campanarios anuncian la oración”; el de Doblen campanas, interpretada por Fito Páez: ‘Suenen ya, que es hora de amar / Suenen ya, para poder respirar / Suenen ya, por los pobres diablos / que se creen dioses y se perderán / Suenen ya, por la libertad / para no quedarnos con lo que nos dan…’; y el de Por quién doblan las campanas, interpretada por Luis Alberto Posada: ‘Cuando se oiga el tañir (sic, por tañer, aunque el sustantivo es tañido) de las campanas / nadie sabrá por quién están doblado…’ –título tomado de la novela de Ernest Hemingway, 1940, y este a su vez de un poema de John Donne, 1624: ‘Nunca preguntes por quién doblan las campanas: ¡doblan por ti!’–.

¿Que una de las campanas de la Catedral está averiada? Así y todo suenan inconmensurables, tal como lo cantó en su momento la poetiza girardotana Amanda Velásquez Londoño en el bello poema Las campanas de mi pueblo.


1 comments:

Anónimo dijo...

Que melancólico es el sonido de las campanas en los atardeceres girardotanos... Campanas que tañen, vibran, suenan, repican, revolotean y pasman a los habitantes del pueblo por unas milésimas de segundos sin que ellos siquiera lo noten.